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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

UNIVERSIDAD

por Edwin Brítez

El rector de la Universidad Nacional, Ing. Pedro Gerardo González, no encuentra diferencia entre ser el rector de una universidad y un operador político de una de las corrientes de un partido político. Tampoco distingue la función netamente académica y administrativa que le confía la ley al frente de la universidad de la propaganda y el activismo proselitista que estuvo haciendo en favor de una lista de candidatos del Partido Colorado, dentro del ámbito universitario.

Cuando la Constitución Nacional establece la autonomía universitaria lo hace para preservar su forma de gobierno y sus planes de estudio de la influencia nefasta del poder político, con el propósito de evitar que la mentalidad de la juventud se contamine del verticalismo, del autoritarismo y de la corrupción.   

 

Asimismo, con la autonomía universitaria se busca proteger a los académicos del virus del sectarismo, y de esa forma se garantiza la neutralidad de la investigación. Los componentes del cuerpo docente, entre quienes se encuentra el rector y los decanos, pueden tener sus preferencias políticas, tal como lo proclamó en su defensa el rector, pero esas preferencias deben quedar en la casa. Ni siquiera deben acompañarlos al salir a la calle, ya que el uso del espacio público conlleva la investidura universitaria.   

 

En su casa el rector puede ser Pedro, papá, tío o cualquiera de las categorías familiares, pero en la calle y más aún en la universidad es rector, es el representante oficial y legal de la universidad y, por tanto, el representante de sus más preciados valores, como por ejemplo la autonomía.   

 

El hecho de que el rector de la Universidad Nacional, acompañado de algunos decanos de varias facultades, hayan manifestado públicamente su adhesión a una de las listas partidarias en un clima de pleno proselitismo no constituye la simple manifestación de una opción electoral, sino una grosera violación del estatuto de la Universidad Nacional que debe interpretarse como una expresión de sectarismo político, luego justificado con actitud fanática al estilo de “¡soy colorado y qué!”.   

 

La Universidad Nacional tiene autonomía, pero su autarquía depende en gran medida del Presupuesto General de la Nación, lo que convierte al rector de esta universidad en una figura nacional, no en un operador político y menos aún en un activista de una de las listas en medio de las internas, siempre groseras, de nuestros partidos políticos.   

 

Pero la situación es fácil de entender desde una lógica estrictamente prebendaria y clientelar. El rector y los decanos son ordenadores de gastos de sus respectivas instituciones. Estas instituciones cuentan con funcionarios, en la mayoría de los casos admitidos durante la era colorada y por tanto mediante los méritos de la afiliación, la recomendación y el padrinazgo.   

 

El “mensaje” del señor rector y de los señores decanos de las facultades, entre otras, de Ingeniería, Filosofía, Química, Politécnica, del vicerrector y otros, estaba dirigido justamente a estos funcionarios, a quienes estudian gracias a las becas y a quienes enseñan gracias a “favores de arriba” a fin de recordarles que tienen facturas impagas con el régimen, el régimen de la demos-gracia, instaurado durante los gobiernos colorados y supuestamente derrotado, pero en realidad sostenido hasta hoy por personajes como el rector magnífico.   

 

En momentos en que la sociedad es estafada por determinadas “universidades privadas”, que en realidad son verdaderas fábricas de cartones, hubiera sido gratificante que la nacional salvara el prestigio, tomando distancia de la corrupción y la perversa contaminación partidista que permea las fibras más nobles de la sociedad, el Estado y la universidad.   

