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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

EL NUEVO REALISMO MAGICO LATINOAMERICANO ESTA ENTRE NOSOTROS

CRISTINA Y EL MOVIMIENTO DE LUGO 

Hace un año, cuando la Presidenta pronunció la definición que se destaca a continuación, nadie sabía que el de Fernando Armindo Lugo Méndez era, también, un movimiento sexy.



  •  Edi Zunino

“El movimiento de Fernando Lugo es realmente un movimiento de características sociales, además de políticas.” Cristina Kirchner (Quito, Ecuador, 21/04/08)

Hace un año, cuando nuestra Presidenta pronunció la definición que se destaca allí arriba, nadie sabía que el de Fernando Armindo Lugo Méndez era, también, un movimiento sexy.

Los hijos naturales del ex obispo y actual mandatario paraguayo con distintas mujeres permanecían anónimos y sin padre, tutor o encargado a la vista.

Y la vida privada de quien ahora ejerce la presidencia pro témpore del Mercosur era de suponer virtuosa, sosegada, casi santa, porque el hombre había hecho de toda su campaña electoral un verdadero desparramo de propuestas éticas y morales de máxima pureza.

En enero último, durante una disertación en la Universidad de La Habana, Cristina celebró la ola regional de “gobernantes que se parecen a sus gobernados”, incluyéndose en la lista junto al boliviano Evo Morales, el venezolano Hugo Chávez, el brasileño Lula, el ecuatoriano Rafael Correa, el uruguayo Tabaré Vázquez y el religioso Lugo.

¿Cuánto se parece Lugo a sus gobernados?

Dicen que los guaraníes, quienes componen la mayoría étnica paraguaya, son polígamos. Sólo que Lugo no es un indígena y se formó filosóficamente desde muy joven en el Noviciado de los Misioneros del Verbo Divino.

Dicen que siete de cada 10 mujeres del país vecino anotan a sus hijos con sus apellidos, porque los varones no los reconocen. Sólo que Lugo no vendría a ser un tipo cualquiera del montón: más allá de su derecho humano a combatir como pudiera la soledad del celibato, juró ejercerlo. Luego, ya electo presidente, juró resolver los agudos problemas sociales que aquejan a sus compatriotas. La mayoría de las madres solteras paraguayas son pobres.

¿Cuánto valor tiene ser tan parecido a los gobernados?

¿Cuánto pudo influir la autoridad sacerdotal de Lugo para que “sus” mujeres le dieran el sí?

El jueves pasado, en un tramo de la conferencia de prensa que ofreció junto a Lula en la Casa Rosada, Cristina se incomodó ante una pregunta:

—En los últimos días, hubo varias denuncias respecto de la vida personal del presidente de Paraguay, Fernando Lugo. Como Paraguay es compañero de Brasil y Argentina en el Mercosur, me gustaría saber si una crisis política allá es una preocupación para ustedes.

—Me parece impropio que una presidenta opine sobre la vida privada de otro presidente. Son cosas que por ahí ponen color en los medios de comunicación, pero lo importante es dedicarnos a aquellos temas que esperan respuestas en nuestras sociedades. Lo demás puede pasar para una lectura o un relato de color –esquivó CFK, siempre tan obsesionada por demostrar que a los periodistas nos encanta el amarillo.

Pero el color de este asunto, llegado el caso, sería más bien negro. La situación de las madres abandonadas paraguayas ha sido un tema de tal importancia en el programa político del movimiento social de Lugo que éste, una vez proclamado presidente, le otorgó calidad estratégica a los Ministerios de la Mujer y de la Niñez y la Adolescencia, conducidos por Gloria Rubín y Liz Torres, quienes terminaron declarándose “consternadas” y actuando para que su propio jefe político se pusiera las pilas.

Es cierto que no está nada bien andar metiéndose en los asuntos internos de otros países, mucho menos si éstos son vecinos y amigos. Sin embargo, siendo Cristina una mujer muy preocupada por los “problemas de género”, tal vez le hubiera convenido salir del paso con alguna definición menos frívola.

Cristina se ha manifestado varias veces admiradora del mariscal Francisco Solano López Carrillo, caudillo de su país, héroe de la que ella llama la “Guerra de la Triple Traición” y segundo presidente constitucional del Paraguay. En sus pocos difundidos elogios al valeroso guerrero y conductor, jamás se le escuchó decir nada sobre dos aspectos polémicos del personaje. Uno de “color”: tenía cinco hijos legales y por lo menos tres más concebidos con chicas menores de edad en las tiendas de campaña. El otro, acaso envidiable para la lógica K: Solano López llegó a la presidencia como heredero de su padre, Carlos Antonio, quien al morir dejó en marcha una nación bastante próspera.

Eran otros tiempos. Se vivía en guerra y se viajaba a caballo. Todo estaba por hacerse y casi todas esas cosas se iban haciendo muy lejos de casa. Valía mucho más la espada que la palabra. Ahora, con doscientos años de historia en las espaldas, con Internet, con aviones y sin guerras, acaso resultaría provechoso preguntarse por qué alguien que pudo dejar libradas a su suerte a personas tan íntimas hará hasta lo imposible por quitar del abandono a millones que ni siquiera conoce.

