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PARAGUAY: LA POLÍTICA COMO BLANQUEO

  • José Antonio Vera 

Horacio Cartes, el Presidente del Club de Fútbol Libertad, un exitoso empresario que saltó a la arena política hace pocos meses, confesando planes presidencialistas para el 2013, y éste fin de semana se apoderó del Partido Colorado en una Convención Extraordinaria convocada a su antojo y por él financiada para ser consagrado nuevo patrón.

Escenas de sillazos, trompadas, botellazos, vestimentas destrozadas, mujeres casi desnudadas, respondieron a la instalación de la mesa de la asamblea, presidida por el Senador Juan Carlos Galaverna, en abierta violación de los estatutos partidarios que prohíben actuar de convencionales a los miembros de su Junta Directiva.

El espectáculo fue un atraco y un copamiento, comentó Luis Becker, un veterano dirigente colorado, quien recordó una convención de la década del 40, que también fue atropellada y asaltada por facciosos, al grito de “a sillazos o a balazos iremos al Palacio”.

 

Cartes recién apareció en la sede partidaria, en el centro de Asunción, después del mediodía, cuando su victoria estaba asegurada en manos de Galaverna, su principal operador, fogoso y deslenguado orador, cabecilla de varias trampas parlamentarias y violaciones de la Constitución en los últimos 15 años, que ha confesado públicamente, valiéndose de la impunidad que le otorga una desnaturalizada Corte de Justicia.

 

La Convención fue convocada para reformar los estatutos del partido, bajando de diez años a uno la edad de afiliación, como plazo mínimo para aspirar a un cargo en la dirección, todo un ardid para legalizar la candidatura a la presidencia partidaria del recién llegado Cartes.

 

Un Congreso Nacional, previsto para marzo, decidirá su futuro orgánico, pero hay coincidencias en los sectores de la opinión pública que aún tienen paciencia para soportar estos culebrones de mal gusto, que la carrera está ganada antes de la partida, como se estila en las trampeadas carreras de caballos, cuando un solo apostador le juega a todos, aunque discriminando el monto de los billetes.

 

De 806 afiliados habilitados para participar en la asamblea, lo hicieron 793, de los cuales 569 votaron por el nuevo mandamás, y 218 en contra, un resultado que los perdedores declaran públicamente que es producto de la compra de convencionales.

 

Ello, mirado con gafas limpias, evidencia un resquebrajamiento del partido, nacido en 1880 con el nombre de Asociación Nacional Republicana (ANR) y que ha gobernado el Paraguay durante 79 años como una hacienda, propiedad de pequeñas roscas mafiosas, más de la mitad con sangrientos regímenes militares.

 

Dos fracciones enfrentarán a Cartes y su Movimiento “Honor Colorado”, que para sus adversarios es mejor llamar Horror Colorado, encabezadas por la dupla presidencial Nicanor Duarte Frutos y Luis Castiglioni, derrotados en abril del 2008 por el ex Obispo Fernando Lugo, y otra por el Presidente del Club de Supermercadistas Eliazar Salemma y Zacarías Irún, un potentado que reina en Ciudad del Este, centro del contrabando de las Tres Fronteras, con Argentina y Brasil.

 

Conociendo la historia acomodaticia y poco honrosa del Partido Colorado, con gran vocación de poder y habilidad para explotarlo en beneficio de sus máximos dirigentes, ninguna sorpresa resultaría si dentro de unos meses, las tres tendencias se abrazan en vísperas de la campaña electoral por las presidenciales de abril del 2013.

 

Mucho dependerá de la inversión monetaria que esté dispuesto a hacer Cartes, a quien el partido le debe la financiación de las elecciones municipales de noviembre pasado, las cuales permitieron recuperar algo las alicaídas fuerzas después de la derrota del 2008 ante la Alianza Patriótica para el Cambio.

 

Esa alianza resultó un heterogéneo acuerdo electoral, que aceptó presentarse en torno a los seis puntos del programa común que hizo posible el triunfo de Lugo pero que, una vez incumplidos en su 90 por ciento, ha entrado en una profunda crisis, agravada por la ambición de cargos por algunos, y la división de las organizaciones progresistas.

 

Galaverna es el motor político del mejor avión de Cartes, y sus desplazamientos de los últimos meses demuestran una firme predisposición para efectuar toda clase de piruetas con tal de consolidar el dominio del partido por su nuevo patrón, a tal punto que, una vez que sintió que la Convención le obedecía, pidió silencio y se puso a rezar.

