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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

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Anónimo -

Es necesario usar el poder delvoto para elegir intendentes que sirvan a sus comunidades

A menos de un mes de las elecciones municipales, que se realizarán el 7 de noviembre próximo, urge insistir en la necesidad de que los habitantes de cada uno de los 240 municipios de la República elijan y no solamente voten. Esto implica escoger al candidato sin considerar el partido político al que pertenece, de acuerdo al criterio de la capacidad e idoneidad para ser la máxima autoridad de una municipalidad. Es necesario que el poder ciudadano se manifieste eligiendo intendentes y concejales que, con su gestión, ayuden a transformar las comunidades.

Recurrir a las urnas no tiene que ser el mero cumplimiento de un mandato constitucional. Tampoco la obediencia ciega a un partido político que elige a candidatos que van a defraudar la confianza depositada en ellos. Los malos gobiernos locales provienen precisamente de la irresponsabilidad de la gente que vota por un color y no por los más capaces.

Cada elector debe considerar que la democracia le ofrece una oportunidad para escoger a aquella persona que expone un plan de trabajo, es confiable y honesta; exhibe una trayectoria de servicio a sus semejantes y usa su inteligencia para gerenciar la comuna a través de colaboradores expertos en la tarea de liderar un municipio.

La triste experiencia de intendentes que se apoderan de las recaudaciones en vez de revertirlas en obras y servicios a sus comunidades debe terminar. También la de los incapaces que se pasan cuatro o cinco años sin poder articular acciones que eleven el bienestar de la gente de sus distritos.

Asimismo, hay que erradicar de los municipios a aquellos que, al conseguir la mayor cantidad de votos, se convierten en soberbios dictadores en puja con sus juntas municipales y se pasan disputando espacios de poder en vez de cumplir el cometido que les fue encomendado en las urnas.

Para dejar de lado a los que no trabajan por el progreso de sus pueblos o ciudades, hay que votar por aquellos que proponen cambios que van a verse en el ejercicio de sus funciones.

Aunque no muchos, afortunadamente hay ejemplos de intendentes que hacen una tarea digna de elogio: mantienen la limpieza del área urbana, recogen puntualmente la basura, transparentan su gestión con un gobierno digital -Municipalidad de Villarrica-, sancionan a los funcionarios corruptos, emprenden seguros de salud exitosos -Fram-, ayudan a las personas a salir de su pobreza -Antequera- y arborizan sus espacios verdes.

Los intendentes deben entender que, al ser electos, se comprometen, antes que nada, a servir a sus comunidades. Por lo tanto, todo cuanto hagan tiene que mirar como objetivo mejorar las condiciones de vida de quienes están en su jurisdicción.

Lo que recaudan por impuestos o tasas no es dinero destinado a engrosar su patrimonio personal, sino a beneficios concretos para los contribuyentes. Solo si los ciudadanos ven que su plata se reinvierte a favor de ellos, pagarán con la certeza de que retorna a ellos lo que abonaron.

En las elecciones, los que votan ejercitarán un poder real. De su decisión depende lo que va a ocurrir en su entorno inmediato en los próximos años. Si toman partido por un candidato equivocado, todos van a quedar perjudicados. En contrapartida, si lo hacen por el correcto, contribuirán a mejorar las condiciones de vida de sus respectivas comunidades.