Tal es el fondo de la crisis política que afronta Don Fernando. La distancia entre sus dichos públicos y sus hechos íntimos. De ahí que el viernes pasado, horas después de que nuestra Presidenta aprovechara una vez más para bardear a la prensa canalla, Lugo tomara la cadena nacional para decir con vergüenza lo que no había dicho a tiempo:

—Soy una persona imperfecta. El Evangelio dice que si uno comete una falta, debe pedir perdón. Es el primer paso. Reconozco que he fallado a la Iglesia, al país, a los ciudadanos que confiaron en mí.

Así, golpeado en el bajo vientre, Lugo volverá a encontrarse con Cristina mañana. Evo Morales será de la partida. Habrá fotos oficiales, discursos “históricos” y un solo ganador: el realismo mágico latinoamericano, que ya puede ir dejando tranquilos en el pasado a aquellos dictadorzuelos de pacotilla

2 comentarios

Anónimo -

VÍCTIMAS DE SU PROPIA PRÉDICA

Juan G. Granada

Abogado

El gobierno presidio por Fernando Lugo desde el primer día de su posesión de cargo a la Primera Magistratura usa un lenguaje oscuro pero tendiente a distinguirse de los Demócratas, buscando identificarse con sectores descontentos de la sociedad, que son pobres sin ninguna duda. Nuestra idea política es clara; vemos la pobreza del pueblo y esa condición no se resuelve usándola como propaganda para buscar la integración de los pobres a los partidos Marxistas, sino integrándolos a grupos de productores de artículos de consumo (para sobrevivir) y después de productos de renta en cuyo caso ya tiene modos de subsistir. Programas mas ambiciosos se encargaran de su progreso.



Mientras los Marxistas dicen estar identificados con los pobres, no los conduce a los sectores o grupos de producción sino de adoctrinamiento para integrarlos a sectores políticos. Es mas importante para los izquierdosos que el campesino aprenda la historia del Che Guevara que seleccionar semillas para mejorar la producción de maíz o caña dulce. No les interesa a esos conductores de las organizaciones campesinos que los agricultores conozcan el abono natural con gramíneas que duplican el rendimiento de la tierra tratada. La pobreza se combate con integrar a los hombres marginados al proceso de producción agrícola y no a las filas de partidos.



Lugo se dedico a buscar la adhesión de los pobres sin haber pasado de las promesas generosas, para entregarlos a Elvio Benítez, Pakova Ledesma y otros que no conducen a sus campesinos sin tierras a una organización de productores de cualquier yuyo, salvo la Marihuana. Y, ocurre que el tiempo transcurre y los recursos no llegan a raudales como esperaban; la subvención a los sesameros fallo; el secuestro no rinde como anteriormente porque la policía investiga y el Ejercito olfatea; la sequia arruina la plantación de maíz, y los financiamientos que siguen sosteniendo a desocupados no se reparten con generosidad, entonces, debe cambiarse la orientación política y dirigir la proa contra el Gobierno para exigir la entrega de dinero a los sectores organizados para cumplir sus objetivos que son múltiples, complejos, sin control, y con serios índices de corrupción. Así logran fondos para malgastar y acumular quejas contra el Estado mas allá de sus posibilidades financieras. Proclaman que las clases popular están abandonadas a su suerte y que la Democracia solo usan los adinerados industriales, estancieros o los productores de soja, y concluyen que solo un gobierno popular puede proveer de abundancia a los pobres.



La doctrina adoptada por el Febrerismo y del que no nos separarnos, concibe como ideal emancipador el Socialismo democrático que se aparta de todo dogma o de fantasías religiosa debe ser capaz de hallar formulas que reduzcan la miseria y abrir las posibilidades de progreso dentro de un régimen de libertad de modo que la marginación de los seres humanos no los conduzca a una condición de esclavitud. Para cumplir medianamente este propósito los hombres desocupados deben tener acogida en centros de movilización para el trabajo y desde el primer día convertir a los desocupados en productores. Solo así se irán liberando los seres humanos de las ataduras que los mantienen en la miseria, el atraso, y el temor.



Esta transformación de desocupados en trabajadores producirá el cambio tan deseado porque se cambian los valores; el ámbito de la existencia debe ser libre; el gobierno de la sociedad debe regirse por normas dictadas por una representación soberana plural y el Estado será organizado por el derecho surgido de la voluntad. Constituyentes que mantendrá sin dominación de Dictaduras a la sociedad. La población debe contar con palancas de progreso y bienestar. Decir esto es muy distinto que seguir mintiendo sobre cambios que deben ejecutar unos Marxistas trasnochados que están interesados en llevar a los pobres campesinos a sus organizaciones políticas antes que buscar la solución de la pobreza. La miseria no se resuelve con pancartas del Che, o manifestaciones callejeras, sino con abrir surcos en la tierra para echar semillas en ellos, y cosechar artículos de alimentación.

