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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

SOJATY

 

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Anónimo -

La soja de última generación, espera ser aprobada

Es la RR2, que reemplaza a la RR. Tiene autorización en Brasil y Paraguay.
PorMATÍAS LONGONI

En algunas semilleras presentes en Expoagro, como Don Mario y Sursem, entre hileras de soja sembrada sobre tierra firme se han montado también unas peceras. Allí se puede ver sembrado algo que todavía no se puede tocar : la soja RR2. Es el transgénico de nueva generación desarrollado por Monsanto para reemplazar en todo el mundo aquella soja RR que irrumpió en la Argentina en 1996, y que convirtió al país en una potencia sojera.
La producción a campo de soja RR2 todavía está prohibida en el país, y como Monsanto recién presentó el pedido de aprobación en diciembre, se estima que pasarán dos o tres años antes de que pueda ser utilizada. De allí que en Expoagro su presentación se haga en medio de severas medidas de bioseguridad , de modo de evitar una fuga al medio ambiente. Lo curioso es que en EE.UU. ya está disponible, y que en 2012 se podrá sembrar en Brasil y Paraguay. Así, la Argentina pierde terreno en la carrera por nuevas tecnologías.
La demora de Monsanto en iniciar los trámites para la soja RR2, que en la región se venderá combinada con el gen de resistencia a insectos Bt, tiene que ver con el largo conflicto irresoluto por las regalías. Y es que el sector semillero argumenta que en la Argentina no se les asegura el derecho de propiedad intelectual, y mucho menos el cobro de regalías por los desarrollos incorporados a las semillas. Desde hace años se reclama una actualización de la legislación. Pero ni el Ejecutivo ni el Legislativo toman nota del asunto.
La exposición de la soja RR2 en Expoagro apunta a mostrar lo que los productores locales no podrían tener a menos que se asegure a los obtentores cobrar derechos. Esta demora ya tuvo efectos concretos: la Argentina perdió el segundo lugar entre los países con mayor superficie de cultivos genéticamente modificados a manos de Brasil, y podría seguir retrocediendo.
En esta Expoagro, las semilleras consultan a los productores si estarían dispuestos a pagar por la nueva tecnología y, según sus directivos, la mayoría está de acuerdo. Pero a falta de un régimen legal que las satisfaga, ya se están ensayando otros sistemas, como la firma de contratos individuales con cada chacarero. Circula, por cierto, un modelo de contrato impulsado por la propia Monsanto.
En 1996, cuando aquí se introdujo la primera soja RR, Brasil y Paraguay no tenían autorizado ese cultivo, que sin embargo ingresó de contrabando desde la Argentina. Por eso la llamaban la “soja Maradona”. Ahora podría producirse la situación inversa, ya que el cultivo se plantará primero en los países vecinos. Pensando lo peor, algunos ya hablan de la nueva soja expuesta en Expoagro como “la soja Ronaldhino”.

Alberto Acosta Garbarino (*) -

UNA MIRADA HACIA EL DESARROLLO
La inflación es el mayor enemigo de los pobres



El tema económico más importante de la semana ha sido la divulgación del índice de inflación interanual que al mes de febrero es del 9,5%. Pero lo más preocupante es que el incremento de los precios de la canasta de alimentos -la inflación de los pobres- tiene un crecimiento del 19,4%.

Esta misma circunstancia se está repitiendo en casi todos los países subdesarrollados y la causa se encuentra en la caída del dólar y en la suba de los precios de los alimentos y el petróleo.

Esta situación inicialmente ha beneficiado a los países en desarrollo, como el Paraguay, que vieron las exportaciones crecer, las importaciones abaratarse, los créditos subir y los gastos públicos y privados aumentar. Un escenario ideal.

Pero en economía "no hay almuerzo gratis", porque siempre alguien debe pagar la cuenta. Y la cuenta empieza a presentarse ahora con el incremento de la inflación y el sobrecalentamiento de la economía.

Somos como un auto que está yendo demasiado rápido y hay que reducirle la velocidad. Pero hay que hacerlo con gran firmeza pero con gran habilidad, combatiendo la inflación pero sin paralizar la economía.

Hay que combatir a la inflación porque ella es un cáncer que afecta a toda la sociedad, pero produce el mayor daño, en el sector más débil de la población: los pobres.

Ese combate requiere de una acción coordinada entre la política económica y la política social y entre numerosas instituciones.

El Banco Central tiene que hacer lo que hizo esta semana, dejar caer el dólar, elevar las tasas de interés y aumentar los encajes bancarios. Pero con mucho cuidado, con sintonía fina, para no afectar nuestras exportaciones y para reducir la velocidad de crecimiento del crédito pero sin frenarlo.

En este combate el Banco Central va a necesitar del apoyo del Ministerio de Hacienda que tiene que encarar una importante reducción del gasto público. Veamos el ejemplo del Brasil, donde Dilma Rousseff para combatir la inflación, ha realizado un recorte en los gastos de más de 30 mil millones de dólares.

Sin embargo, aquí en el Paraguay el Parlamento en forma irresponsable ha aprobado un Presupuesto para el 2011 con un incremento de gastos de un 25%, en un año en que las proyecciones nos dicen que el PIB solo crecerá en torno al 5%.

