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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

SE CUMPLEN 18 AÑOS DEL DESCUBRIMIENTO DE LOS ARCHIVOS DEL TERROR

Un día como hoy del año 1992, aún con las heridas abiertas de tantos años de dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), se halló el principal archivo de la Policía Nacional conocido como los Archivos del Terror. Lo que se decía a voces se confirmó en toneladas de papel: hubo un aparato represivo que cobró vidas, costó el exilio y el desmembramiento de muchísimas familias paraguayas.

El 14 de setiembre de 1992, a las 08:20, ante el juzgado de Primera Instancia en lo Criminal del Tercer Turno, Martín Almada (docente, apresado arbitrariamente y torturado por la policía stronista) presentó su solicitud de hábeas data.

Ocho días después se allanó el Departamento de Producción de la Policía (Lambaré). Con el peticionante, se presentó el juez José Agustín Fernández y su secretario de juzgado, Julio Vasconsellos. Numerosos periodistas de la prensa oral, escrita y televisiva acompañaron el momento.

El recibimiento no fue grato y el juez Fernández debió explicar varias veces el procedimiento para que le permitieran entrar: "yo estoy investido de la autoridad que me otorgan la constitución y la ley, y le ordeno que me abra el lugar".

 

Almada, con gran valentía y con sólo un papel en las manos pidió hablar con el cocinero del lugar. Así fueron desplazándose hasta terminar frente a una oficina llaveada con un candado.

 

Fernández pedía, a través de los medios de comunicación presentes, que el juez de turno, Luis María Benítez Riera se acercase en vista de la importancia del hallazgo.

 

Finalmente, la tarde húmeda y calurosa sorprendió a todos. Al romperse el candado, se pudo comprobar que la pequeña habitación estaba repleta de papeles, carpetas, cassettes y libros que comprobaban la represión contra opositores.

 

Francisco de Vargas (también víctima de la dictadura y en ese momento miembro de la Bicameral de Derechos Humanos del Parlamento) y la señora María Stela de Almada, se sorprendieron al comprobar las sospechas:

 

Una fila de voluntarios, entre ellos periodistas, ayudaron a cargar los documentos hasta la oficina del juez Fernández, en el Palacio de Justicia, ante el temor de que desaparecieran.

 

Luego quedó en el 8vo piso del Poder Judicial a cargo de la Corte Suprema de Justicia y se realizó el primer inventario de la documentación.

 

En marzo de 1993 se creó el Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos (CDyA) a dónde puede recurrir la ciudadanía en busca de datos.

 

En el Departamento Judicial de la Policía, la Comisaría 3ª y la Ex Dirección Nacional de Asuntos Técnicos (“La Técnica”, actualmente convertido en museo) se con.

 

¿Por qué no fueron eliminados?

 

“Los Archivos, cuyo paradero la Policía decía desconocer, habían sido utilizados por la misma hasta diciembre de 1991” indica el Informe Final de la Comisión Verdad y Justicia

 

Concluyó además que apesar de que normalmente las dictaduras queman sus archivos, “la Policía paraguaya con la presunción de que podrían volver a ser útiles en un futuro próximo, decidió no desprenderse de su preciada colección de papeles.”

 

Desde 1995, por ley y en honor a éste descubrimiento, se celebra el “Día de la Dignidad Nacional”

 

Tipo de documentos encontrados

 

Fichas de detenidos, con fotos y datos físicos como de sus familiares. Normalmente se hacía una descripción de sus actividades.

 

Informes confidenciales de los famosos piragués, quienes recibían dinero o bien privilegios por el servicio de delación brindado.

 

Declaraciones Indagatorias e informativas. Los detenidos eran torturados para que reconozcan filiaciones con algún partido o grupo proscripto. Muchos de ellos, con tal de salvar sus vidas, inventaban grandes mentiras. Otros murieron al negarse.

 

Controles a Partidos Políticos de Oposición, Grupos Estudiantiles, Sindicatos. Los controles eran sistemáticos. Gremios estudiantiles, empresariales y de profesionales estaban en la mira. Cualquier comentario podía ser considerado peligroso y desde entonces quedaban marcados como subversivos.

 

Controles de Entrada y Salida del País. Los puntos de frontera y los agentes fronterizos aportaban información sobre los extranjeros que ingresaban al país o de los paraguayos, muchos de ellos exiliados, que querían ingresar al país.

 

Vigilancia Domiciliaria. El régimen hacía una vigilancia de cerca de los opositores y de sus familiares. Ocasiones como casamientos o velorios eran propicias para anotar el número de chapa de los presentes.

 

Documentos de Identidad (Cédulas y Pasaportes). Muchos de los detenidos eran privados de sus documentos de identidad. Esto les imposibilitaba conseguir trabajo, comprar o vender bienes y abandonar el país. Era una forma de castigo moral.

 

Otros documentos: Controles Telefónicos, Notas Varias al Jefe del Dpto. de Investigaciones, Publicaciones Periodísticas, Fotografías, Libros de Novedades de la Guardia, Pedidos de búsqueda, Cassettes con grabaciones de paneles, conferencias, discursos, programas radiales, etc.