4 comentarios

Ex Docente -

conoci al rector de la una donde fui docente por 24 años... Renuncie en el 2010 por sentir que la unica dictadura que aun queda en paraguay es la dictadura de la UNA... me preocupa los mas de 30 mil jovenes que estudian en esta centenaria universidad cada año,,, ellos son como vacas en un brete o como caballos con ojeras.... Es admirable como el rector actual y sus 12 decanos manipulan el estatuto cuando se les antoja con tal de eternizarse en el poder,,, por ejemplo el rector empezo en 1987 siendo decano interino de agronomia, luego fue electo por el general rodriguez en 1991,,, desde 1996 con el pretexto de la autonomia universitaria han modificado el estatuto a placer hasta que en el 2009 fue reelecto como rector en el periodo 2009 a 2014.... estamos con cerca de 30 años de dictadura del gobierno de gonzalez... creo que la una se merece democratizar!!! NO podemos decir que nuestros jovenes o nuestra sociedad sean valientes si dejan inpunemente pasar esta burla academica por nuestras narices, exepto que aceptemos que los paraguayos seguims sufriendo del eterno cretinismo, enfermedad diagnosticad por un ex presidente de la republica.

Anónimo -

DESAGRAVIO A SILA GODOY

Señor Richard Stover: Debido a que no cuento en mi directorio con su email, recurro a este medio periodístico para expresarle mi sorpresa y desagrado por el agravio público que usted realizó al Gran Maestro paraguayo de guitarra clásica, concertista Sila Godoy, en ocasión de la Ceremonia de Cierre de Taller sobre Agustín Pío Barrios, Mangoré, el viernes 11 de marzo pasado, en el venerable Ateneo Paraguayo.

Aparentemente quiso hacer usted una innecesaria defensa del profesor Carlos Salcedo Centurión. Digo innecesaria, porque el profesor Salcedo ha sabido ganarse con su esfuerzo, talento, paciencia, perseverancia y dedicación, sorteando obstáculos y críticas, el afecto y la gratitud de los alumnos, incluyéndome a mí.

El exabrupto con el que usted agravió al maestro Sila fue improcedente, fuera de lugar, descortés y falto de nobleza y reconocimiento a un verdadero maestro mangoreano, que no dudó en abrirle a usted las puertas de su casa, hace décadas, para mostrarle sin retaceos su archivo y dictarle referencias y análisis de las obras que al Maestro Sila le costaron años de estudio y sacrificio personal y familiar.

No niego que ha realizado usted viajes de investigación, y el Paraguay le agradece su dedicación. Pero eso no le faculta a que lance improperios en contra de la noble población paraguaya, y mucho menos en contra de sus maestros.

La mencionada ceremonia en el Ateneo se venía desarrollando según el programa establecido. Los organizadores habían preparado el ambiente, con selecto público, elegante ambientación, dentro del solemne contexto y respeto que nuestro venerado Mangoré se merece. Hasta que usted rompió la armonía del acto con su vozarrón prepotente, denostando al maestro Sila con una increíble actitud de odio y resentimiento.

Esta es una actitud poco digna de usted. ¿Será que le tiene envidia al Prof. Salcedo y quiere "embarrarle la cancha"? Está usted muy lejos de tener el perfil de un verdadero mangoreano, para lo cual se requiere aura, carisma, generosidad y tantas otras virtudes demostradas por "los verdaderos". Atentamente,

Lic. Tania Godoy Álvarez

C.I. 282.910

Lic. José A. Valenzuela F. -

LA EDUCACIÓN QUE LOS NIÑOS MERECEN

La única manera de generar el desarrollo económico-social que tanto necesita el Paraguay es a través de la educación. Hace unos días me enteré del interés de un grupo de diputados por recortar el presupuesto 2011 en al menos G. 1,7 billones de los fondos que son destinados a pasajes, viáticos, compra de vehículos, maquinarias y otros gastos superfluos. Y más me interesó porque analizan encauzar esos recursos, al proyecto Una computadora por niño, para cubrir todo el país.

De acuerdo con cálculos preliminares, el programa educativo-tecnológico necesita unos 200 millones de dólares para ser extendido a todo el país. Y si se logra aprobar el citado recorte presupuestario, que equivale a unos 350 millones de dólares, se tendría más que suficiente para destinarlo al proyecto Una computadora por niño. El presente y futuro del Paraguay (y el mundo entero) debe estar en la educación y en el manejo de tecnología. "Vale la pena", como acertadamente lo indicó un diputado de la nación.

