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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

CARTA ABIERTA AL CIUDADANO FERNANDO ARMINDO LUGO MÉNDEZ

  • Chester Swann

Luque, Paraguay, diciembre 13 de 2009

Estimado Sr. Presidente:

Hace tiempo deseaba comunicarme con Ud. prescindiendo de formalidades y ceremonias inútiles como instrumento para sordos; pero es casi imposible a causa de la terrible, onerosa e inepta burocracia que lo rodea —llámese primer anillo o boa constrictora, que para el caso da lo mismo— y sus constantes viajes a cualquier parte, pagados por nosotros los contribuyentes. Por ello, hago llegar a Ud. estas líneas en la esperanza de que recapacite y cumpla la palabra empeñada al pueblo paraguayo que —con más bronca que alegría— desplazó a un gobierno impresentable que buscaba (y sigue buscando) perpetuarse por los siglos de los siglos.

Ud. solía comentar, durante la campaña, acerca de unos adolescentes que le rogaron que no mienta al pueblo, y cuando lo escuché a Ud. daba la impresión de transfigurarse. ¿Recuerda? Bueno, si lo olvidó será bueno refrescarle la memoria. Yo, en mi calidad de ciudadano independiente, pensante y a título personal, decidí apoyar su postulación. No por ser Ud. obispo, católico y cristiano, que las cosas ésas me resbalan y prefiero el racionalismo a las supersticiones.

Lo apoyé porque Ud. escuchaba con atención (o simulaba hacerlo) a quienes exponían los problemas sociales… y porque deseaba el fin de la hegemonía colorada. Nada más. También por haber conocido personalmente a su tío Epifanio Méndez (en 1953, creo) y conocedor de la integridad de alguien que fue músico, poeta e intelectual honesto, calculé que Ud. no deshonraría su trayectoria que lo llevó a morir exiliado por sus convicciones.

Por eso lo apoyé, casi desde las sombras y hasta hice amigos en su movimiento Tekojoja donde colaboré en lo poco que pude aportar en las mesas de trabajo y análisis de la problemática social. Tal vez me equivoqué entonces, pero lo hice de buena fe. Ahora, tras más de un año y centenares de desaciertos, intento llamarle la atención para recordarle sus propuestas de cambio. Creo que debiera Ud. ver y oír lo grabado y filmado en sus recorridas por el país y los Ñemonguetáguazu en los que recogió y aglutinó esperanzas que ahora van diluyéndose aceleradamente.

Creo que aún tiene tiempo de rever y repensar sus actitudes. Creo que le queda algún tiempo para deshacerse de esos lastres que lleva encima —incluidos ciertos personajes que Ud. cree colaboradores, pero que colaboran para perjudicar su ya desgastada imagen—, de los escombros colorados de la función pública, que aún no se fueron del todo y siguen corrompiendo lo que resta del saco y la rapiña de gobiernos anteriores. Y Ud. sabe a quiénes me refiero. Lo sabe perfectamente, e incluso siguen ahí a pesar nuestro, repitiendo los viejos vicios de la pérfida politiquería criolla.

 

Este país, al que no creo enamorado del infortunio, no se merece más de lo mismo o peor aún. Este país merece estímulos y alicientes, seguridad jurídica y progreso cultural. ¿Qué les está dando u ofreciendo Ud. a mis compatriotas, que también son los suyos? Es evidente que los problemas lo están rebasando y Ud. no comprende aún en que trampa está metido con sus amigos masones (no me consta que Ud. lo sea, pero su hermano Pompeyo sí lo es: pero igual Ud. se comporta como si lo fuera) que comparten farras y travesuras.

