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SEMÁFOROS CONVERTIDOS EN TRAMPAS

 

Hace algunos días, las fallas en los semáforos de la intersección de la calle Iturbe y Segunda de nuestra capital causaron un accidente que costó la vida de dos personas. El escribano Aníbal Sánchez y su esposa cruzaron en verde sin percatarse que en la transversal atravesaba otro automóvil debido a que el semáforo estaba apagado. Anteriormente, por la misma causa se produjo un choque entre dos buses en Teniente Fariña y Estados Unidos que afortunadamente no tuvo saldo fatal, pero que dejó decenas de lesionados. Los aparatos, destinados a ordenar el tránsito y evitar accidentes, se convirtieron de esta forma en verdaderas trampas mortales. Cualquier conductor que transita por calles y avenidas de Asunción sabe que muchos semáforos no funcionan y que los que sí lo hacen, no siempre son de fiar. Además, considerando el tamaño de la ciudad y el exponencial crecimiento del parque automotor en los últimos años, es totalmente insuficiente la cantidad de estos dispositivos.

Apenas 212 cruces semaforizados tiene Asunción, razón por la cual muchos sitios con un gran volumen de tráfico se han vuelto peligrosos o el desplazamiento de los vehículos se tornó excesivamente lento y desordenado. Más allá de la necesidad de ampliar el sistema semafórico es urgente optimizar el funcionamiento de lo ya existente. En una reciente sesión de la Junta Municipal se puso en evidencia la alarmante precariedad con que se maneja el Departamento de Señalizaciones que cuenta solo con dos técnicos y un vehículo. No es extraño además que los semáforos tengan deficiencias, considerando que muchos de ellos fueron instalados hace más de 40 años. Se trata de artefactos obsoletos que presentan la dificultad adicional de no tener repuestos a disposición -hay que traerlos de Francia- y muchas veces las reparaciones se hacen empleando lo que se tenga a mano.

 

Por ejemplo, en varios cruces se utilizaron focos comunes, de los que se encuentran en cualquier almacén, en lugar de las lámparas de filamento reforzado, que son más confiables y de mayor durabilidad.

 

Se calcula que una renovación completa -que no incluye una indispensable ampliación del sistema- supondría un presupuesto cercano a los cinco millones de dólares. La municipalidad no puede perder tiempo y debe emprender de inmediato las gestiones para solucionar este problema, pues las vidas de los ciudadanos están en evidente peligro en la situación actual. El argumento de los altos costos no es válido, ya que el mal funcionamiento de los semáforos compromete la integridad de toda la población. Hasta los baches -tan irritantes y perjudiciales- pueden esperar delante de esta gravísima negligencia. La Junta Municipal -cuyos integrantes, dicho sea de paso, se autoasignaron un aumento de sueldo de tres millones de guaraníes en la sesión referida- tiene la obligación de otorgar un significativo incremento al presupuesto destinado al Departamento de Señalizaciones.

 

Hay que recordar también que esta oficina se ocupa no solamente de los semáforos, sino de todos los carteles indicadores y de alerta ubicados en la vía pública. Garantizar un tráfico fluido y sobre todo seguro es uno de los objetivos primordiales de un municipio. Por eso, no hay justificación para seguir demorando las medidas que resuelvan estas deficiencias.

http://www.lanacion.com.py/articulo.php?semaforos-convertidos-en-trampas&edicion=2&sec=29&art=11191

3 comentarios

Antonio Bonzzi -

DOS MUERTES ABSURDAS

Escribanos Aníbal Sánchez y Evangelista Paredes de Sánchez ¡Cuesta creer que ya no están! Que la acción deletérea de lo imponderable haya agredido tan alevemente el caro afecto de nuestros sentimientos hacia las víctimas de la tragedia. Más aún cuando lo sucedido ha sido tan inesperado. Fue el domingo 31 de enero a las 22.00, el mismo día en que toda la mañana me visitara para desgranar recuerdos, que una muerte absurda redujera al silencio, a la nada, la voz cálida de Aníbal Sánchez y la prestancia de su esposa y compañera Evangelista Paredes de Sánchez.

El vértigo insensato, rayano en lo criminal, de alguien embriagado de velocidad y algo más en pleno centro capitalino, fue a incrustar el suyo contra el vehículo que conducía Aníbal Sánchez acompañado de su familia, produciendo su muerte instantánea y el deceso demorado por dos días de Evangelista Paredes de Sánchez.

Fue en la esquina de Iturbe y 2ª Proyectada. Aníbal Sánchez, mi amigo del alma, mi compañero de siempre desde el tiempo remoto de nuestra común procedencia concepcionera, pervivirá en el recuerdo de todos los que tuvieron la fortuna de frecuentar su trato. Honesto como el que más y paradigma de humildad sin afectación.

Su proverbial virtud de dación incondicional a sus amigos y de trato afable y decente de su acontecer personal y profesional caracterizaron al amigo de memoria imperecedera cuya temprana ausencia deploramos.




Víctor Colmán Agüero -

EL TEMA METROBÚS

Señor director: Pese a muchas publicaciones, sigue sin aclararse debidamente el proyecto del Metrobús que se quiere implementar entre San Lorenzo y Asunción. Hasta el momento solo se informa que con la incorporación de enormes vehículos, el transporte de pasajeros mejorará, tanto en comodidad como en velocidad. ¿Sólo eso? Es mi gran pregunta.

Hace unos días la prensa se hizo eco de otra presentación del proyecto Metrobús, tal como ya se hizo el año pasado en la Expo, y tal como en reiteradas ocasiones promocionó el ministro Efraín Alegre, quien está a la cabeza de la transformación del transporte público.

