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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

EL MUNDO NO SABE DÓNDE ESTÁ SU CASA

  • Eduardo Galeano

Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países en nombre del Bien contra el Mal. ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos religiosos necesitan enemigos para justificar su locura. También necesitan enemigos, para justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato militar de Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian de máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen los que escriben el drama.

El científico alemán Werner von Braun fue malo cuando inventó los cohetes V-2, que Hitler descargó sobre Londres, pero se convirtió en bueno el día en que puso su talento al servicio de Estados Unidos. Stalin fue bueno durante la Segunda Guerra Mundial y malo después, cuando pasó a dirigir el Imperio del Mal. En los años de la guerra fría escribió John Steinbeck: “Quizá todo el mundo necesita rusos. Apuesto a que también en Rusia necesitan rusos. Quizá ellos los llaman americanos”. Después, los rusos se abuenaron.

Sadam Hussein era bueno, y buenas eran las armas químicas que empleó contra los iraníes y los kurdos. Después, se amaló cuando Estados Unidos, que venía de invadir Panamá, invadió Irak porque éste había invadido Kuwait. Bush Padre tuvo a su cargo esta guerra contra el Mal. Con el espíritu humanitario y compasivo que caracteriza a su familia, mató a más de cien mil iraquíes, civiles en su gran mayoría.

Bin Laden, amado y armado por el gobierno de Estados Unidos, era uno de los principales “guerreros de la libertad” contra el comunismo en Afganistán. Bush Padre ocupaba la vicepresidencia cuando el presidente Reagan dijo que estos héroes eran “el equivalente moral de los Padres Fundadores de América”. Hollywood estaba de acuerdo con la Casa Blanca. “El desprecio por la voluntad popular es una de las muchas coincidencias entre el terrorismo de Estado y el terrorismo privado". En esos tiempos, se filmó Rambo 3: los afganos musulmanes eran los buenos. En tiempos de Bush hijo, eran malos malísimos.

Henry Kissinger fue de los primeros en reaccionar ante la tragedia. “Tan culpable como los terroristas son quienes les brindan apoyo, financiación e inspiración”, sentenció. Si eso es así, habría que empezar por bombardear a Kissinger. Él resultaría culpable de muchos más crímenes que los cometidos por Bin Laden y por todos los terroristas del mundo. Y en muchos más países: actuando al servicio de varios gobiernos estadounidenses, brindó “apoyo, financiación e inspiración” al terror de Estado en Indonesia, Camboya, Chipre, Irán, África del Sur, Bangladesh y en los países sudamericanos que sufrieron la guerra sucia del Plan Cóndor.

El 11 de septiembre de 1973, exactamente 28 años antes de los fuegos de las Torres Gemelas, había ardido el palacio presidencial en Chile. Kissinger había anticipado el epitafio de Salvador Allende y de la democracia chilena, al comentar el resultado de las elecciones: “No tenemos por qué aceptar que un país se haga marxista por la irresponsabilidad de su pueblo”.

Mucho se parecen el terrorismo artesanal y el de alto nivel tecnológico, el de los fundamentalistas religiosos y el de los fundamentalistas del mercado, el de los desesperados y el de los poderosos, el de los locos sueltos y el de los profesionales de uniforme. Todos comparten el mismo desprecio por la vida humana: los asesinos de los dos mil quinientos ciudadanos triturados bajo los escombros de las Torres Gemelas, y los asesinos de los doscientos mil guatemaltecos, en su mayoría indígenas, que han sido exterminados sin que jamás la tele ni los diarios del mundo les prestaran la menor atención. Los guatemaltecos no fueron sacrificados por ningún fanático musulmán, sino por los militares terroristas que recibieron “apoyo, financiación e inspiración” de los gobiernos de Estados Unidos.

