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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

JUGAR DE GRANDE

ESTIMULAR Y PREMIAR LO BUENO

  • Benjamín Fernández Bogado

Es evidente que debemos recuperar la autoestima del paraguayo para acometer la solución de nuestros grandes problemas. Nuestros enemigos fundamentales viven dentro de nosotros, no están afuera. Estos, son solo proyecciones de nuestras debilidades y flaquezas: la ausencia de una verdadera educación liberadora y de una actitud para ganar la batalla del desarrollo. Nada es imposible en este país, nuestro único obstáculo radica en la actitud que tenemos ante el desafío de un mejor futuro.

Esta semana estuve transitando por la ruta sexta que une Ciudad del Este con Encarnación, y el desarrollo que he visto en poblaciones como María Auxiliadora, inexistente hasta hace 27 años o Santa Rita, el de mayor crecimiento en la región, prueban que el paraguayo ¡puede! Es cierto que tenemos cosas que aprender y otras que aprehender de los inmigrantes; pero está visto que si nos decidimos a jugar de grande nada podría detenernos.

 

Si Singapur, con 642 kilómetros cuadrados, lo pudo hacer en menos de 50 años, ¿por qué no podríamos nosotros con 406 mil kilómetros cuadrados más y casi 200 años de historia? ¿Qué explica que inmigrantes brasileños y colonos paraguayos hayan convertido a Santa Rita en un emporio de desarrollo sorprendente? Lleva casi 20 minutos cruzar solo la ciudad, donde crece prosperidad arropada por el trabajo, la constancia y la alta tecnología.

 

Cada día que sintamos que en nuestro país nada prospera, les invito a dar una visita a esta zona y vuelvan renovados. El Paraguay requiere esta actitud, la que se logra cuando estamos convencidos de que hemos nacido grandes y estamos destinados a serlo por decisión de nuestro compromiso y con el soporte de una educación que promueva la capacidad, el talento y la inteligencia.

 

Un país distinto al mendicante o pobre, es posible. No logro entender cómo este Gobierno y los anteriores solo como premio al esfuerzo de los habitantes de esta región no les hayan asfaltado el tramo que los conecta con San Juan Nepomuceno, que les hubiera ahorrado unos 100 kilómetros hasta Asunción. Quizá les está castigando por ser prósperos y desarrollados. Dándole fundamento a esa frase que en guaraní dicen: "Omba'apova mante iproblema (solo el que trabaja tiene problemas en el Paraguay)".

 

Debemos estimular a los que progresan para hacer que los rezagados tengan ejemplos que seguir. Si el exitoso genera envidia y trabas entre quienes deberían estimularlo, estamos mal como país.

 

Un Gobierno debe no solo castigar a los corruptos, sino por sobre todo debe estimular los buenos ejemplos si pretende encauzar esta nación, acostumbrada a las pequeñas querellas y no a soñar los grandes horizontes como lo prueban esos silos abarrotados de granos, donde su población se siente orgullosa de que no hay límites para su capacidad y esfuerzo.

 

Si vamos como ratones, siempre seremos tratados como ratones. Si vamos como leones, el trato será proporcional. Dejemos a un lado la historia trágica de nuestro pasado y construyamos un imaginario, donde el esfuerzo se compadezca con resultados que generen ejemplos que imitar. Promovamos a los buenos para ahuyentar a los malos en su camino. Hagamos que un país mejor sea posible y para aquellos que dudan: vayan al Sur del Paraguay, y si no lo creen, constátenlo visitando Santa Rita o María Auxiliadora.

 

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