LUGO Y UN BALANCE CON VARIAS DEUDAS PENDIENTES
- Juan Landaburu
Con una hábil maniobra en la recta final, el presidente paraguayo, Fernando Lugo, pareció evitar un rotundo aplazo en su primer año de gobierno, que cumplió ayer y que muchos sólo recordarán por el escándalo de paternidad que salpicó al ex obispo católico.
Limitado por la puja en su coalición de gobierno y condicionado por la crisis financiera, Lugo no logró avances en el combate contra la corrupción y la pobreza, pero consiguió una vital victoria política el mes pasado, al firmar con Brasil una declaración sobre Itaipú que reivindica la soberanía energética de Paraguay, una vieja demanda de ese país.
Lugo cautivó al electorado porque se erigió como una figura ajena a la viciada clase política paraguaya. Por su falta de experiencia, en cierta medida debió aprender a hacer política en el cargo que concentra todas las miradas, lo que le valió no pocas críticas.
Cambio de perfil
Un año después, su perfil idealista dejó lugar a un mayor pragmatismo. "Lugo comenzó su gestión con una imagen positiva cercana al 90%. Tras más de 60 años de gobiernos del Partido Colorado, llegaba un partido distinto, y a eso se le sumó que su candidato era un ex obispo. Eso generó una expectativa muy alta", señaló a LA NACION Francisco Capli, director de First Análisis y Estudios, la principal encuestadora de Paraguay.
En opinión de Capli, el primer éxito de Lugo fue lograr una transición sin violencia, en un país acostumbrado al derramamiento de sangre.
Pero las dificultades externas e internas no tardaron en llegar. La crisis financiera internacional y una inusual sequía golpearon sin clemencia a la economía agroexportadora de Paraguay.
En el plano interno, las contradicciones de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que lo llevó a la presidencia, con frecuencia paralizaron su gestión. "Lugo llegó al poder a través de una alianza ocasional, que se preparó sólo para ganar las elecciones. Cuando asumió, esa alianza comenzó a tener brechas", explicó Capli.
En un extremo ideológico de la coalición está el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), de centroderecha y responsable del 75% del caudal electoral de Lugo, que amenaza constantemente con abandonar el gobierno.
"Con el PLRA, Lugo está conviviendo como esos matrimonios que iniciaron el divorcio y siguen viviendo bajo el mismo techo", señaló a LA NACION el analista político Carlos Redil, ex diputado colorado.
En la vereda de enfrente, están las agrupaciones de izquierda más afines al discurso de Lugo, pero no sólo no tienen peso propio, sino que también están enfrentadas. En ese contexto, Lugo empezó a perder imagen entre las clases media y alta, que señalaron la existencia de un vacío de liderazgo.
Ese descontento se multiplicó en abril, cuando irrumpieron las denuncias de paternidad de varias mujeres, y la imagen del ex obispo católico se derrumbó.
Pero la tormenta pasó y Lugo empezó a mostrarse más pragmático, a tal punto que logró una frágil concertación en el Senado con partidos opositores, que le permitió impulsar paquetes anticrisis. Sin embargo, anteayer el mandatario no adhirió a un acuerdo de gobernabilidad firmado por todos los partidos, porque reclamó que se garantice la participación popular.
Golpe de efecto
El 25 de julio pasado, Lugo logró su victoria más relevante, al firmar con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, una declaración sobre la futura gestión de la hidroeléctrica Itaipú.
Tras el acuerdo, Paraguay triplicará a 360 millones de dólares los ingresos que recibe de Brasil, y podrá vender hasta el 25% de la energía que produce a otros mercados.
"Es una declaración política que demuestra que Lugo ha elegido acercarse a Brasil y no a Hugo Chávez", opinó el analista político Carlos Redil. Los críticos de Lugo insisten en denunciar sus vínculos con el mandatario venezolano.
El acuerdo sobre Itaipú renovó la confianza de los paraguayos en su presidente, que hoy celebra su primer aniversario en alza.
Pero una larga lista de cuentas pendientes obliga a Lugo a no dormirse en los laureles: pobreza, corrupción, reforma agraria, contrabando, desempleo y seguridad son temas cruciales en los que, un año después, no se advierten avances. Y eso puede traducirse en protestas.