Todos los enamorados de la muerte coinciden en su obsesión por reducir a términos militares las contradicciones sociales, culturales y nacionales. En nombre del Bien contra el Mal, en nombre de la Única Verdad, todos resuelven todo matando primero y preguntando después. Alá es inocente de los crímenes que se cometen en su nombre. Al fin y al cabo, Dios no ordenó el holocausto nazi contra los fieles de Jehová, y no fue Jehová quien dictó la matanza de Sabra y Chatila ni quien mandó expulsar a los palestinos de su tierra. ¿Acaso Jehová, Alá y Dios a secas no son tres nombres de una misma divinidad?

La espiral de la violencia engendra violencia y también confusión: dolor, miedo, intolerancia, odio, locura. En Porto Alegre, el argelino Ahmed Ben Bella advirtió: “Este sistema, que ya enloqueció a las vacas, está enloqueciendo a la gente”. Y los locos, locos de odio, actúan igual que el poder que los genera.

Un niño de tres años, llamado Luca, comentó en estos días: “El mundo no sabe dónde está su casa”. Él estaba mirando un mapa. Podía haber estado mirando un noticiero.

 

Escritor y periodista

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Anónimo -

Trayectoria de un líder: Salvador Allende

Centro de Documentación. Fundación Salvador Allende

Salvador Allende nació el 26 de junio de 1908 en Valparaíso, aunque sus primeros años transcurrieron en Tacna, ciudad en cuyo liceo aprendió las primeras letras. Los años de infancia coincidieron con la incubación de profundos problemas económico-sociales, marco bajo cuyas condiciones creció y estudió.

En 1918 su padre decidió enviarlo a Santiago, al Instituto Nacional. Años más tarde, cursando el 4° año de humanidades, el joven Salvador Allende escuchó hablar de un suceso destinado a transformar el mundo: la Revolución de Octubre. En el acto se abrieron profundas interrogantes y sería un maestro ebanista, perteneciente a la cultura de los anarquistas, llamado Juan Demarchi quien lo introduciría en los problemas de la 'cuestión social'.

Tras el servicio militar ingresó a la universidad, donde pronto se transformó en líder. Asumió la presidencia del Centro de Alumnos de Medicina y la vicepresidencia de la FECH, situación que coincidió con un conflictivo cuadro histórico, caracterizado por el fin de una fase dorada, basada en los beneficios del excedente salitrero y por un agudo conflicto en todas las áreas de la sociedad, período tenso y convulso que culminó con la irrupción de los militares y la posterior dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931).

El surgimiento de un líder

A principios de la década del treinta, tras sucesivas manifestaciones populares que estremecieron al país, cayó el régimen. Allende asumió a cabalidad sus responsabilidades como dirigente estudiantil y poco después apoyó activamente el episodio de la República Socialista (1932), actitud que le costó la comparencia ante tres Cortes Marciales. Bajo estas circunstancias y estando detenido, le comunicaron la noticia del inminente fallecimiento de su progenitor. Acto seguido, haciendo uso de un permiso de dos horas, llegaría ante el moribundo sólo para despedirse.

Durante esta fase el pensamiento del novel dirigente adquirió matrices rectores y definiciones conceptuales y teóricas. En su primera etapa de conciencia social se entrelazaron razonamientos provenientes de la teoría marxista del conocimiento, producto de las tertulias universitarias y de su adscripción al grupo 'Avance', y aspectos del ideario anarquista por la irradiación y embrujo del fascinante ebanista J. Demarchi.

En 1929, adoptando la tradición familiar, ingresó a la masonería.

En este período, el mérito radicaba en la lucha por la imposición del sistema democrático que logró perdurar entre 1933 y 1973, excepción hecha de los desbordes del gobierno de Arturo Alessandri Palma y de Gabriel González Videla. Es en esta etapa juvenil cuando despuntaron sus dotes de conductor y líder del ideario socialista.

