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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

LECCIONES DE PARAGUAY

  • Gustavo González

El pasado 20 de julio decíamos en nuestro artículo acerca de la situación política de Paraguay que era realmente preocupante y planteamos también que las elecciones municipales del mes de noviembre, sería un verdadero termómetro que marcaría las tendencias y perspectivas del futuro paraguayo.

Pero colocábamos como un problema real la derechización que estaba experimentando el gobierno de Lugo, lo que llevaría a un desencanto de los sectores populares en el actual gobierno.

Los resultados de las elecciones del pasado 7 de noviembre fueron lapidarias en este sentido, porque el Partido Colorado (Stronista) fue el gran triunfador de las mismas.

El partido Liberal fue la segunda fuerza y sin ninguna Intendencia en su haber el Frente Guazú (Coalición de los Partidos de izquierda).

 

Cabe destacar que la Alianza para el Cambio que llevó al gobierno a Lugo no se presentó en las mismas. Una Alianza que fue minada desde dentro mismo, donde el Partido Liberal con el actual Vicepresidente de la República fue uno de los mayores opositores del propio Presidente Lugo.

 

La debilidad demostrada por esta coalición política pone en el análisis el problema de las alianzas no solamente en la izquierda paraguaya sino en todos los países de nuestro Continente.

 

Digo esto porque en general los programas políticos de las coaliciones tan amplias llevan como conclusión inmediata a la rebaja en las aspiraciones del Programa político de la izquierda y esto se paga y se paga fundamentalmente con los sectores populares que en base a la confusión de esperar un cambio que no llega , para quedarse con la fotocopia prefieren el original, así lo demostraron las elecciones de Chile.

 

Lugo en vez de apoyarse en los reclamos de las organizaciones populares (sindicales, campesinas) opta por contemporizar con planteos de la burguesía nativa, admite el plan Colombia solapado y ya instalado en territorio paraguayo.

 

Sin embargo todos los índices de la macroeconomía marcan índices muy importantes en el crecimiento del país, como nunca en los últimos años. Para tener una idea el PIB del país se calcula que creció en un 13% , cifra que solo se ubica en la historia del Paraguay en los albores de los años 70.

 

Pero este crecimiento no es acompañado con la distribución de la riqueza, cuestión que se refleja en que la calidad de vida de los sectores populares sigue igual.

 

La derecha voraz sigue presionando para que como fieles representantes de los capitalistas nativos la debacle del gobierno frente a la gente que apostó al cambio sea total. Y ello se siente en las calles de Asunción sobre todo en los barrios populares.

 

Aún así el Frente Guazú con cientos de dificultades de todo tipo se puede considerar que en la medida que se coloque a la cabeza de los reclamos populares y entienda que toda coalición con los liberales es funesta, podría reorientar su conducción y efectivamente intentar profundizar los cambios junto al Movimiento Popular.

 

De no abrir un gran debate sobre el tema, el futuro de Paraguay, será el de Chile o peor en la medida que se instalaría en el gobierno nada más ni nada menos que el Partido Colorado.

 

1 comentario

Anónimo -

La alianza no cura, no educa, no alimenta

Enrique Vargas Peña

A mi modo de ver, la lección más significativa de las elecciones municipales del 7 de noviembre es que la idea que manejan los líderes de los partidos que integran el Gobierno más Patria Querida, sobre la necesidad de una alianza para vencer a la Asociación Nacional Republicana (ANR), es errada.

Sin embargo, los partidos que integran el Gobierno más Patria Querida insisten en mostrar como respaldo a su propuesta el hecho de los votos obtenidos por el senador Miguel Carrizosa que logró, después de su nominación como candidato único frente a la ANR, subir drásticamente en las encuestas y prácticamente empatar el día de las elecciones, con Arnaldo Samaniego.
Veamos.

Los partidos políticos tienen lo que muchos denominan “el voto duro”, integrado por electores para quienes la pertenencia al partido es la opción política más importante. Estos electores votan, en general, según se decide en el partido.

