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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

AHORA SÍ PROCEDE EL JUICIO POLÍTICO AL PRESIDENTE LUGO

 

Dr. Gustavo de Gásperi

El Art. 225 CN autoriza a la Cámara de Diputados  por mayoría de dos tercios a  someter al presidente Lugo a juicio político por mal desempeño de sus funciones y el Art 238 inc. 7º otorga al nombrado “el manejo de las relaciones exteriores del Paraguay”.

Estamos ante una situación especial. El presidente Fernando Lugo Méndez en Vietnam ha ofendido gravemente a los Estados Unidos de América y comprometido la suerte de nuestro país en un tembladeral o pantano sin fondo en que no debimos caer.

La afirmación de que los héroes que venera Estados Unidos de América son criminales de guerra no tiene parangón, y es absolutamente impensable que cualquier otro líder político del mundo haya podido caer tan bajo por el oportunismo de “quedar bien” ante sus anfitriones y exhibirse ante sus amigos de la izquierda como temerario capaz de conducir la revolución que desde hace meses amenaza al Paraguay, a sus empresas, al campesino engañado, a la Constitución misma que consagra el principio de la inviolabilidad de la propiedad privada, tan sagrado como todos los otros que nuestra carta magna de 1992 ha establecido.

 

¿Por qué los invasores brasileños y argentinos de 1865 al 70 no son criminales de guerra para el señor Fernando Lugo? si exterminaron a nuestra población, obligaron a los sobrevivientes a ocultarse en los montes para salvar la vida, propia y de sus familiares. El Conde D’Eu, el Duque de Caxías son héroes para el señor Lugo y Bartolomé Mitre es un santo.

 

¿Por qué compromete la opinión de todos los paraguayos en contra de  la potencia más poderosa del mundo, cuya historia está impregnada de claroscuros como el triunfo de la humanidad sobre los totalitarismos y las guerras en Oriente Medio, opinables como todas las guerras?

 

¿Quién autorizó al presidente Lugo a manejar las relaciones exteriores del Paraguay para complacer a Fidel Castro y a Hugo Chávez? 

 

Creo que ha llegado el momento en que los integrantes del Congreso deben reivindicar su honor comprometido por la aprobación unánime que hicieron del acuerdo con el señor Lula da Silva el 25 de julio de 2009 y la obsecuente conducta ante la Presidenta de Argentina, a quien complació con la firma de reconocimientos y renunciamientos  de los derechos del Paraguay que son del pueblo y no del señor Lugo.

 

Las afirmaciones que anteceden son plenamente válidas aunque los Estados Unidos menosprecien con su silencio las palabras de nuestro Presidente. Ellos juegan otro juego, con gigantes, no con pigmeos agazapados entre la ignorancia y las creencias religiosas del pueblo, infelizmente apoyadas por el papa Ratzinger al sustentar con el prestigio de su cargo la teología de la liberación.

 

Es hora de que los paraguayos demostremos que valemos no solo en los campos de batalla, sino también en las contiendas civiles.

 

La ley está en contra de Lugo. Es el momento.  

 

5 comentarios

Anónimo -

Se afianza Cartes para las elecciones de 2013
Lilian Samaniego presidirá la ANR por otro período, de acuerdo a conteos parciales y todos los sondeos de boca de urna de las elecciones de ayer para renovar las autoridades partidarias. Según el de ABC, Radio Ñandutí y Canal 13, obtuvo el 43,4% de los votos, seguida por Luis Castiglioni con el 37,1% y Javier Zacarías con el 16%. El gran ganador fue Horacio Cartes, cuyo movimiento, Honor Colorado, se impuso en la Junta de Gobierno y en la mayoría de las seccionales de la capital y el interior, lo que le da impulso a su precandidatura para la Presidencia de la República en 2013. Como grandes perdedores se los percibe a Castiglioni –quien anoche reconoció la victoria de Lilian– y Nicanor Duarte Frutos, que deberán reorganizar sus fuerzas con nuevas alianzas. Lilian y Cartes dijeron que trabajarán por la unidad y “el regreso triunfal del Partido Colorado al Palacio de López”.