Una de las expresiones más significativas pronunciadas por Allende, luego del triunfo de la Unidad Popular, fue: 'No puedo ni podré olvidar jamás que todo lo que he sido y todo lo que soy se lo debo a mi partido'. La organización política lo dotó de parámetros analíticos y paradigmas teóricos que le acompañaron durante toda la vida. El nexo entablado es tan sólido que sólo la muerte pudo romper la relación entre Allende-persona y Allende-militante. De militante pronto se trasformó en jefe del núcleo, para luego asumir la secretaría de estudios sociales y la dirección regional de su partido. Desde esta trinchera y vinculado familiarmente con Marmaduke Grove, apoyó la experiencia de la República Socialista (1932), febril actividad política que no pasó inadvertida porque pronto recayó sobre él la ira de los sectores dominantes, quienes lo calificaron como un 'peligroso agitador'. Fue detenido y luego relegado a Caldera, en medio del desborde represivo desencadenado por Arturo Alessandri. Tenía entonces 27 años.

Alianza de la izquierda

Un año más tarde, ya de vuelta en el puerto, contribuyó a la formación de una alianza de profundo contenido histórico para la causa popular y el desarrollo de la nación, como fue el Bloque de Izquierdas, antecedente inmediato del Frente Popular, episodio histórico-político que contribuyó a su acceso a la Cámara de Diputados en 1937.

La formación del Bloque de Izquierdas en Valparaíso antecedió al Frente Popular, alianza de gravitantes consecuencias en la que Salvador Allende tuvo una destacada participación como Ministro de Salubridad (1939), en representación de un partido del cual se había transformado en subsecretario general. Entre las múltiples actividades y responsabilidades, destaca la participación en la fundación de las Milicias Socialistas.

El rango ministerial fue asumido en una particular coyuntura. El presidente Pedro Aguirre Cerda, lo incorporó al gabinete con el objetivo de reforzar posiciones ante un intento de golpe de Estado perpetrado por el general Ariosto Herrera, aunque tras bambalinas se ocultaba Carlos Ibáñez del Campo, el antiguo dictador.

Días antes había estallado la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En Chile las repercusiones no se hicieron esperar, pero el gobierno mantuvo una benevolente neutralidad favorable al eje. La izquierda demanda la ruptura de relaciones diplomáticas con el eje nazi fascista, exigencia retrasada por la muerte del Presidente Aguirre Cerda, a quien sucedió Juan Antonio Ríos. El Ministro de Salubridad presentó su renuncia por desacuerdos en la conducción de la política nacional e internacional.

En 1940 contrajo matrimonio con Hortensia Bussi, una joven profesora de Historia y Geografía, a quien había conocido el 25 de enero de 1939 bajo las circunstancias aciagas del terremoto de Chillán.

Un par de años más tarde (1943) asumió la Secretaría General del Partido Socialista, para luego ser electo senador (1945) por la antigua 9ª circunscripción de Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé, Aysén y Magallanes.

Independiente de la suerte corrida, los gobiernos de Frente Popular repercutieron significativamente en la historia de Chile, al modernizar las estructuras del Estado, desarrollar infraestructura económica y acelerar cambios en el sistema político. La característica de esta fase es la normalidad progresiva y normativa político-institucional en el funcionamiento de los aparatos del Estado, cuestión que floreció a partir del 1958. El fundamento histórico y político de la estrategia política de Allende era la profundización democrática, el robustecimiento del desarrollo y un nuevo modelo de democracia social sustentada en el Estado.

Del FRAP a la UP

En 1951, el 'Mussolini del nuevo mundo', como gustó hacerse llamar Carlos Ibáñez del Campo, presentó su candidatura presidencial siendo apoyado por un sector democrático. Ante esta situación, Salvador Allende junto a comunistas, radicales doctrinarios y la izquierda socialista fundaron el Frente del Pueblo, alianza calificada como 'una conciencia en marcha'.

Los 52 mil votos obtenidos por Allende en las elecciones presidenciales de 1952 inauguraron un período que 17 años más tarde culminó en la Unidad Popular. Pero lo central de estos acontecimientos radica en la aparición de un proyecto que contenía un programa y una concepción de sociedad. La participación en la justa electoral no fue un mero simbolismo, porque en el centro de la escena histórica comenzaban a tomar posición nuevas fuerzas sociales, que irrumpieron en el sistema político a través de un electorado de masas que se amplió (1958), marco en que se configuró la estrategia político-institucional.

