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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

UNA EXPEDICIÓN DE 4.000 KM. POR EL RÍO PARAGUAY

 Bajo el lema “El agua manda”, un grupo de expedicionarios iniciarán una prueba de más de cuatro meses en la cual remarán durante 4.000 km por el río Paraguay. Entre el deporte y la defensa del medio ambiente, un lujanense formará parte de esta increíble aventura: Lucas de Miguel, de sólo 21 años, será testigo.

Todo comenzó con un grupo de jóvenes de Gualeguaychú que conformaron una organización ambiental en contra de Botnia hace varios años. Pero después la lucha se diversificó: “Se dieron cuenta que el único problema no era Botnia y empezaron a defender a nivel general”, le explicó De Miguel a EL CIVISMO. El oriundo de Jáuregui se sumó al grupo cuando empezó a trabajar en la fábrica de kayak MG hace un año y medio. Este será el tercer viaje navegando por los cauces de Latinoamérica. “En el 2005, hicieron todo el río Uruguay remando más de 2.000 km. Después el año pasado hicieron desde la naciente del río Bermejo, en Salta, hasta Gualeguaychú, que fueron 2.600 km. Y este año vamos a hacer desde la naciente del río Paraguay en Mato Grosso hasta Puerto Madero, que son unos 4.000 km. remando”.

Según explicó de Miguel, “la idea es defender la hidrovía del río Paraguay porque hay un convenio entre Venezuela, Brasil y algunos países más de acá de América del Sur para unir la cuenca Amazónica con la cuenca Del Plata por medio del río Paraguay. El río Paraguay hoy en día es la segunda vía fluvial más larga de América, después del río Amazonas. Sobre el Paraguay se encuentra asentado el Gran Pantanal de Brasil, que es el acuífero más grande del mundo. Si hacen esa hidrovía, el Gran Pantanal desaparecería, porque tendrían que drenar todo el río Paraguay y toda el agua estancada en el Gran Pantanal se iría por el río”. El viaje, que se iniciará a principios de mayo, es justamente “en defensa de eso, y un poco también haciendo hincapié en los guaraníes y en las comunidades indígenas que hay en las veras del río”.

El viaje comenzará el 25 de abril, cuando los cuatro integrantes (los otros tres son de Gualeguaychú) partan desde Buenos Aires en una camioneta con los botes y todo el equipo. Lo más difícil será el traslado hasta el nacimiento del cauce de agua dulce. “Empezaríamos a remar entre el 5 y 10 de mayo desde la naciente del río Paraguay que es en el estado de Mato Grosso en Brasil. Estimamos tardar cuatro meses. Estaríamos llegando a fin de agosto o mediados de septiembre”. El punto de llegada será Puerto Madero.

“Es un desafío personal ya que practico el remo desde los 8 años. Es un desafío deportivo. Y sumándole este gran leitmotiv que tiene, pasa a ser un sueño para ayudar al medio ambiente y poder colaborar un poquito. Sabemos que grandes cosas no se pueden hacer pero el primer paso es concientizar. Nosotros no sólo vamos a estar remando 4.000 km. sino también concientizando 4.000 kilómetros. En cada pueblo que pasemos, vamos a parar, charlar con los habitantes, juntando testimonios, sacando fotos…”, relató Lucas de Miguel.

Actualmente, el lujanense está instalado en Buenos Aires, donde estudia Diseño Industrial. De chico, compitió para el Club Náutico El Timón durante seis años y luego fue instructor de la escuela de canotaje. Por eso, está preparado para este difícil desafío. “Además de lo físico, lo más importante es lo emocional –contó de Miguel-. Estar muy seguro de lo que uno quiere. El grupo está bien consolidado y los chicos tienen varias expediciones encima. Cada cual tiene su función bien definida. Por ahí yo soy el más kayakista del grupo porque el resto de los chicos son expedicionarios y empezaron a usar el kayak para difundir esto”.

Durante varios trayectos de los 4.000 km., deberán atravesar lugares inhóspitos. “Tenemos aproximadamente 700 km. en la zona del Gran Pantanal del Mato Grosso, en la zona más del norte, sin civilizaciones. Sólo hay tres o cuatro civilizaciones indígenas. Entonces hay que cargar provisiones para 25 días. En esas partes, quizás el bote pese 100 ó 120 kilos”. Esto conlleva cierto riesgo. “La palabra no es miedo. Para un deportista o un expedicionario, el miedo lo tiene que dejar de lado, sino me tendría que quedar en mi casa. Quizás sea adrenalina, vértigo, desafío. También tiene que ver la preparación y los equipos: mayores equipos tengamos y mejor preparados estemos, los riesgos se empiezan a achicar. Por ejemplo, llevamos paneles solares para cargar baterías, un teléfono satelital para tener comunicación durante todo el camino, vacunas necesarias y botiquín equipado con sueros antiofídicos. Ahora estoy haciendo un curso de primeros auxilios para poder socorrer a algunos de mis compañeros y ellos además son todos socorristas”.

La cuenta regresiva de la expedición ya comenzó.

http://www.elcivismo.com.ar/images/nota/8822-Remo.jpg

1 comentario

fernando Gutiérrez -

Hola amigo..quiero ir co un compañero hasta venezuela por río...( no remando)
en barcos...me podrías enviar alguna info...
gracias...