SE DEBE MODIFICAR

A mas de 20 años de promulgada la Constitución Nacional que es la ley madre por la que debemos normar nuestras vidas los paraguayos, debemos pensar en algunas enmiendas a la luz de la experiencia recogida en dos décadas. Uno de los puntos más cuestionados desde el primero momento guarda relación con la necesidad de la reelección presidencial, teniendo en cuenta que un solo periodo de cinco años no basta para que una administración al frente del ejecutivo pueda realizar  obras importantes. Sabido es que en el país nunca se pudo tener continuidad de planes y proyectos, el   nuevo gobierno  cambia todo aunque sea del mismo signo político el reemplazante muy pocas veces sigue la línea trazada por el gobierno anterior.

Entonces  el primer año sirve para que la nueva administración pueda hacer planes, proyectos, armando el gabinete ideal, en el segundo se comienza a esbozar  los proyectos en el  Tercero y cuarto año las ejecuciones, porque el ultimo, de vuelta  comienza a arreglarse nuevamente la casa  para el siguiente inquilino, los postreros seis meses prácticamente ya no se gobierna a la espera del traspaso de mando, entonces esto demuestra cuan necesario es poder prolongar este mandato por cinco años mas, premio que la ciudadanía otorgará en caso que el ocupante del Palacio de López haya hecho un buen trabajo, en caso contrario se le revoca el mandato y se elige un nuevo presidente.

En el caso de las elecciones para integrar la mesa directiva del Parlamento Nacional la situación es más dramática todavía. Allí la encarnizada lucha es año a año. Ya que la presidencia del senado y diputado, al igual que todos los cargos directivos se cambian cada año, lo que lleva que de 12 meses,  tres meses de su precioso y bien pagado tiempo los parlamentarios deben destinar a tareas proselitistas, agotadoras jornadas de negociaciones para conformar las mesas entre los partidos políticos, sus bancadas y bancaditas, a la que hay que sumar dos meses más de vacaciones con lo que se tiene que el año de trabajo de los congresistas es bastante escaso en  cuanto a productividad,  en estas condiciones es poco lo que la ciudadanía puede esperar.

Por eso tanto en el tema de la reelección presidencial, como en el Parlamento se debe cambiar el sistema, lo ideal sería que haya posibilidad de un periodo de  reelección, pudiendo llegar a diez años de gobierno el titular del ejecutivo, si hace bien su tarea, en tanto que creemos se debiera utilizar el sistema adoptado en otras democracias que el electo vicepresidente de la república, sea igualmente el titular del congreso, de esta forma su periodo también duraría 5 años en la presidencia del cuerpo. Con lo que el gobierno tendría una comunicación directa con el legislativo y no se tendría todos los años este periodo frenético y nervioso de las discusiones en busca de consensos para elegir a las nuevas autoridades del congreso. Además se le dará una ocupación útil al vicepresidente que lamentablemente hasta ahora solamente sirve para florero como señala con tanto acierto  la inventiva popular.  

Andrés Granje