Salvador Allende, en esta coyuntura, terminó por convertirse en el pericentro de cualquier alianza, proyectando su figura por sobre la izquierda. Era ya el líder natural de los desposeídos y un dirigente respetado cuando en 1953 fue reelegido senador por Tarapacá y Antofagasta.

Tres años después, el Frente del Pueblo dio paso a una alianza más amplia, con la incorporación de nuevos grupos sociales y políticos al conglomerado. La aparición del FRAP coincidió además con la unificación de la clase obrera en torno a la CUT (1953), el reingreso de la FECH y un nuevo nivel de desarrollo del campesinado organizado, mientras la sociedad civil experimentaba la ampliación del derecho a voto y la solidificación del sistema político, curso fortalecido además por la unificación del PS (1957) y los desacuerdos del 10° congreso del PS (1956). Todos estos acontecimientos se materializaron en la extraordinaria votación alcanzada por su candidatura presidencial en 1958, ocasión en que lo derrotó J. Alessandri por un escaso margen de votos.

En 1961 nuevamente fue elegido senador de la República, esta vez por su natal Valparaíso. Un par de años más tarde, la Asamblea Nacional del Pueblo lo proclamó abanderado de las aspiraciones populares, asumiendo por tercera vez la responsabilidad de la candidatura presidencial. En esta ocasión (1964), enfrentó a Eduardo Frei, líder histórico de la Democracia Cristiana. A poco andar la campaña fue ganando fuerza, hasta que en marzo de 1964, pocos meses antes de la elección presidencial, en una elección complementaria por Curicó, el FRAP, contra toda previsión logró un triunfo con la elección del doctor Oscar Naranjo. La derecha, profundamente alarmada, optó por entregar sus votos a Eduardo Frei, considerándolo como mal menor.

A principios de la década del setenta despunta en América Latina un fenómeno de gravitantes consecuencias, como fue el triunfo de la revolución cubana, de la que Allende fue un decidido partidario y defensor. Se abrió así un período particularmente convulso, caracterizado por la agudización de los conflictos internacionales, especialmente en el Tercer Mundo, influjo ante el cual una gran parte de la izquierda latinoamericana y chilena rindió tributo, suscribiendo la tesis de la vía armada y de asalto directo al poder político del Estado.

Entre 1966 y 1969, Allende ocuparía el cargo de presidente del senado, siendo reelecto este último año por la circunscripción de Chiloé, Aysén y Magallanes.

Desempeñó un destacado lugar en el ámbito de la política internacional al participar en la Conferencia Tricontinental y, posteriormente, en la fundación de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad), episodio que sumado a su apoyo a la guerrilla del Che Guevara lo pusieron en el centro de los ataques de la derecha.

Gloriosa inmolación

Pese a circunstancias poco favorables, Allende persistió en su postura analítica, teniendo presente las características históricas de Chile. El resultado sería la exigencia de vastos sectores para que Allende asumiera nuevamente la representación de la izquierda, de manera que en enero de 1970 fue proclamada su cuarta candidatura a la presidencia de la República. A diferencia de las ocasiones anteriores, contaba con el apoyo del tronco radical y con el especial concurso de actores de raíz cristiana que dieron un peso particular a la alianza esta vez denominada Unidad Popular. Acto seguido, el 4 de septiembre de 1970, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales más disputadas de la historia nacional, bajo un clima tenso y febril. La madrugada del 5 de septiembre el triunfo de Salvador Allende era una realidad.

Luego, por espacio de mil días, se desarrollaría la experiencia de la Unidad Popular.