Anónimo -

Accidentalmente presidente
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Papá decía que el mundo se divide entre las personas a las que les pasan cosas y las que hacen que las cosas pasen.

Me decía esto mientras levantaba una barricada con bolsas de arena frente a mi casa. Fue durante un período de lluvias interminables que acabaron por inundar el barrio.

Solo nos salvamos nosotros, protegidos por el improvisado dique cuya instalación había desatado inicialmente la burla de los vecinos, los mismos que terminaron refugiándose en casa hasta que bajaran las aguas.

Aquella no fue una frase hueca. En su corta, pero intensa vida, mi padre organizó sindicatos, construyó una organización religiosa, dio charlas sobre métodos naturales de anti concepción, hizo radio novelas, parió un diario, vendió departamentos en Brasil y todavía se dio tiempo para tener siete hijos.

No lo idealizo, ni mucho menos. Como todos, mi padre era un catalogo de contradicciones. Es más, hoy puedo conjeturar que padecía de ciertos trastornos de bipolaridad.

Como sea, la suya fue una vida agotadora, de altos y bajos, breves, pero intensos.

Y jamás pasó desapercibido. Para bien o para mal. El, definitivamente, pertenecía al grupo de los que hacían que las cosas pasen.

Mi madre fue su contracara. Era de las personas a las que les pasan las cosas. De esas que no pretenden llamar la atención. Que toman casi con resignación lo que la vida les depare, pase lo que pase.

Y a ella le pasó mi padre.

Su función fue clave para evitar el naufragio familiar.

Era ella quien contenía a papá. De alguna forma buscaba orientarle, predecir sus estallidos y prepararse para afrontar las consecuencias.

Había en mi madre una noción muy básica pero absolutamente salvadora de previsión.

La mujer intentaba planificar.

El impulso vital de papá era indispensable para generar algún cambio. El tenía la energía y el carisma suficientes como para movilizar al resto de la familia a la acción.

Ése dínamo humano quebró la malla represiva de la resignación y de la inercia que nos caracteriza.

Mamá era la de los peros necesarios. La que lo desaceleraba lo suficiente como para intentar analizar la acción y sus consecuencias antes de que fuera un hecho consumado.

Era un ejercicio harto difícil y lo practicó en la medida en que los excesos de su marido se lo permitieron.

Ese curioso equilibrio de supervivencia familiar me dejó valiosas lecciones.

Es obvio que los cambios solo se logran cuando contamos con personas que hacen que las cosas pasen, y con personas que se preparan para las cosas que van a pasar.

Los primeros son los que nos movilizan, los que nos empujan tras una idea fuerza. Los que planifican y ejecutan. Los otros se encargan de los detalles, son los que miden las consecuencias y se adelantan a sus efectos.

Hoy no tenemos ni unos ni otros. Ni en el oficialismo ni en la oposición.

No los tuvieron los colorados que malgastaron décadas en pos de un solo y absurdo objetivo; mantenerse en el Poder.

Y no los tienen los de La Alianza que se agotaron también en un solo y limitado objetivo: sacar a los colorados del Poder.

El gobierno mediocre de Fernando Lugo es el gobierno de un hombre al que le han pasado cosas que él no hizo que pasaran.

Y al que le siguen pasando cosas sin que él tenga nunca la iniciativa de la acción.

Para hacer que las cosas pasen hay que saber qué cosas queremos que pasen, hay que planificar cómo hacer que pasen y hay que trabajar para que ocurra.

Hoy es más que evidente que el presidente no tiene claro siquiera qué cosas quiere que pasen, y si tiene alguna noción al respecto carece de la menor idea sobre cómo hacer que estas sucedan, y aún si la tuviera dudo que invirtiera fuerzas en conseguirlo.