Refiriéndonos a manifestaciones tenemos la última dirigida contra el Gobierno que movilizo a todas las fuerzas policiales. Se prepararon a miembros del Ejército, y el Presidente se alejo del teatro. ¡Qué distinto cuando se pedía protección a cultivadores invadidos, cuando incendiarios quemaban tractores, turbas que atropellaban a ganaderos y amenazaban a dueños de silos! Solo Dios recibía los reclamos de tanta gente librada a la desprotección y que con rezos y crucifijo no espantaban a los barbaros exponentes de los movimientos políticos llamados indebidamente sociales, entonces alabados por el Oficialismo.



Ahora el Gobierno conoce a sus acompañantes; en cualquier momento prescindirán de quienes se oponen al “golpe” que preparan para apresar a Parlamentarios, disolver el Congreso y llamar a elecciones rápidas para asegurar una victoria electoral amañada como las realizadas en Venezuela y entonces nos encontramos todos los demócratas y miembros de partidos políticos en cualquiera de los Fortines del Chaco para hacer recuento de nuestros errores y la ingenuidad de muchos políticos mas interesados en cargos públicos que afirman en sus posiciones la soberanía del pueblo y defender la República, que perecerá en manos de apóstoles falsos.

Que los Dioses desmientan mis profecías.

“ECARAPELA A MIL” -


Lourdes Peralta

Una esperanza de venta se oye en cada: “Ecarapela, ecarapela a miiiiil” proveniente de los tantos buscavidas. En el colectivo, un muchacho compró una y la colocó en su mochila.

Otro se la prendió en la remera, del lado del corazón. Y, casi indiferente, el humilde vendedor levantó unas moneditas merced al patriotismo que renace en estos días. Curiosa anduve preguntando esta semana “¿por qué usás la escarapela?”. Una joven de 16 años me dijo: “Porque festejamos la independencia del Paraguay. Sí, somos independientes. Bueno... por lo menos de España ya no dependemos... aunque sí de Brasil”.



Hace poco, en un blog, les preguntaba a los compatriotas qué sentían o entendían por patria. No tuve mucha participación, la gente estaba ocupada en otro tema, sin embargo, los que más se engancharon eran paraguayos residentes en el exterior. Recuerdo un mail que decía: “La patria es algo que se lleva dentro y por más que vivas en otro país, nunca olvidás de dónde venís”. Y otro lector retrucaba: “Para mí el Paraguay es cada día más decepcionante, no pienso volver, sé que nada va a cambiar”. Y, desde aquí mismo (este me gustó), un señor campesino me decía que todos los que escribimos hablamos desde la capital, que conocemos muy poco el resto de la patria.



Tantas expresiones no son más que un nuevo retrato de lo que ya sabemos: Paraguay no es el mismo para todos. El Paraguay “5 estrellas”, de naturaleza hermosa recorrida en 4 x 4, spa, casinos y amantes caras, no es el mismo que el de las familias que suman moneditas para llegar a fin de mes o el de las mujeres que se venden para comer y los niños que sobreviven mendigando.



El Día de la Independencia es un buen día para descubrirnos. Veremos quiénes se ponen la escarapela. Vayamos preparando el estómago para verla estampada como pimpollo primoroso sobre las solapas de todas las garrapatas del Estado y de tantos cuervos disfrazados de ONGs, de profesionales deshonestos y maestros huelgueros.



También lucirán la escarapela aquellos inocentes que no distinguen la patria de un partido de fútbol; los cientos de colegiales capitalinos (que sumarán el detalle tricolor a su nuevo peinado punk). Y, porque existe un equilibrio necesario, la escarapela igualmente irá a parar sobre los pechos de aquellos paraguayos íntegros que trabajan sin lucrar por una patria justa e igualitaria.



¿Y quiénes no se la pondrán? Probablemente los indígenas (¿qué festejarían?), ni los enfermos, ni los presos, ni los turistas, ni los anarquistas en todas sus versiones.



Permítanme ir finalizando con algunas respuestas espontáneas que recopilé en estos días sobre qué es la patria (y piense usted cuál habría sido su respuesta): “La patria es algo que no se puede explicar”. “Es querer a tu país”. “No sé, pero todos tenemos que ponernos la escarapela”. “Es decir ‘soy paraguayo’ ”. “Uso la escarapela porque son los colores más lindos”. “La patria es el suelo y el cielo que nos pertenecen”. “Ser patriota es ser paraguayo hasta la muerte”. “La patria es la gente”. “Ser patriota es defendernos de los países que nos quieren imponer cosas”. “La patria es lo que te hace llorar cuando estás lejos y oís una guarania”.



Personalmente, entre todas estas enseñanzas, elijo la que me dio un chico lustrabotas cuando le pregunté: “¿Te vas a poner la escarapela?”. Y él, tímido, me contestó que no “porque ya no me voy en la escuela”, y salió corriendo para ofrecer lustre a un cliente. La comida del día era su realidad, su objetivo a brevísimo plazo. Qué va. Ni tiempo ni ganas para abstracciones chauvinistas.