Los estrategas de los partidos del Gobierno más Patria Querida sostienen que la suma de votos duros de todos ellos explica esa remontada de Carrizosa y justifica persistir en la estrategia.

Pero esa estrategia parte, desde luego, de una base filosófica absolutamente inaceptable: la de que el voto duro de los partidos está tan cautivo que puede trasladarse como los estancieros mudan ganado de potrero a potrero.

Creo que tal base filosófica es solamente un dogma, que como todo dogma no resiste ningún análisis y, por tanto, exige a sus partidarios reprimir a quienes lo cuestionan y no revisar sus fundamentos.


El concejal Francisco Yore les demostró en Asunción que ese supuesto totalitario, ese dogma, no es verdadero y la elección en Ciudad del Este confirmó de un modo muy difícilmente controvertible que ese supuesto totalitario, ese dogma, según el cual el elector es una especie de ganado, es falso. Los números no mienten.

Si la base filosófica que usan los partidos del Gobierno más Patria Querida para insistir en su estrategia fuera cierta, Francisco Yore no debió haber logrado los votos que logró para “Anki” Boccia y en Ciudad del Este, Sandra McLeod debió ser derrotada con el sesenta por ciento de los votos.

Es decir, la conclusión lógica a la que se arriba al leer las cifras electorales es que incluso el voto duro es consciente y no es incondicional, aunque sus razones sean muy particulares.

Los dogmáticos que consideran que el elector es una especie de ganado dicen, para explicar lo de Yore y lo de Ciudad del Este, que muchos electores se vendieron, que los electores paraguayos somos no solamente ganado, sino ganado venal.

Arguyen esto señalando los casos en que se documentó la venta de cédulas, por ejemplo la filmación publicada por Telefuturo y Última Hora.

Le pedí al senador Marcial González Sasfrand (PPQ) saber si tienen de alguna base estadística que preste fundamento racional a la idea de que los electores paraguayos somos venales. Me tuvo que admitir que no la tienen.

Ocurre que es muy fácil culpar a otros de las consecuencias de los errores propios y los jefes de campaña de los partidos del Gobierno más Patria Querida encuentran muy provechoso decir que la gente se vende para encubrir su propia incompetencia.

Claro que hay gente que alquila su cédula, pero incluso esa gente alquila su documento de identidad por una razón muy obvia: La candidatura por la que iba a votar no le parece tan importante para su propia vida como para no tener que aceptar ese dinero.

Los estrategas de los partidos del Gobierno más Patria Querida están muy enojados porque su voto duro, había sido que no era tan duro. Se lo ablanda con plata. Su voto cautivo había sido que no es tan cautivo. Se lo libera con dinero.

En síntesis, el dogma de que la suma de partidos es igual a la suma de sus afiliados o a la suma de sus votos en la última elección es falso como lo son todos los dogmas. Solo encubre, como todos los dogmas, el negocio de algunos aprovechados.

Miguel Carrizosa casi empató con Arnaldo Samaniego no tanto por efecto de la alianza, como por la confianza que él, como persona, despertó en cada uno de los electores que votó por él.

Pero como gastó todo el tiempo de la campaña en discutir los términos de la alianza (seis días fue todo lo que dedicó a la campaña como candidato único, una verdadera falta de respeto a los ciudadanos), no pudo convencer a muchos que no estuvieron directamente vinculados al proceso político. Todos esos se quedaron en su casa.

Los que se quedaron en su casa, la mayoría de los electores paraguayos, le están diciendo a los estrategas de los partidos del Gobierno más Patria Querida que no son ganado y que la alianza no les dice nada.

Con la sola alianza no se cura, no se educa, no se come. El gobierno de Fernando Lugo lo prueba en los hechos. La alianza es solamente un reparto repugnante de espacios de influencia y el país está harto de eso, por si no se dieron cuenta. Los números de la abstención no mienten.

Si la estrategia de los partidos del Gobierno más Patria Querida para 2013 es gastarse todo el tiempo de campaña electoral en discutir los términos de esa repartija, la ANR puede estar tranquila, arrasará en esas elecciones y volverá pujante al poder.