El balance de ese agitado período es hoy patrimonio exclusivo de la historia. Lo cierto es que una vasta conspiración, en la que tomaron parte activa el capital nacional y transnacional, el imperialismo, las fuerzas políticas del centro y la derecha y los gremios empresariales y profesionales, creó las condiciones que condujeron a las Fuerzas Armadas a interrumpir a sangre y a fuego el 11 de septiembre de 1973 la democracia chilena.

Salvador Allende pagó con su vida su profunda vocación democrática y su inquebrantable lealtad con su pueblo. Previo al instante supremo con el que será recordado para la posteridad, denunció las dimensiones de la traición y vaticinó con clarividencia el período gris que se abatía sobre Chile. Sin embargo, en su conmovedora alocución final, hubo lugar a la esperanza al anunciar que más tarde que temprano se abrirían las anchas alamedas.

Reseña cronológica

1908
26 de junio, nace en Valparaíso Salvador Allende Gossens. Sus padres fueron el abogado y notario, militante del Partido Radical, Salvador Allende Castro y doña Laura Gossens Uribe.

1920 - 1924
Instalados en Valparaíso, luego de recorrer Tacna (entonces chilena), Iquique, Santiago y Valdivia, ingresa al Liceo Eduardo de la Parra, donde realiza sus estudios con excelentes calificaciones. Destaca en natación y decatlón juvenil. Por esos años conoce a Juan Demarchi, viejo anarquista italiano, que influye en su formación ideológica prestándole los primeros libros de marxismo.

1925
Cumple como voluntario el servicio militar en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar, en el transcurso del mismo pide su traslado al Regimiento Lanceros de Tacna. Egresa como oficial de reserva del ejército.

1926
En Santiago, Ingresa a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile.

1927
Presidente del Centro de Alumnos de Medicina, ha organizado a un grupo de sus compañeros que se reúnen periódicamente para leer y discutir de marxismo.

1929
Pide su incorporación a la Masonería, siguiendo una tradición familiar.

Funda, junto a compañeros de universidad, el Grupo Avance.

1930
Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile, participa activamente en la lucha contra la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Es encarcelado.

1931
Miembro del Consejo Universitario, en representación de los estudiantes. Temporalmente expulsado de la Universidad, es pronto reincorporado por sus excelentes calificaciones y porque le faltan escasos meses para terminar sus estudios.

1932
Termina sus estudios y se traslada a Valparaíso para estar cerca de su padre enfermo. Mientras redacta su memoria sobre Higiene mental y delincuencia, hace su práctica profesional.

En junio se proclama la República Socialista que encabeza Marmaduke Grove. Tras la fugaz experiencia socialista, el nuevo gobierno desata la persecución contra los elementos progresistas. Allende es encarcelado. Mientras permanece en prisión, muere su padre. El joven médico jura sobre su tumba dedicar su vida a la lucha por la libertad de Chile.

1933
Recibe su título de médico. Después de muchos intentos, obtiene un puesto de anátomo-patólogo. Participa el 19 de abril en la fundación del Partido Socialista de Chile, en Valparaíso.

Escribe en colaboración con José Vizcarra un libro sobre la Estructura de la Salubridad Nacional.

1935
Redactor del Boletín Médico de Chile.

Relegado a Caldera (desde julio a noviembre).

Crea Revista Médica de Valparaíso.

1936
En marzo participa en la creación del Frente Popular y asume como Presidente Provincial en Valparaíso.

1937
Elegido Diputado por Quillota y Valparaíso (1937-1939).

Sus camaradas del Partido Socialista lo eligen Subsecretario General.

1938
El Frente Popular proclama la candidatura presidencial de Pedro Aguirre Cerda. Allende es el generalísimo de la campaña en Valparaíso.

1939
En la noche del terremoto de Chillán (25 de enero) conoce casualmente en Santiago a la maestra de historia Hortensia Bussi Soto.

En septiembre renuncia al Congreso y asume la cartera de Salubridad, Previsión y Asistencia Social del Gabinete del Presidente Pedro Aguirre Cerda (1939 - 1942).