Ud. sabe, o debería saber, que para la gente común es Ud. quien tiene el timón del país y el poder, aunque no fuese absoluto. Todos esperan más firmeza y decisión de su parte. No defraude a sus electores que le confiaron sus esperanzas; ni a los niños que necesitan salud y educación que les permita ser buenos ciudadanos. No defraude a quienes esperan que derrote a la corrupción y a los traidores que vendieron el país y su futuro por las treinta monedas.

le="font-family: Tahoma;">No permita Ud. que la historia lo describa como a un corrupto más de los que pasaron sin pena ni gloria por el trono de los López. O peor aun, que lo ignore como si fuese una pared de vidrio. Es todo cuanto puedo decirle… por ahora. Recapacite y piénselo. Nuestra paciencia se está agotando de tanto apurar el cáliz hasta las heces sin ver la luz al final del túnel.

 

Atentamente

Chester Swann

 

www.chesterswann.blogspot.com, cheswann@gmail.com, www.poetasdelmundo.org

www.tetraskelion.org, www.portalguarani.com, www.elmiradorparaguayo.com

3 comentarios

Anónimo -

Hagámonos la pregunta. Por un lado, tenemos un presidente con un rotulo que dice: “me condena mi pasado” y por el otro, un vicepresidente que tienen estampada en la frente la frase que reza: “a la conquista del trono”. En medio del escenario, seis millones de paraguayos que mueven la cabeza de derecha a izquierda, en este tire y afloje político que pone en riesgo no solo la caída de un gobierno, sino algo mucho peor, la histórica oportunidad de saltar como en una catapulta y salir del hoyo donde nos tuvieron durante los últimos 60 años. Ahora le invito a volver a plantearse: ¿quién traiciona a quien?


Con traje de impoluto y tono de juez supremo Federico Franco dijo el ultimo fin de semana una frase que dio vuelta al mundo: “Lugo traicionó al electorado”. Por su puesto, las reacciones no se hicieron esperar y lo dicho fue reproducido en varios importantes medios de comunicación a nivel internacional. No contento con ello, afirmó “estar preparado” para asumir cuanto antes la presidencia de la República cual si fuera una especie de “Nostradamus” que ve que se acerca el Apocalipsis (en este caso el juicio político) y él, es el único salvador de esta tierra guaraní.


Que Fernando Lugo cometió errores durante este primer año de gestión, sí, eso nadie lo niega. Que su vida personal íntima lo persigue cual si fuera una sombra inquisidora, eso tampoco se discute. Pero pensemos un poco más allá de los errores del mandatario. Franco, ¿qué hizo?, la sensación es que solo se dedico durante todo este tiempo a tener el dedo acusador para cuanta cosa se denuncie en contra de este gobierno, olvidándose por completo que también “él” es parte de esta nave que conduce al país.


¿Recuerda usted alguna vez que Franco haya dicho: sí, esto esta mal, pero aquí les presento la solución, este es el camino que se debe seguir para que funcione bien?; en lo particular, en los 15 meses desde la asunción al mando ninguna, y si lo hizo, puedo asegurar que paso bien desapercibido.


En teoría, él debería ser el máximo aliado de Lugo y no su máximo enemigo político. Más de una vez escuche en broma y en serio decir: la relación entre ambos es casi como el rotulo de la película, “durmiendo con el enemigo”. Me puse a ver la trama de este clásico de la cinematografía y la comparación hasta resulta reveladora.


Aquí va: “Cuando Laura (Julia Roberts) se casa con Martín (Patrick Bergin) no sospecha que las pequeñas manías de su marido se acabarán convirtiendo en una auténtica obsesión”.


Intercambiemos los personajes: “Cuando Lugo se “postula” con Franco no sospecha que las pequeñas manías de su “compañero” se acabarán convirtiendo en una auténtica obsesión”.


Ahora cuando le pregunto: ¿cuál es la máxima obsesión de Franco?, la respuesta es obvia y el rotulo de la película se aplica inexorablemente.


Sabe… no quiero que me tome por “defensor de Lugo” ni mucho menos. Es solo que durante todo este año nos pasamos mirando más qué hace el presidente y muy pocas veces se hace una lectura sobre el vice.