 

Números del archivo, según Centro de Documentación

 

712.500 documentos.

 

Entre ellos:

11.726 Fichas de detenidos

5.700 Declaraciones indagatorias

16.723 Informes sobre personas

12.090 Controles a personas

1.138 Cédulas de identidad

20.000 Fotos

 

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Anónimo -

ANALISIS Y OPINIÓN

Un torturador de la dictadura dará “seguridad” a los asuncenos
POR ABEL IRALA

El nuevo intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego de la Asociación Nacional Republicana (ANR), más conocido como Partido Colorado, asumió el cargo el 20 de diciembre de 2010. Un día después presentó a su equipo de trabajo que lo acompañará en lo que dure su mandato.

Según el último censo del año 2002, la capital del Paraguay cuenta con 512.000 habitantes, cifra que en la realidad y en la actualidad fácilmente orillaría el número de 600.000. Lo que sucede o lo que deje de suceder en Asunción es sumamente importante para la vida del país, en ella se concentra el poder político, administrativo, jurídico, los medios de prensa, etc. Por lo tanto, lo que pasa en Asunción, tiene una repercusión a nivel nacional.

No se debe dejar pasar por alto la presentación del equipo de trabajo que acompañará la gestión de Samaniego durante los próximos años en el municipio capitalino. Equipo en el que se incluye como jefe de seguridad al Comisario Mario Agustín Sapriza. Un hombre ligado a la tenebrosa dictadura Stronista que finalizara en 1989 y manchara de sangre el reciente pasado paraguayo que todavía reclama justicia. El mismo es denunciado como una de los torturadores de la época dictatorial, pero que como muchos otros de su partido, se reciclo en la transición democrática y siguió –impunemente- participando en la vida política del país. Fue comandante de la Policía Nacional, viceministro del interior durante el gobierno colorado de Nicanor Duarte Frutos (2003-2008) y actualmente es el jefe de seguridad de la ciudad de Asunción.

21 años después de caída la dictadura el pueblo paraguayo debe soportar la ofensa que un torturador sea nombrado como jefe de seguridad de la capital del país, lo que representa un grave retroceso para la construcción de una democracia que sea responsable y respetuosa con los derechos humanos. Esta designación se acopla con otros hechos y elementos a nivel nacional que robustecen una política de seguridad de “mano dura” y enemiga de un proceso democrático; nos referimos por ejemplo a la realización del Operativo Triangulo instalado hace más de un año en el Departamento de Concepción a cargo de la FOPE (Fuerzas de Operativas de la Policía Especializada), así como el actual operativo policial “Ary Paha” (año que termina) con mayor fuerza en la zona del Área Metropolitana de Asunción: “Los efectivos designados al operativo incluyen a diferentes departamentos de la Policía como Control de Automotores, Narcóticos, Montada, Fope, Orden y Seguridad entre otros”[1].

Todos estos operativos basados sobre la idea de buscar, perseguir, atrapar delincuentes, para acabar con la inseguridad, y por supuesto, dentro de un esquema policial con alto grado de estigmatización donde el pobre representa al delincuente. Al ser desplegados estos operativos poco obtienen de sus objetivos formalmente establecidos: que giran alrededor de “brindar seguridad a la ciudadanía”, y por el contrario lo que se logra es criminalizar a los sectores, personas, barrios y asentamientos empobrecidos.

Entre otras cosas Sapriza promete organizar comisiones de seguridad ciudadana, un fuerte control en los espacios y plazas públicas, la creación de una policía municipal, “porque en las plazas se realizan actividades que no condicen con las buenas costumbres y con el respeto hacia los demás ciudadanos, entonces, cubrir todas esas plazas con personal efectivo por 24 horas para vigilar y permitir a la ciudadanía ocupar de vuelta las plazas, eso en coordinación con la Policía Nacional, prestar el auxilio a la Policía Nacional en cuanto a la información correspondiente de los vecindarios más conflictivos para que se monten operativos especiales”[2]. Prometiendo así, intensificar operativos que se dirijan contra los barrios que él denomina conflictivos, entre los que seguro se encuentran los bañados, chacharitas y otros barrios pobres marginados de la ciudad.

Se sigue entonces, diseñando una política de seguridad represiva, cubierta de uniforme policial y militar, con la consigna (falsa) más policías, mas operativos, mas cárceles, para disminuir la seguridad y la violencia, mientras que no hay ni siquiera aproximación a un política de empleo, que genere fuentes de trabajo para la dignificación de la población, ni tampoco una discusión sobre seguridad, ciudadanía, democracia, en términos muchos más amplios que permitan la vigencia y el respeto de los derechos humanos.

[1] http://www.mdi.gov.py/index.php?option=com_content&view=article&id=846:policia-nacional-lanzo-operativo-ary-paha-en-el-marco-de-las-festividades-de-fin-de-ano&catid=1:latest-news&Itemid=50
[2] Escuchar audio en: http://www.nanduti.com.py/v1/audios.php?&page=5