Como referencia, durante la crisis del 2008 en Chile fue tema de gran discusión permitirle al gobierno de Bachelet incrementar el gasto 3% por encima de la estimación de crecimiento del PIB.

El Presupuesto del 2011 aprobado por el Congreso paraguayo nos arroja un déficit de 600 millones de dólares, pero para agravar más la situación, el Plan Financiero -que es el verdadero presupuesto- donde siempre el Ministerio de Hacienda adecuaba los gastos a los ingresos reales, este año tiene un déficit de cerca de 400 millones de dólares, que se está buscando cubrir con nuevos impuestos.

Necesitamos que el Ministro de Hacienda se ponga duro en la reducción de gastos para tener un Plan Financiero equilibrado, pero para eso necesita del respaldo político del presidente.

Si el presidente Lugo realmente quiere defender a los pobres, debe respaldar la reducción en los gastos, porque el incremento del 25% además de irracional es inflacionario.

Es cierto que necesitamos gastar más en educación, salud, vivienda, infraestructura, y en seguridad ciudadana, pero tenemos que hacerlo con responsabilidad, con realismo y con austeridad.

El combate a la inflación y la reducción de su impacto en los pobres, solamente va a ser posible con una política económica coordinada y con responsabilidad social y con una política social coordinada y con responsabilidad económica.

(*) Presidente de Desarrollo en Democracia

Anónimo -

Uruguayos compraron más de 1,1 millones de hectáreas en Paraguay
Dato. Hace 10 años comenzaron las inversiones pero en 2010 fueron récord
PABLO ANTÚNEZ

En los últimos tres años, los precios de la tierra en el Chaco paraguayo se multiplicaron por cuatro y aún así, los uruguayos ya compraron más de 1,1 millones de hectáreas en los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay.

Esto implica que los uruguayos son propietarios de una superficie mayor a la del departamento de Tacuarembó (que es el de mayor superficie del país).

El récord de inversiones uruguayas se registró el año pasado, cuando se compraron más de 200.000 hectáreas, pero las primeras inversiones se remontan a una década atrás, dijo a El País, Rodrigo Artagaveytia Santayana, director de Estudio 3.000 en Paraguay. Esa firma cumple 10 años en Paraguay.


Una buena parte de los inversores uruguayos manejan fracciones de 4.000 hectáreas, pero en su gran mayoría explotan un promedio de 8.000 hectáreas. Llegaron al Chaco buscando desarrollar escala, grandes extensiones, apostando a tierras fértiles que llevan poco gasto.

"Hoy llegan empresarios a invertir. Ya no vienen buscando hacer un buen negocio comprando tierras baratas para después venderlas. Se vienen a instalar para producir", aseguró Artagaveytia Santayana.

Ese cambio en el perfil del inversor, hace que hoy se incline más por comprar estancias que están produciendo y que tienen una buena estructura y no tanto tierras para desarrollar un proyecto.

En la región Oeste del Chaco paraguayo la hectárea vale US$ 160 y hace falta invertir alrededor de US$ 450 por hectárea para producir 150 kilos de carne por hectárea (la producción promedio por hectárea en Uruguay es de 100 kilos).

En el Chaco Central la tierra vale US$ 200 y con igual inversión se logran producir 180 kilos de carne por hectárea. En el Este, que es una zona más lluviosa, con montes más altos y con otros costos, la tierra vale US$ 280 por hectárea y con una inversión por hectárea de US$ 600 se llegan a producir 250 kilos de carne por hectárea.

En todos los casos, las producciones superan ampliamente a las que se consiguen en Uruguay.

¿Cuál es el motor que impulsa a los ganaderos y a los empresarios uruguayos a producir carne en Paraguay?

Más allá de los datos estadísticos que muestran el crecimiento de la ganadería, donde en breve se piensa llegar a 13 millones de cabezas bovinas por hectárea -para el 2016 se proyecta llegar a 17 millones de cabezas y a posicionarse como el cuarto mayor exportador de carnes rojas-, lo que pesa es un marco jurídico estable, un estatus sanitario que crece y hace ganar mercados y la experiencia de los pioneros que siguen apostando a producir en el Chaco.

La gran ventaja de los suelos paraguayos es su alta fertilidad, ya que son ricos en fósforo -los de Uruguay son deficitarios en este elemento-, en ellos no hace falta aplicar fertilizantes y tienen un alto potencial productivo.

"¿Qué es lo que hizo que tierras con tanto potencial estuvieran relegadas durante años?, se pregunta Artagaveytia. La respuesta es "la falta de infraestructura y servicios", indicó.

Según el director de Estudio 3.000, "crece la experiencia productiva de los uruguayos, se incrementan la infraestructura y los servicios" y se ganan mercados para la carne y "eso atrae a los inversores, además de contar con tierras que todavía son baratas".

Artagaveytia dijo que "todas las condiciones están dadas para que este año continúe fuerte la inversión de los uruguayos en el Chaco paraguayo" e incluso, "se puede llegar a incrementar".

El País Digital