Lugo actúa como si fuera un invitado de su propio Gobierno. Se pasea por los corrillos del Palacio, escucha a sus funcionarios y cada tanto opina. Y nada más.

En dos años pasará a la historia como un candidato exitoso y nada más.

Sencillamente le pasó la presidencia y no supo que hacer con ella.

Oscar Ayala Bogarín -

TRÁFICO DE INFLUENCIA

Anónimo -

Los colorados enfrentan la responsabilidad de elegir yno de ir simplemente a votar

El Partido Colorado es un actor casi siempre determinante en nuestra historia política. Papel que ha cumplido para bien y para mal del país. Prisionero de sus contradicciones, fue responsable de demorar la transición democrática, la institucionalidad de la república y de traicionar sus principios agraristas. Tras décadas en el poder, hoy está en la llanura. Y va a elecciones internas casi cegado por su única ambición de recuperar el gobierno. No hay propuestas para la nación. Pero es de esperar que los colorados que voten elijan y piensen sobre todo en el porvenir de la patria.

Sin duda, estas elecciones internas del Partido Colorado, que se realizan en la fecha, serán las más concurridas en el registro de nuestra historia. Ojalá que sus afiliados elijan a conciencia, ejerciendo su derecho de soberanía popular. Y que ningún fraude traicione su veredicto.

La democracia exige transparencia y absoluto respeto a los escrutinios de los votos. Esa responsabilidad no depende solo del Tribunal Electoral Partidario, sino fundamentalmente de la cultura política y ética de los dirigentes y candidatos. Así que es de esperar que los comicios se lleven a cabo con normalidad, cumpliéndose las reglas electorales y terminando con una gesta cívica mediante el acatamiento fiel de la voluntad popular.

La reivindicación de este partido todavía está pendiente. Para sus propios afiliados y para el país. Hasta el derrocamiento de la dictadura de Stroessner fue orgánicamente responsable de la opresión del pueblo paraguayo. Opresión que se tradujo en terrorismo de Estado, en el atraso de la nación y en la pobreza de la mayoría de nuestra población.

Abjuró de su inicial liberalismo, con prohombres e intelectuales que abrazaron relativamente el socialismo y los principios agraristas, para luego poner en práctica las bárbaras crueldades del nazifascismo. La libertad, la igualdad y los derechos humanos fueron salvajemente pisoteados cuando el partido se sometió y sometió al pueblo a los regímenes militares.

Esta negra página de nuestra historia política requiere un compromiso institucional de "nunca más" al retroceso con la violación de las libertades, ni con la traición a la doctrina republicana con el control unipersonal y corporativo de los poderes del Estado y la entronización de la corrupción.

Este proceso fue también determinante en la herencia de la actual estructura de inmensas tierras y bienes en manos de unas pocas familias y de la inhumana indigencia de los desposeídos.

Durante la transición, el coloradismo fue -en gran medida- artífice de la Constitución democrática de 1992, del pluralismo político y del fin de la discriminación ideológica. Incidió para un avance positivo. Y aceptó pacíficamente que una norma esencial de la democracia es la alternancia en el poder.

Llega el Partido Colorado a estas elecciones con varios candidatos, cuyas campañas proselitistas se destacaron más por las descalificaciones y la única ambición de poder antes que por sus propuestas, ideas y proyectos para la construcción de un país diferente. Si el lenguaje de los políticos disiente de la realidad y no proyecta un modelo de sociedad mejor para todos, se puede dudar que, alcanzado el gobierno, produzcan cambios estructurales.

Las elecciones democráticas se conciben como un filtro selectivo que la conciencia crítica de los ciudadanos hará para nominar a sus mejores representantes. El voto sirve para esa función. Es de esperar entonces que los colorados irán a elegir y no a votar simplemente. Y con el pensamiento dirigido al bien de la patria.

Maria -

.............. Juicio político por ofender a USA. Okay.