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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

NO A LAS NEGOCIACIONES

Si había alguna duda de lo miserable que podrían ser los integrantes del  Ejercito del Pueblo Paraguayo (EPP) en cualquiera de sus dos vertientes el tradicional o el nuevo conocido como Agrupación Campesina Armada (ACA) con la carta enviada  a la madre del policía secuestrado Edelio Morinigo, se revela  la verdadera naturaleza del grupo. En la misiva  El grupo criminal apeló nuevamente al canje de prisioneros  petición enfáticamente rechazada por el gobierno. Según el fiscal antisecuestros  Edgardo Orzuza  “La idea es emular a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y obtener un reconocimiento a nivel internacional; es más, el EPP es una semilla “regada” por los guerrilleros colombianos. Sin embargo, para el gobierno el EPP es solo un grupo criminal que opera en el norte del país”.

 

En efecto el peor desatino que podría cometer las autoridades nacionales es comenzar negociaciones con este grupo criminal dándoles un estatus que no tienen  ni deben tener. Se sabe que esta actitud resulta incomprensible para los familiares de las victimas que lo único que anhelan es la recuperación de sus seres queridos en el más corto tiempo posible y en personas irreflexivas que no se dan cuenta que es imposible negociar con estos grupos. Pues si eso sucediera los secuestros no terminaran jamás. Eso se tiene comprobado  en los países donde se prohíbe la negociación directa de los familiares con los plagiadores, en la misma Colombia  los secuestros han disminuido grandemente mediante este procedimiento.

 

En algunos países  es delito  que los familiares entablen conversaciones o negociaciones con los grupos irregulares, lo que no sucedió en el Paraguay, en donde los familiares siempre fueron los negociadores, caso Edith Bordón de Debernardi, Cecilia Cubas, Fidel Zavala,  Luis Linstron e incluso Arlan Fich, donde sus padres entregaron  más de 500 mil dólares por la liberación del menor de 16 años,  sin concretarse hasta el momento, alargando hasta niveles insoportable la agonía de una familia y de toda la comunidad trabajadora de la zona, una familia que no esta metida en política, que no forma parte de ningún grupo de poder  y cuyo único crimen fue  el trabajo tesonero en el campo que les permitió tener cierta estabilidad económica en esa región.

 

La firmeza que tiene el estado cerrándose a cualquier tipo de negociaciones  con este grupo es lo correcto, las fuerzas del orden, las autoridades judiciales y del gobierno no deben salir un ápice de lo que indican las leyes. Reiteramos  que es un paso difícil e incomprensible para  las personas  a quien toca de cerca estos casos, familiares y amigos  de las víctimas. Pero es imposible transigir con delincuentes que se hacen pasar por  revolucionarios lo cual está muy lejos de ser cierto. Este es un momento trascendente en la historia, de las aptitudes que adoptan en el gobierno nacional con relación a las inicuas pretensiones de estos grupos de cajear secuestrados por prisioneros muchos de ellos ya condenados, dependerá el futuro de nuestra patria.

Andrés Granje

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