Siempre en el marco de la teoría, es él como nexo entre el Ejecutivo y Legislativo quién debiera estar más preocupado en este momento por la difícil situación política que atraviesa el gobierno de la Alianza y sobre todo, por la gran posibilidad de que existan realmente los votos en el Congreso para iniciar un juicio y destituir al jefe de Estado electo por el pueblo. Pero si a las pruebas nos remitimos, este ambiente de ingobernabilidad es justamente parte de la estrategia para alcanzar, como dice la trama del filme, esa auténtica obsesión.


Entonces, ¿quién traiciona a quién? Quizás algún lector acompañara y dirá: “es cierto, Lugo traicionó al electorado”, pero, ¿y Franco? Con esta actitud solo nos demuestra que tampoco esta cumpliendo con la tarea que aquellos electores le impusieron cuando lo eligieron como vicepresidente y eso, también es traición.


Y si se viene el juicio político y efectivamente sube Franco al poder “o Dios nos libre”, los que acaban de irse vuelven a calentar la silla del Palacio de López ¿mejorarán las cosas?, ¿tendremos al fin ese “país de maravillas” del que tanto se habló? Lamentablemente, el horizonte se ve mucho más oscuro cuando pensamos en que esto suceda. Si bien, el cambio con este gobierno es lento y da pasos de tortuga, pero por lo menos, hay señales de que ya dejamos de caminar hacia atrás.


Si queda duda de eso, revise y compare la historia del Paraguay de los últimos 20 años y se dará cuenta que los que a viva voz reclaman un juicio, son los que menos autoridad moral tienen para siquiera levantar la voz.
¿QUIÉN TRAICIONA A QUIÉN?

Por: Samuel Acosta

samuel_acosta@jakueke.com

Anónimo -

El Dreyfusard

Anónimo -

PARAGUAY: OPTIMISMO TOZUDO


José Antonio Vera

(especial para ARGENPRESS.info)



Bajo permanente amenaza de Golpe de Estado palaciego, el “Gobierno del Cambio” superaría su décimo sexto mes en este cierre de año, anunciando buenas perspectivas de crecimiento para el próximo que, por estar lejos de la certeza y la realidad, ninguna de esas promesas alcanzan para alimentar mucho optimismo en el grueso de la población.



El Presidente Fernando Lugo, con su cachaza habitual, aparenta confianza, quizás sin mayor conciencia de que está debajo de un techo de vidrio, que tiene por blanco la cruzada golpista mediática, cabeza de punta de las fuerzas más retrógradas del país, enquistadas en el Legislativo y el Judicial, junto a los poderosos grupos mafiosos de la ciudad y del campo que no pueden digerir su derrota electoral de abril del 2008.



Desconocimiento del tema, ingenuidad o sumo candor, Lugo aparenta no atender el capítulo militar como las circunstancias internas actuales lo estarían exigiendo y la experiencia latinoamericana aconseja. En Paraguay, ningún partido ni organización política cuenta con una comisión o célula de reflexión sobre el particular.



Al inicio del mes, el mandatario ordenó la baja de varios jerarcas castrenses, por motivos que el pueblo ignora, pero ello no significa que haya desintoxicado al Ejército, ni mucho menos iniciado su necesaria reforma.



Casi la totalidad de su oficialidad, buena parte aún en planilla y el resto gozando de una jubilación dorada, ejerció las perversidades estronistas de abusos, violaciones, robos, torturas y asesinatos de opositores políticos, bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional, dictada por Estados Unidos. Vieja amistad que se mantiene, porque se cultiva.



No por casualidad, acaba de visitar el país, sin que el gobierno haya dado un mínimo de información acerca de las conversaciones, el General Douglas Frases, uno de los hombres más importantes del Pentágono, Jefe del Comando Sur, responsable de la instalación de las bases norteamericanas en Suramérica y del gerenciamiento de todos los planes de cooperación, ayuda y ejercicios conjuntos.



