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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

LA RIQUEZA DE UN PUEBLO NO SE LOGRA CON LIMOSNA


  • Antonio Palazón Ibieta

El ocho de enero del año 2008 moría un preclaro ciudadano paraguayo, Porfirio Cristaldo Ayala. A través de sus libros y sus innumerables artículos estará siempre con nosotros. Hoy como un homenaje a su persona, La Rueda publica El Milagro de Taiwán. A pesar de haber transcurrido varios años del artículo mencionado, en él nos demuestra que la prosperidad de un pueblo no está en que sus autoridades repartan limosna, sino creando condiciones para que sus habitantes logren prosperar libremente. Transcribo una parte del escrito de Cristaldo Ayala que me ha impactado al leerlo: "cuanto menos son los impuestos y más disponen los ciudadanos para gastar, mayor es el crecimiento económico, y cuantos más altos son los impuestos y más gasta el gobierno, menor es el crecimiento".¿Que más podría decirse?. ¿Acaso no tenemos ejemplos recientes de como se orienta un país al atraso o a la prosperidad? Alemania comunista- Alemania liberal/ Corea comunista- Corea liberal, por citar tan solo algunos ejemplos. Más aún lo que Porfirio Cristaldo Ayala nos señala en: "El milagro de Taiwán".

Aún no logro borrar de mi mente, las expresiones de Fernando Lugo en su visita a la Cuba comunista de los Castro, cuando expresaba con indisimulada euforia: "Esta es la democracia que debemos imitar". ¿La democracia de la miseria?, donde los gobernantes viven sin premura económica, mientras que el pueblo se debate en las necesidades más elementales, sin futuro para él y sus hijos. En la Cuba de los Castro muchos intentan escapar del "paraíso comunista " en cualquier objeto flotante, como en décadas pasadas lo hicieran los alemanes de la "República Democrática" (comunista) La ciudadanía alemana oprimida se ingeniaba y arriesgaba, saltando el muro custodiado por los "VOPOS", (policía popular alemana) o cavando túneles etc, etc. ¿Sería este el futuro que Lugo pretende para nuestro país?.

A dos años del "Gobierno del Cambio", antes que disminuir la pobreza extrema, ha aumentado. A simple vista se observa más niños e indígenas mendicantes en la calles, robos y asaltos por doquier, ni que decir de la creciente desocupación.

La superficie de Taiwán es similar a la del Departamento de Concepción y alberga a treinta millones de habitantes. No tiene petroleo para generar energía.

El Paraguay con cuantiosas riquezas minerales, tiene además en condominio Yacyreta e Itaipú, esta última, la hidroeléctrica más grande del mundo. Ellas podrían haber sido los pilares de nuestro desarrollo. Gobiernos anteriores por la corrupción y la falta absoluta de proyectos desarrollistas no lo han implementado, y este gobierno engañosamente ha prometido "Soberanía Energética" y "Precio justo", En ningún momento ha concebido la posibilidad de recuperar la energía en la parte que nos corresponde para ofrecer a las industrias al precio regalado que entregamos a nuestros "hermanos" argentinos y brasileños.

En una reunión con el embajador de Taiwán en Paraguay, Lien-sheng Huang, ante mi consulta si en que consistía el milagro económico de su país, me respondió: educación de primer nivel para todos sin excepción, investigación científica y tecnológica en las universidades, tanto es así que Taiwan está próximo a conseguir figurar en el libro GUINNESS, como poseedor de la mayor cantidad de inventos por año. Me seguía diciendo el embajador Huang: no teniendo suficiente tierra cultivable, ni riquezas minerales, solo nos quedaba fomentar y explotar al máximo la inteligencia, dando a los empresarios seguridad jurídica, bajos impuestos y facilitando el acceso a la tecnología, inventos e innovaciones a las empresas privadas. Hoy Taiwán con 18,000 dolares de ingreso per cápita, constituye un modelos de desarrollo a imitar.


2 comentarios

Anónimo -

Asunto: ¿ Y para que van a vivir ?
Impresiona pensarlo, a los argentinos se nos mueren “seis chicos más” que a los cubanos, en el primer año de vida.

Sí, s텅 todo muy lindo de movida, pero los seis cubanitos esos que ellos salvan de morir en el primer año, van a crecer y un día tendrán dieciseis años.



Pensemos que serán terriblemente infelices porque:





NO podrán dormir abandonados en las calles.

NO podrán, como los chicos argentinos, ir presos a esa tierna edad.

NO podrán esperar hasta los diez y ocho años para votar porque ejercen el derecho de voto a los dieciséis.

NO podrán ser secuestradas las chicas para trabajar en prostíbulos provinciales.

NO podrán desertar de primaria, secundaria y universitaria.

NO podrán integrar barras bravas, porque allá esos grupos no existen.

NO podrán ser asesinados por ladrones, mafias de la droga ni policías gatillo fácil.

NO podrán fingir tener 18 años para ingresar a un Bingo, Casino ó Hipódromo y jugar por dinero, porque en Cuba no hay esos establecimientos.