 

Ese gesto de utilización de la religión no es nuevo en la tradicional hipocresía de la muy devota cúpula colorada, pero adquirió mucha presencia en el país con la Iglesia Raíces bajo el mandato de Duarte Frutos, entre 2003 y 2008, y ha continuado con la adhesión pública a la Secta Moon de la actual Presidenta del partido, Lilian Samaniego, hermana del flamante Intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego.

 

Cartes es el único que puede garantizarle a Galaverna una reelección en el Senado que necesita como el agua, porque sus enemigos, muchos de los cuales pueden volver a ser amigos mañana, están con los cuchillos afilados entre los dientes, esperando que pierda los fueros para intentar someterlo a una investigación judicial, a los efectos de obligarlo a probar el origen de su cuantiosa fortuna, en una reacción motivada por envidia más que por una razón moral.

 

El nuevo líder colorado está acostumbrado a ganar, incluso con el Club Libertad, que levantó cabeza desde el momento que comenzó a recibir sus dólares. Reconocido empresario creativo y emprendedor, Cartes ha llegado a esta nueva competencia después de hacer muchos números y calcular que la inversión es rentable.

 

En la mitad de los noventa, un colega empresario suyo y también muy exitoso, Juan Carlos Wasmosy, se lanzó a la política e igualmente en filas coloradas, después de haber transitado por otros espacios partidarios buscando ubicarse en puestos de avanzada, y resultó electo fraudulentamente Presidente de la República.

 

Galaverna fue su principal operador y, tiempo después, confesó ante la prensa que había hecho trampas en las papeletas para que ganara Wasmosy, quien declaró que la campaña le había absorbido ocho millones de dólares pero que estaba contento porque, en cinco años, haría avanzar cincuenta al país.

 

Resultó un avance en reculada, en todos los planos, menos el suyo personal, pues salió más rico aún, producto de un acertado cálculo de profesional de la especulación que invirtió ocho para ganar ¿ochenta? y, además, antes de irse, privatizó casi 200 kilómetros de la ruta que va de Asunción a Ciudad del Este.

 

Una cosa que Wasmosy no previó fue la reacción de la ciudadanía que, silenciosa y a menudo acusada de inercia e inconsciencia, calladamente se cobra algunas deudas, enterrando por años o para siempre, a los políticos que cumplen su mandato sin resolver ninguno de los problemas más acuciantes del país.

 

En los últimos veinte años, el pueblo ha ido conformando una lista de políticos “quemados”, como son todos los Vicepresidentes de la República, tres colorados y uno liberal, que ha habido en ese lapso, además de Wasmosy y sus colegas y correligionarios Raúl Cubas y Luis González Macchi, a quienes se suman dos Intendentes Colorados y uno liberal, todos recibiendo una repulsa general.

 

Cartes, un todo terreno, quizás conozca un poco más que ellos la capacidad olfativa del pueblo paraguayo, indígena en sus orígenes, cuya intuición juega un papel muy importante en la medición de los personajes públicos, aunque estos no lo comprendan y por ello se equivocan tanto, incluso el propio Lugo, que comienza a recibir mensajes de rechazo desde las mismas filas que más lo apoyaron desde un primer momento.

 

Este año paraguayo estará teñido de política y mucha politiquería, los colorados buscando recomponer su rompecabezas, los liberales tratando de construir un candidato presidenciable pero con muy poca argamasa entre sus manos, y los sectores de izquierda condenados a entenderse y sumar fuerzas para no desaprovechar esta oportunidad histórica de ser actores en la reconstrucción del país, para que impere justicia y equidad social, a los efectos que la democracia deje de ser un cuento.

(especial para ARGENPRESS.info)

1 comentario

Gerald Dutertre -

CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

Como lo decía la Sra Dra del Pilar Callizo, es cierto que corrupción e impunidad van de par, uno siendo el cáncer y el otro el sida. De los dos se muere lo que cambia es la velocidad para morir. Es lo mismo con los sistemas políticos socialismo y comunismo; de los dos un estado se muere porque son sistemas que generan también corrupción e impunidad.

También, cualquier sea el sistema político, hay otras fuentes de impunidad en la actualidad que son numerosas ONG. Reciben dinero, evidentemente del contribuyente por intermediaria de los electos, y ni siquiera pueden justificar el uso de las sumas multimillonarias recibidas. Cada vez todo se va al opa rei, lo que significa que hay acá también corrupción porque hay impunidad. Pero a todo el mundo eso parece normal. Curioso, ¿no?