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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

MALTRATO A LOS ANIMALES

  • Por Guido Rodríguez Alcalá

Se podían contar las costillas de la yegua, que tenía el lomo ensangrentado. No sé cuántos kilómetros había trotado; quizás algunos pocos, porque ya no estaba en condiciones de seguir caminando. Pero el conductor del carro seguía dando latigazos al escuálido animal, que estaba a punto de caer en el medio de la calle (Chaco Boreal, a pasos de la avenida Mariscal López). Afortunadamente, un hombre que manejaba una camioneta paró, se bajó y detuvo el carro. Después de decirle unas verdades obvias al del carro, lo siguió con su camioneta para asegurarse de que no siguiera atormentado a su víctima.

Viendo lo que pasaba, me puse contento a medias. Fue una satisfacción ver que algunos compatriotas no comparten la enfermedad nacional de tratar mal a los animales y que están dispuestos a defenderlos.

Al mismo tiempo, el final feliz (o menos infeliz) de aquel galope no fue un final feliz para la pobre yegua, a la que esperan muchas tareas abrumadoras más. Seguirá tirando el carro hasta quedar inutilizada; quizás hasta caer muerta en la calle, como ha sucedido en ocasiones anteriores.

 

A esos animales se los compra a precios muy bajos, porque se los vende considerándolos ya incapacitados para el trabajo.

 

Pero, aprovechando los precios bajos, los nuevos compradores los utilizan para exprimir al máximo lo poco que todavía se les puede exigir, para utilizarlos hasta que revienten. Siempre queda el pretexto de que se trata de crear empleos y de que mucha gente los necesita. Con esa lógica, también crean empleos las actividades ilícitas como el asalto, el contrabando, etcétera. O se pueden considerar diversiones tolerables las peleas de perros, que desgraciadamente hay.

 

Ya sé que los animales no son personas, pero la gente no tiene el derecho de comportarse como los animales, y esto sin ánimo de rebajar a estos.

 

Una sociedad que es o trata de ser civilizada debe terminar con ese abuso diario, que es la utilización de animales débiles para ganancia de ciertos logreros que tienen auténticas "flotas" de carros y animales.

 

Por cierto, los carreros no parecen mucho más saludables que los equinos que los llevan; también ellos son víctimas de un sistema de abusos y de falta de humanidad. Pensando en ellos y en los animales de tiro, las autoridades deben intervenir para prohibir ese tipo de inhumanidad.

 

No se puede tolerar ese triste espectáculo por principio y por conveniencia práctica. Si el Gobierno tuviese la organización suficiente para garantizar el trato humano a los animales y el respeto a las reglas de tránsito, podría seguir la práctica bajo otras condiciones.

 

Pero ese no es el caso, y la única salida convincente es la prohibición pura y simple de la circulación de esos carros por las ciudades.

 

1 comentario

lia b. -

y el ser humano entonces a que queda reducido? esto es solo producto de un plan muy bien elaborado. cuál se preguntaran? todo torna en cuanto al manejo del país.. por que? bueno, respondo simplemente con otra pregunta, por que un niño de doce años esta reciclando cartón? mientras podría estar jugando con otros niños de su edad? es solo el ciclo que se cumple, el problema esta en las raíces. y no podemos llamar animal a un niño producto de las circunstancias .. acá les dejo un tema muy bueno para que entiendan mejor lo que intento decir: oscarsito-las pastillas del abuelo ..