NO podrán disfrutar de una Feria del Libro orientada por el Mercado porque la que tienen está en función de ellos y de la cultura.

NO podrán tener una televisión mercantilizada porque la que tienen está para estimularles y alimentar su cultura.

NO podrán dejar de amar, admirar y emular al ex Cónsul argentino en Nueva York José Marti, porque ese hombre es el ideólogo de todo lo bueno y libre.

que ocurrió, ocurre y ocurrirá en Cuba.

NO podrán dejar de generarnos una sana envidia por su formación social, cultural e internacionalista. Ojalá aprendamos de ellos.



Si me querés enviar algún otro NO que se te ocurra? Eladio González toto director L.E. 4.406.514

Anónimo -

EL MILAGRO DE TAIWÁN

Ing. Porfirio Cristaldo Ayala
Q.E.P.D.




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La China comunista es considerada un milagro económico, la prueba palpable de lo que pueden hacer las reformas de mercado como las que introdujo Deng Xiaoping hace 25 años. Pero sus problemas son tan grandes como sus triunfos. La mayoría vive en la pobreza con menos de dos dólares por día. El partido comunista continúa restringiendo las libertades políticas, la prensa y los sindicatos, y tarde o temprano el frágil equilibrio entre la economía libre y el autoritarismo político habrá de romperse.

El verdadero milagro es el de Taiwán. El capitalismo convirtió a esta pequeña isla es un emporio de riqueza, libertad y democracia. Taiwán comenzó de cero. Fue una mísera colonia japonesa desde 1895 a 1954. En 1952, cuando llegaron a la isla los dos millones de nacionalistas que escapaban del "paraíso comunista" de Mao, más del 40% de los seis millones de habitantes de la isla eran analfabetos. El ingreso anual por habitante estaba en 50 dólares, igual que en China continental.

Durante los cuarenta años siguientes, el crecimiento promedio de Taiwán fue de 8,7% anual y su producción se multiplicó ¡más de 35 veces! En 1992, su ingreso por habitante superó 10.000 dólares, en tanto que China estaba en 500 dólares. A diferencia de lo que se cree, el país progresó sin ayuda externa. EE.UU. suspendió su ayuda a Taiwán desde 1968. Peor aún, cuando reconoció a China comunista en 1979, Taiwán fue expulsada de la comunidad de naciones. La China considera a Taiwán una provincia rebelde. La constante amenaza de invasión comunista le ha obligado a asignar entre el 10 y el 20% de su producción a gastos de defensa. Esta ha sido una pesada carga para su economía.

Taiwán es un buen ejemplo para los países latinoamericanos, porque como muchos de ellos es un país pequeño, sin recursos naturales y con escasa tierra agrícola (62% de la isla es montañosa). Al igual que muchos países del continente, Taiwán también debió realizar una profunda reforma agraria a comienzos de los años de 1950, pero a diferencia de nuestros países, la tierra no fue expropiada o confiscada, sino comprada de sus propietarios, respetando estrictamente los derechos de propiedad. No hubo violencias, inseguridad, o invasiones de tierras. El gobierno no repartió la tierra a los campesinos sobre bases populistas, sino que les vendió las parcelas de cultivo. Y no les obligó a trabajar la tierra en granjas colectivas o les prohibió venderlas o hipotecarlas, sino que les entregó los títulos de propiedad correspondientes. Se creó así los cimientos de una sociedad de propietarios, respetuosa de los derechos de propiedad privada, lo que promovió el ahorro, la inversión y creación de negocios y empresas.

En lugar de endeudarse, Taiwán ahorró y atrajo inversiones acumulando una reserva superior a toda la reserva de América Latina junta. Para acelerar su crecimiento mantuvo una muy baja carga impositiva durante su desarrollo inicial. En 1960, la carga impositiva era de 14%, con escasa evasión y corrupción. Treinta años después, cuando el país ya era una potencia industrial, la carga impositiva aún no alcanzaba el 20%. Hoy, los impuestos siguen siendo bajos en comparación a otros países de igual desarrollo.

Taiwán ha aprendido la lección de que cuanto menos son los impuestos y más disponen los ciudadanos para gastar, mayor es el crecimiento económico, y cuantos más altos son los impuestos y más gasta el gobierno, menor es el crecimiento. El gasto social es mínimo (menos del 1% del PIB), gracias a que los ciudadanos disfrutan de bajo nivel de desempleo, estabilidad de precios y alto crecimiento del ingreso.

Taiwán es uno de los países de mayor libertad económica del mundo. Este es el secreto de su milagro. No protege con aranceles a las industrias nuevas o "estratégicas", no subsidia ni trata de evitar que las firmas quiebren. La producción no está cargada con excesivas regulaciones. La justicia protege las inversiones y hace cumplir los contratos. Las leyes laborales son flexibles, no existen sindicatos fuertes. Si Taiwán pudo convertirse en un emporio, en contra de tantas dificultades, igualmente cualquiera de nuestros países puede alcanzar la prosperidad. Siempre que sigan el mismo camino.


Artículo de archivo
La Rueda, 14 de noviembre de 2010