El ministro de Educación Luis A. Riart, en el primer día de clase de este año, con sinceridad describió el estado calamitoso de la Educación en nuestro país. Y luego expresó sus esperanzas de que con el trabajo mancomunado de diversos sectores, públicos y privados, será posible mejorar la educación en el Paraguay.

Pero, también es necesario el interés patriótico de nuestros representantes del Poder Ejecutivo y Legislativo para la elaboración y apoyo de una política educativa significativa en tiempos donde la tecnología tiene indiscutible preminencia. Invertir en Educación es ineludible, y sin duda representa la única manera de asegurar un desarrollo económico-social sostenible con salud, trabajo y seguridad.

En el marco del Bicentenario de la Independencia, los políticos tienen ahora la inmejorable oportunidad de ser los que nos hacen falta: héroes civiles como Eligio Ayala y ciudadanos comprometidos con la nación. Yo creo que nuestros niños merecen la mejor educación que les podamos dar a través de la tecnología y los valores humanos del proyecto Una computadora por niño.



Alfredo Cantero. -

Rector colorado

Una de las tantas envidias que me despiertan otras sociedades es cuando veo en la televisión esos documentales o programas de análisis donde los consultados, en su mayoría, son catedráticos, decanos o rectores de universidades. Son personas respetadas por su sapiencia y experiencia, por lo que sus aportes sirven de referencia a la gente común para comprender o entender mejor algún evento que despierta el interés de la comunidad mundial.

Digamos, por ejemplo, que en un análisis sobre el valor estratégico de la energía renovable o de la importancia del agua para el futuro de la humanidad, bien podrían ser profesionales o científicos paraguayos quienes opinan con autoridad al respecto. Son recursos que nos regala la naturaleza y deberíamos ser expertos en su uso y protección. Sin embargo la realidad es otra.

Para encontrar la causa de esta deficiencia no debemos ir tan lejos. He ahí la actitud, revelada mediante denuncias de estudiantes, del rector de la Universidad Nacional de Asunción, Prof. Ing. Agr. Pedro Gerardo González. Se hubiera esperado que una autoridad universitaria tenga actitud equidistante, neutral de los líos internos de cualquier partido. Sin embargo, el señor González asume una postura caudillista y con aniquelada convicción hace de operador de un movimiento interno donde refulgen figuras de la estirpe stronista como los mismos Samaniego, los Aquino, los Vázquez, entre otros.

No será extraño, y tampoco este rector será el primero en recurrir a la falacia de que como cualquier ciudadano puede dedicarse a la política. La respuesta es sencilla: si su vocación, como parece, es practicar la política, podría demostrar su verdadero amor al partido y entregarse plenamente a la militancia, porque, aparte de ser incompatible, el mismo estatuto de la UNA le prohíbe al rector mezclar la política y la docencia.

Para dejar constancia de su lealtad al partido, envió una carta de Horacio Cartes y Lilian Samaniego, más la firma suya y unos seis decanos, a todos los funcionarios instando a votar por aquellos. Según testimonios de muchos receptores, la carta les llegó con la promesa que si ganaba Cartes, Calé conseguirá más presupuesto para la UNA y, por ende, mejor salario para los funcionarios. Muy triste y ruin jugar por el estómago de la gente.

Solo para recordar. El rector González es el mismo que tenía la misión de gestionar la contraparte paraguaya para la terminación del nuevo Hospital de Clínicas que el Gobierno de Japón regaló al país. Pasaron tres años y, hastiado de la desidia, el embajador de Japón reprendió a las autoridades. La vergüenza que pasó la nación ni hace falta mencionar.

Nuestros mayores siempre nos enseñaron que el ejemplo es la mejor forma de enseñar. Este señor es un mal ejemplo para los docentes y funcionarios administrativos a su cargo y, peor aún, para los miles de universitarios que si van a ser como él, ni bien terminen sus carreras golpearán la puerta de los caudillos para conseguir trabajo. Lamentable.