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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

EL DESPRECIO AL GUARANÍ


  • Mario Rubén Álvarez

El rasgo de la permanente dualidad de la cultura paraguaya se manifiesta apenas emerge un pequeño agujero. En el discurso, nada es más monumental que el idioma guaraní. Cuando hay que traducir en hechos esa valoración aparecen las hilachas del desprecio y la marginación.

El saludo al Bicentenario el 1 de enero pasado -dos días después de que por fin (¡por fin!) se promulgara la Ley de Lenguas después de una eternidad-, en el espacio aledaño al Centro Cultural de la República "El Cabildo", mostró el rostro de un Paraguay monolingüe. Iñe’ê ambue okañy upe pyhare. Ndaha’éi okañýnteva: omanoite kirîrîme.

Oî ramo peteî mba’e oñe’êva ha ohechaukáva opa rupi ñane retâ rapykuerekue niko ñane ñe’ênguéra. Guarani ha castellano, castellano ha guarani, koînguéicha, oiko ojoykére, ojoapytépe, ojoapykuéri, ojo’ári, ovayvávo ha ovapývo. Oñemboykemírô jepe guarani, kóva ojetyvyro, omono’ô pytu ombogue haguâ pytû ha ndopytái. Pévare, agâ peve, ojykeko ñande reko rembiasa.

 

El hecho de que el año del Bicentenario comience con una deuda saldada -la Ley de Lenguas- con el guarani por senadores, diputados y el Poder Ejecutivo es algo tan trascendente para el país que los organizadores de la bienvenida a la recordación de los 200 años de Independencia tendrían que haberle dedicado un lugar privilegiado en la noche en que las paredes del Cabildo reflejaron una historia que lejos estuvo de una síntesis feliz.

 

El guarani estuvo ausente. Salvo un brevísimo segmento del discurso del vicepresidente Federico Franco, nadie habló en la lengua que lleva casi 500 años de difícil supervivencia. No era una simple presencia, para llenar un vacío o satisfacer a los que contra viento y marea reman a su favor: era un gesto, una actitud y -tácitamente- un compromiso con su vigencia y su significado en la vida nacional.

 

¿Qué costaba poner al lado del locutor en castellano un locutor en guaraní? Era lo más elemental que la Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario podía haber hecho. El mensaje a la nación iba a ser que la predisposición de los organizadores de los actos es inclusiva, abierta, tolerante y totalizadora.

 

La lectura de esa omisión -¿voluntaria?- es que, así como después de la Independencia, tras la Guerra Guasu (cuando los invasores, sobre todo Argentina, querían matar el guarani para eliminar la rebeldía paraguaya) y en diversos pasajes posteriores de nuestra historia, las mismas autoridades paraguayas fueron las enemigas del guarani.

 

Hasta no hace demasiado tiempo, en las escuelas públicas -en las privadas ni qué decir-, no se podía hablar en la lengua en la que los alumnos habían nacido y empezado a crecer. "Guarango" era el despectivo que las maestras usaban para censurar al estudiante que osaba expresarse tal como venía de su casa. Algunas veces, las chiítas del aula le daban el agregado de una violencia más rotunda para convencer a su destinatario y, de paso, aleccionar al entorno: un sopapo en la boca.

 

Esto que la Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario hizo equivale a esa misma actitud de desprecio al guarani que de manera más o menos encubierta recorrió la República durante dos centurias.

 

¿Por qué? Porque es la lengua de los campesinos, de los pobres, de los delincuentes, de las putas, de los despreciados -no abiertamente, claro-, de los mboriahu kalapî, de los ajúra sevói y tye sevo’i del Paraguay... Porque con él no se gana plata, prestigio social, respetabilidad y fama globalizada. Porque es la lengua de los indios.

 

Japoína lo mitâ. Nosotros somos una cultura mestiza. El castellano y el guarani son nuestra cédula de identidad más gráfica y representativa. En una sola lengua, el Paraguay es solo alrededor de la mitad. Y no creo que la Comisión del Bicentenario tenga la intención de seguir presentando una realidad fragmentada, mutilada, opacada, negada.

 

No hablamos guarani para ser multimillonarios en plata: hablamos guarani para ser ricos como pueblo con identidad única, imposible de imitar. Esa fortuna es la que tenemos que incrementar en este Bicentenario.

 

El ojo despierto | EDICION IMPRESA | Viernes, 14 de Enero de 2011

http://www.ultimahora.com/notas/394737-el-desprecio-al-guaran%C3%AD


 

No hablamos guarani para ser multimillonarios en plata: hablamos guarani para ser ricos como pueblo con identidad única, imposible de imitar. Esa fortuna es la que tenemos que incrementar en este Bicentenario.

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