Rareza del destino, coincidiendo con él llegó Arturo Valenzuela, Secretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, “para reforzar los vínculos con el gobierno y apoyar el fortalecimiento de sus instituciones democráticas, mediante la cooperación”.



Ambas visitas, de personajes de tanto nivel, habilita lecturas e hipótesis varias, como podría ser la de venir a instalar un stand by al juicio político a Lugo, para evitar reeditar, en fecha tan cercana, el apuntalamiento comprobado de Estados Unidos al golpe en Honduras, que terminó con un Presidente elegido democráticamente en las urnas.



La economía social sigue esperando atención



La eventualidad de una mejora de la macroeconomía para los meses próximos, apura el plan golpista, cuyos autores intelectuales, enemigos de la evolución humana, se mantienen en las sombras y utilizan de portavoces al vergonzoso Senador Alfredo Jaegli, del cogobernante Partido Liberal y a su símil Juan Carlos Galaverna, del Partido Colorado, coherente y más capaz pero igual de inescrupuloso y traicionero.



Además del 50 por ciento que sostiene a Lugo, parte del empresariado razonable habla de un apoyo crítico al mandatario, en la esperanza de que sus negocios gozarán de un buen 2010, con la mejora de la situación económica interna que podría resultar si Brasil comienza a pagar algo más por el 45 % de la energía eléctrica paraguaya que utiliza de la Represa binacional de Itaipú, cuyo Tratado fija el reparto en partes iguales.



Un botín de 360 millones de dólares por año que la derecha rancia quiere arrebatar al pueblo, como lo ha hecho con 120 millones, sólo en ese rubro, durante los últimos 30 años de latrocinio y perversidades.



Un acuerdo al respecto, suscrito a mediados de año en el seno del MERCOSUR, por Lugo y su colega Lula Da Silva, debería entrar a regir en los próximos meses, lo cual se sumaría al incremento de las exportaciones, con precios en alza, de la soja y el sésamo, y de los tejidos artesanales e industriales, rama que ocupa mucha mano de obra.



Si esas previsiones se concretan, es indudable que el gobierno, incumplidor de muchas de sus promesas electorales, verá reforzadas sus arcas, posibilidad que objetivamente debe inquietar a los golpistas, de ahí su urgencia y los inoportunos, groseros y desleales ofrecimientos para sustituir a Lugo que hace su Vice, el ultraliberal Federico Franco.



La entusiasta recepción social al decreto de gratuidad de la salud, extendida a todo el país a partir del uno de enero, es también motivo de preocupación para los enemigos de Lugo y, aunque su aplicación sea difícil por el déficit de personal capacitado y de suministro de insumos suficientes, así como el bajo nivel profesional de buena parte del cuerpo médico y su centralización urbana, ya se han dado pasos positivos al respecto.



Otros dos puntos a favor del gobierno del bombardeado Fernando Lugo, son el ingreso al Instituto de Previsión Social (IPS) de 20 mil trabajadores que estaban excluidos porque sus patrones no pagaban su cuota mensual. Segundo, el pago del salario a siete mil docentes que, tras años de ejercicio, nunca habían recibido su merecida retribución.



Dos medidas más a favor, son la entrega, en proceso, de unos 55 dólares por mes a cada familia, formadas en el millón y medio de personas que no perciben ningún ingreso y que arrojan a la calle a una masa de miles de niños abandonados a la mendicidad. El Gobierno ha comenzado a combatir ese mal, prometiendo otorgar algo de empleo a los padres y, más bien a las madres, mayoría solteras y jefas de hogar.



El Partido Liberal se juega su existencia



Al exObispo se le pueden imputar muchas inconductas, desde su vida personal hasta su incapacidad para generar puestos de trabajo, pero nadie puede negarle el mérito histórico de encabezar a la mayoría del pueblo paraguayo, harto de corrupción y del retroceso nacional, y terminar con más de seis décadas de gobiernos colorados, a la vez de derrotar un bipartidismo obsceno que desde 1870 manejó el país a su antojo.



