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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

“¡SE AVANZA EN LA TEMPESTAD O SE CLAUDICA!”

  • Por José Yorg, el cooperario.

Europa, y en particular Francia vuelven a convulsionarse como en aquellos días del llamado “mayo francés de 68”, y entonces surge inmediatamente el interrogante si le habrá de seguir América Latina en ese proceso. Es que no se ha resuelto el problema de desigualdad social y económica.

América Latina lleva en su seno una esperanza libertaria que no claudica en su afán de prorrumpir.

El neoliberalismo fue una tormenta que pasó, pero que está en constante procura de regresar, es esa tormenta neoliberal la que desató la rebelión en Francia, es mejor tenerlo por cuidado.

Entonces las ideas de un mundo mejor, pleno de oportunidades igualitarias debe surcar airoso esa tormenta sin temores.

 

En realidad,… ¡Se avanza en la tempestad o se claudica! No existe alternativa cuando de construir patrias nobles se trata, donde sea posible desarrollar economías de reciprocidad equitativa y que de ella fluya entonces relaciones sociales de complementariedad y cooperativa.

 

Se retacea, por mezquindad y egoísmo, entrar en una nueva etapa, en el siglo XXI, dejando atrás el siglo XX pero aprendiendo de él las lecciones vitales para adentrarnos mejor en el siglo XXI, etapa de la humanización de las relaciones económicas y sociales.

 

Nos grita desde la eternidad José Ingenieros: “El siglo está cansado de inválidos y de sombras, de enfermos y de viejos. No quiere seguir creyendo en las virtudes de un pasado que hundió al mundo en la maldad y en la sangre. Todo lo espera de una juventud entusiasta y viril.”

 

Se repite una y otra vez una formula ya caduca e ineficaz para intentar superar una crisis económica devenida de su propia esencia patológica: la explotación.

 

La cooperación económica y social como método de producción cura esos males de raíz porque su esencia es equitativa en su relación y distribución de los beneficios creados en la respetuosidad.

 

Sigamos con José Ingenieros cuando nos señala que “Es ventura sin par la de ser jóvenes en momentos que serán memorables en la historia. Las grandes crisis ofrecen oportunidades múltiples a la generación incontaminada, pues inician en la humanidad una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional. Una nueva conciencia histórica deviene en el mundo y transmuta los valores tradicionales de la Justicia, el Derecho y la Cultura. Intérpretes de ella, los que entran en la vida siembran fuerzas morales generadoras del porvenir, desafiando el recrudecer de las resistencias inmorales que apuntalan el pasado”.

 

Donde quiera que uno pose sus ojos ve dos mundos antagónico: riqueza desbordante y miseria humillante, entonces uno también se pregunta ¿Qué clase de mundo es este? ¿Qué clase de democracia es esta?

 

“El pobre Cristo clavó la cruz para los de abajo”, nos canta José Larralde, pero no se toma nota de ello.

 

No debemos entonces sorprendernos por las fogatas francesas, puesto que son para iluminar un nuevo amanecer, ese amanecer que todos los hombres de buena voluntad ansían desde hace mucho tiempo, quizás demasiado.

 

En ese amanecer la cooperación tendrá su privilegiado espacio de acción y esa acción será a todas luces humanizadora y alumbrará un porvenir dichoso que no está lejos.

Tengamos el temple necesario para abandonar las sociedades de hambre y egoísmos para avanzar hacia un mundo cooperativo, ese mundo es posible si avanzamos a pesar de la actual tempestad y no claudicamos de ese honorable esfuerzo.

 

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 

 

 

 

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