Le aseguro, señor director, que la nueva presentación no aportó nada nuevo y se volvió a repetir que de San Lorenzo a Asunción se ahorrarán 30 minutos de tiempo, que se construirán paradas cada 700 metros y la circulación será sobre la avenida Eusebio Ayala. También se reiteró que para impulsar este proyecto se tiene el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 120 millones de dólares.

Me parece que lo que falta decir con exactitud es si con este sistema del Metrobús, costará igual o más caro el pasaje. Esto es fundamental.

Si por ejemplo, y es mi opinión, el pasaje se cobra un poquito más caro de los 2.300 guaraníes de ahora, la gente no va a protestar toda vez que el servicio sea bueno. Pero donde parece que habrá serios tropiezos es en el tema de que estos elegantes y costosos micros, solamente transitarán por la avenida Eusebio Ayala, no ingresarán a los barrios como si en el Paraguay todo el mundo viviera sobre la citada ruta.

Al no ingresar a los barrios los metrobuses, automáticamente el pasaje irá en aumento, porque el usuario tendrá que abordar los micros de siempre en su barrio pagando los 2.300 guaraníes y luego abordar el micro de primer mundo pagando nuevamente otro pasaje para llegar a Asunción. Y tampoco uno sabe si abordando el “nuevo bus” llegará a destino.

Imagínense lo que ha de calcular un viajero, por ejemplo, que toma la línea 27, que viene desde Capiatá y va hasta Lambaré. Con solo 2.300 guaraníes hace ese largo recorrido que le insume casi dos horas de viaje. Sin embargo, si de Capiatá viene y baja en San Lorenzo para abordar el Metrobús, ya habrá pagado dos pasajes, y todavía no va a llegar a Lambaré.

Bueno, se pueden dar muchos ejemplos, pero lo que me gustaría tener información correcta de la prensa, es cómo los proyectistas de la modernización del transporte público asunceno contemplan el costo del pasaje y el servicio en los barrios con calles empedradas con este sistema que funciona muy bien en grandes ciudades como Curitiba, Bogotá, etc., pero que es incógnita total en Asunción. Muchas gracias.


Marycruz Najle -

A toda velocidad

A esta altura de las cosas, hasta nos preguntamos si vale la pena el plagueo. Porque cada vez que despertamos del asombro y el dolor, todos volvemos a olvidar las desgracias y continuamos sin mirar hacia atrás. Pasados los primeros momentos en los que el dolor de las pérdidas humanas nos afecta, todos parecemos listos para seguir cometiendo los mismos errores.

El fin de semana pasado terminó con su cosecha de jóvenes víctimas de la combinación más letal y más fácil de conseguir en cualquier calle: el alcohol y la velocidad.

Y la muerte absurda de más chicos y chicas que, como todos los de esa edad, se creen inmunes a todas las desgracias, porque para eso es la juventud y sobre todo, para eso están las alegrías que les venden a veces demasiado caras en cualquier parte, no dejan de sorprendernos por lo fácilmente que se presentan y lo fácilmente que podrían haberse evitado.

Y no se trata del peligro de ir al volante de una máquina cara, o de subirse a un biciclo que cuesta monedas. El resultado es el mismo para quien tiene cómo apretar un acelerador en cualquiera de las versiones posibles y sobre todo, arrojarse a los brazos tentadores de las formas más arriesgadas de “entretenimiento”. El afán de ir más rápido que los demás y de tomar más que los demás parece ser el único medio para expresar alegría que muchos chicos y chicas han adoptado.

Aunque la realidad se canse de demostrarnos cada día lo contrario, muchos padres creen que los hijos adolescentes o muy jóvenes tienen la suficiente madurez para tomar decisiones en medio de una borrachera. O talvez muchos de ellos prefieran mirar para otro lado, para no “pelearse” con los chicos al decirles que no.

Las autoridades, responsables de poner orden en las calles y sobre todo proteger a los chicos y chicas de sus propios excesos parecen estar inmersas en la anestesia del “Y bueno… no podemos hacer más de lo que hacemos”.

Los que viven de lo que gastan los chicos y chicas cada noche parecen felices a la hora de no importarles nada de lo que les pase a sus clientes más fieles. ¡Total, este es un país de jóvenes y por lo tanto, hay muchos de repuesto!, parece que piensan. Y no hay nada mejor para demostrarlo que ver a las puertas de los boliches y en miles de lugares más, la forma en que los tratan y la manera en que los “invitan” a hacerse el harakiri con sus “canillas libres” y otras tentaciones que suenan a gloria en los oídos de los más jóvenes.

Criticar y juzgar a los más chicos por su mal comportamiento, por su falta de capacidad de acutocontrolarse y de divertirse sin poner en riesgo sus vidas, es el camino más fácil y el que más nos gusta transitar. Es fácil arrojar las primeras piedras y decir que los “jóvenes de hoy están todos locos ”, sin recordar que todo comenzó un día cualquiera ante nuestras propias narices.

Asumir que somos una sociedad enferma y en riesgo de convertirnos en un país en el que miles de jóvenes de todas las condiciones sociales habiten los cementerios o queden postrados de por vida en una cama , dependiendo de sus familiares, debería ser la preocupación que nos motive a encontrar la manera de salvarnos de nuestra propia vocación suicida.

Es hora de dejar de “buscar culpables” en el afuera de la propia existencia. Es tiempo de encontrar formas diferentes para llegar al corazón del problema, para combatir con sincera voluntad la epidemia que mata más que el cáncer y otras enfermedades que pueden afectarnos a todos y que, para colmo, en el caso de los accidentes a causa de la imprudencia y el uso del alcohol, se puede evitar.