La traición al proceso de cambios, y a las esperanzas populares despertadas, que ejerce una parte de los dirigentes liberales, no debería sorprender, dada su concupiscencia con el coloradismo en muchos periodos desde la última mitad de la tiranía estronista.



Cuando el indolente Lugo, sin destreza para la política partidaria, como lo confiesa, aunque pocos le crean, dado que tiene años de militancia en la Iglesia Católica que es el mayor partido político de la historia moderna, se lanzó a la contienda electoral, representó la salvación del Partido Liberal, amenazado de implosión al igual que el Colorado, aunque ambos han generado cánceres en sus entrañas, que los devoran.

El pueblo, con conciencia cívica, con pensamiento libre y crítico, y con una organización responsable, sería el único que podría y debería someter a Lugo y a cualquier otra autoridad, a un juicio político, pero quienes lo están impulsando carecen de moral institucional y de ética individual para hacerlo. Toda su trayectoria destaca ineptitud, prebendarismo y una corrupción sin límites, amparada en la impunidad.



Las fuerzas progresistas, en cambio, deberían invertir todos sus esfuerzos en profundizar su proceso unitario en marcha y, sumando ideas y recursos, dar batalla a los golpistas, lo cual requeriría presionar al gobierno para que cumpla con su programa de recuperación de la soberanía nacional energética, de reforma agraria y de justicia social, en un país sumido en una de las más agudas inequidades del continente.



El problema de la tierra y su sistema de tenencia, uno de los más injustos del mundo, desafía a Lugo y su irresolución es uno de sus mayores fracasos. Un tres por ciento de empresas, acapara el 80 % del territorio laborable, cada días más desbordado de soja transgénica, que sitúa al país como cuarto exportador mundial.



Hay 300 mil familias que reclaman una parcela para trabajar y vivir, y la Comisión de Verdad y Justicia, registró siete millones de hectáreas fiscales ocupadas ilegalmente por agroexportadores, mayoría brasileños, que pagan un impuesto irrisorio y depositan toda su ganancia en el exterior. Paraguay productor, importa de Brasil su soja industrializada.



Lugo, junto con la mayoría de sus colaboradores, da la impresión de manejar con superficialidad el estudio de la situación en la que vive el país, incapacidad que refuerza a los enemigos del pueblo, cuya ilusión y esperanzas se desvanecen frente a la ausencia de medidas inmediatas para paliar la subsistencia miserable de uno cada cinco paraguayos, y la pobreza de la mitad de los seis millones 300 mil habitantes.



Hay ausencia de un proyecto de país, agravada por una actitud vacilante para atacar averías sociales de fácil remiendo, y un permanente e inocultable miedo a aceptar la confrontación que han instalado los enemigos del cambio. Eso es patente en la política de comunicación del gobierno frente al corporativismo mediático, lacayo de la SIP.



Aquí, el enfrentamiento social está lanzado pero, a diferencias de naciones vecinas, donde el gobierno aplica medidas favorables a los grandes sectores marginados, en Paraguay la cofradía enemiga del progreso intenta destruir toda iniciativa a favor del pueblo, desde sus más simples enunciados de buenas intenciones.



Lugo es vapuleado por las dudas, por una oposición desvergonzada, sin un ápice de memoria acerca de su responsabilidad en la destrucción y corrupción del país en más de un siglo de gobiernos colorados y liberales, con un corto paréntesis de dignidad administrativa a mediados de la década de 1930, durante la Guerra del Chaco.



Debilitada la aureola popular y el capital político inicial de la Alianza Patriótica para el Cambio, consecuencia de la propia ineptitud y corrupción de algunos de sus referentes, sumada a la falta de cuadros altamente capacitados, lo cual generan dependencia de la improvisación y de la vieja y tramposa burocracia haragana y coimera, el Ejecutivo Nacional sorprende por su lentitud e inoperancia en reaccionar.