3 comentarios
Anónimo -
Hace un balance con lápiz japonés: Chester Swann*
Todo plazo se cumple y toda deuda se paga, decía el filósofo Perogrullo. Y a veces el precio de la deuda hay que pagarla aún de mala gana malgastando el capital político y la credibilidad, ambos irrecuperables. Al menos a corto plazo. 364 días calendario derrochados en rencillas, protestas, escasa producción legislativa, avance de la inseguridad y la corrupción, amén de otras falencias no achacables a la herencia de la segunda reconstrucción. Puede que este gobierno aliancista haya tenido en un principio, al menos buenas intenciones. Pero éstas sólo sirven para pavimentar el camino al infierno conceptual. ¿Me explico?
Hubo un leve atisbo de esperanzas cuando el presidente reconoció algunas falencias u omisiones; mas ello no justifica que vuelva a reinar el nepotismo, la corrupción administrativa, la infección masónica en los poderes del estado (hasta su hermano Pompeyo milita entre los iniciados del Gran Arquitecto) y el bandidaje policial en acción. Tampoco las minorías incómodas de los pueblos originarios han recuperado sus tierras y ni siquiera su dignidad, arrebatádales ambas por la conquista de la cruz y la espada y posteriormente por los señores feudales de la post independencia a nuestros días.
Las injusticias de antaño no fueron aún reparadas al menos eso esperábamos, tras el pase a la llanura de los injustos ni devueltas las tierras malhabidas o confiscados los productos de la rapiña colorada-militar. Nuestras esperanzas de cambio se van diluyendo homeopáticamente en el solvente de la iniquidad política. Nadie, de entre los ciudadanos de a pie, intenta siquiera acompañar a este gobierno en forma participativa, al menos juntando firmas peticionantes. Sólo el pataleo y el plagueo individual sirven de catarsis y placebo a la gente, en lugar de aprovechar las circunstancias para organizarse creando un frente que se oponga electorqalmente a los buitres de la política enquistados en los partidos.
Y no me refiero sólo a los mal llamados tradicionales, que incluto también a los de la nueva hornada posterior al 89, decepcionantes caricaturas de organización política que apuestan al egoísmo en lugar del altruísmo. Pero es innegable que Lugo no alardeaba en vano de sus raíces coloradas durante la campaña electoral entre 2007 al 8, por la manera de amparar bajo el manto del silencio a los grandes corsarios de su tronco.
Ahora, me pregunto si Lugo confunde cobardía con prudencia o trata de hacer un doble juego de dejar hacer y dejar pasar este período gubernativo sin pena ni gloria. ¡Él había prometido cambios, y ahora se limita a ofrecer más de lo mismo! ¿Habrá leído El Gatopardo de Lampedusa?
Mucho me temo que sí.
Carta ciudadana desde el Paraguay (208)
Luque 14 de agosto de 2009.
· Escritor, ex periodista, ex cantautor, ex artesano escultor, diseñador gráfico
y ahora, asumido perdedor de tiempo full time.
Antonio Palazón Ibieta -
Cualquier gobierno respetuoso de su pueblo, de la Constitución y de las leyes de la República, debe cuidar de no malograr el preciado capital moral de la credibilidad que a falta de dinero, puede ser suplido en gran medida con inteligencia, esfuerzo y patriotismo.
Un buen gobernante debe respetar y ceñirse a su propuesta electoral, escogiendo sus colaboradores entre los mejores hombres y mujeres con la única condición, de poseer capacidad, honestidad con vocación de servir a la patria. Si bien es cierto que no existen aún leyes ni disposiciones legales que obliguen a cumplir las promesas electorales, sí, existe el compromiso moral y ético, de cumplir dichas promesas, de nos ser así puede ser estigmatizado por falsear la realidad, y llevar al país hacia rumbos inciertos. Y ese engaño tiene un nombre, estafa. El mal ejemplo del presidente, en lo personal, social y político hiere como una filosa daga en lo más profundo del espíritu a ciudadanos y ciudadanas decentes y se percibe cada vez más en la gran mayoría del pueblo paraguayo, decepción por el proceder poco claro de Fernando Lugo.
Dios no permita que este confuso proceder sea, la ejecución de un proyecto diabólicamente calculado, porque si así fuera encontrará de nuevo a todos los patriotas amantes de la libertad, luchando como en el pasado reciente, con todas las fuerzas, por el imperio de la justicia, la libertad y la democracia representativa.
Hace pocos días no más, hemos demostrado lo que un régimen despótico e intolerante puede hacer. Exhibimos al mundo que existen las Tumbas NN y no quisiéramos ver de nuevo esa inhumana tragedia. Por eso afirmamos que no nos mueve deseos de venganza, sí, de justicia para que no se vuelva a repetir las torturas, y crímenes de Lesa Humanidad propias de todas las tiranías.
Anónimo -
Saludos de Marzha Navarro