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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

Do ma do, sinco


Por Sergio Etcheverry

La Facultad de Ingeniería de la UNA implementó desde el 2012 un programa de preingreso llamado “Quiero ser ingeniero”, que busca tapar las profundas carencias de la educación media. Han concluido que los contenidos y la forma de estudiar no capacita a los estudiantes para ingresar a la educación terciaria.

Creo que es evidente que la educación media, después de reformas tras reformas tras reformas, no le sirve al que va a seguir una carrera, porque tiene que hacer los famosos “cursillos” que son, en la misma medida, imprescindibles para lograr el nivel deseado y casi inmorales porque demuestran la inutilidad de lo que se está enseñando, pero todos miran para otro lado, pero tampoco le sirve al que quiere ir a trabajar, porque no recibe las competencias básicas necesarias para integrarse al mercado laboral.

Los egresados de la media son lerdos en matemática, rudimentarios en castellano y desentendidos en las demás materias. Mención especial merecen los idiomas, porque en el caso del inglés pueden lograr un pobre “I don’t know” y lo del guaraní ya entra directamente en el plano de lo incomprensible: alumnos que no saben decir tres frases seguidas, luego de estudiar cinco o seis años.

¿Soluciones? Vayamos a lo básico, recortemos materias, hagamos matemáticas en serio, leamos los clásicos, seamos serios con los exámenes. Para enseñar inglés, tengamos en cuenta que la mayoría de los chicos ya están “embebidos” en el idioma.

Demos también lugar a las artes: hagamos talleres literarios, que lean en clase los diarios, que aprendan a leer los que dicen y lo que ocultan, que tengan formación musical y de artes plásticas en serio, que lo que ellos hagan les enseñe.

Que tengan clases de economía financiera, de cómo administrar su dinero, de cooperativas y de bancos. Por último, que tengan clases de motivación, que aprendan a hacer planes de futuro, que aprendan oratoria y cómo enfrentar una entrevista de trabajo. Porque si no, el mundo nos seguirá comiendo.

Digo yo, que no sé nada.

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