Escribe su libro 'La realidad médico-social chilena'.

1940
Convención Anual de la Asociación Médica. Apláudese gestión como Ministro de Salubridad. Premio Van Buren por su obra 'La realidad médico social chilena'.

Presenta al Congreso Nacional un proyecto de ley que crea el Seguro de Accidentes del Trabajo, proporcionado por el Estado.

Contrae matrimonio con Hortensia Bussi Soto (16 de septiembre).

1941
Organiza la Primera Exposición Nacional de la Vivienda y la instala en plena Alameda, frente al Club de la Unión.

Viaja a Estados Unidos para asistir a la reunión de la Asociación Americana de Salud Pública.

Viaja al Perú invitado por el APRA.

1942
Renuncia al Ministerio de Salubridad al ser elegido Secretario General del Partido Socialista de Chile.

1945
Elegido Senador por Valdivia, Llanquihue, Chiloé, Aysén y Magallanes.

1947
Se divide el Partido Socialista, Allende se integra al Partido Socialista Popular.

En el Senado vota contra la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, conocida como la 'Ley Maldita'.

1948
Visita a los recluidos por González Videla en el campo de concentración de Pisagua.

Se solidariza con el Mariscal Tito y condena la política soviética hacia Yugoslavia: 'Cada pueblo es libre para escoger su propio camino al socialismo'.

1949
Presidente del Colegio Médico de Chile (1949-1963).

1951
Al respaldar el Partido Socialista Popular la candidatura de Carlos Ibáñez, Allende rompe con él y vuelve a las filas del Partido Socialista de Chile.

Impulsa la creación del Frente del Pueblo, junto con el Partido Comunista.

1952
El Frente del Pueblo lo presenta como candidato a la Presidencia de la República. Presenta en el Senado, junto a Elías Lafferte, un proyecto de ley sobre nacionalización del cobre.

1953
Elegido Senador por Tarapacá y Antofagasta. Proyecto de Corporación de Ventas del Cobre. Viaja a la República Popular China.

1954
Viaja a Francia, Italia, La Unión Soviética y la República de China Popular.

Vicepresidente del Senado.

1955
Exalta en el Senado la intervención de tropas soviéticas en Hungría: defensa de un 'socialismo de bases libertarias y del principio de la libre determinación de los pueblos, cualquiera que sea el país de que se trate'.

1957
El Partido Socialista Popular y el Partido Socialista de Chile se unifican y constituyen, junto con el Partido Comunista, el Frente de Acción Popular.

El FRAP proclama su candidatura presidencial.

1958
Pierde la elección contra Jorge Alessandri.

1959
Asiste a la toma del mando de Rómulo Betancourt, en Venezuela. Viaja a Cuba a manifestar su solidaridad con la revolución cubana. Se entrevista con Fidel Castro, Ernesto 'Che' Guevara y Camilo Cienfuegos.

1960
Respalda la dramática huelga de los mineros del carbón, que paralizan sus faenas durante más de tres meses.

Recorre todo el sur del país, afectado por los terremotos de mayo. Presenta varios proyectos de ley en favor de los damnificados.

1961
Elegido senador por Valparaíso y Aconcagua.

Viaja a Punta del Este (Uruguay) y denuncia, junto al Che Guevara, el carácter propagandístico de la Alianza para el Progreso.

1963
La Convención del FRAP lo designa nuevamente candidato a la Presidencia de la República.

1964
Su postulación es derrotada por Eduardo Frei Montalva. Allende consigue, sin embargo, casi un millón de sufragios.

Se opone resueltamente a la 'chilenización del cobre', patrocinada por el gobierno de Frei.

Rechaza alinearse con el conflicto Moscú - Pekín : 'no somos colonos mentales de nadie'.

1965
Realiza diversos viajes por Europa y América Latina.

Designado el mejor parlamentario por los redactores políticos.

1966
Presidente del Senado de la república de Chile (1966 - 1969).

1967
Preside delegación del Partido Socialista en festejos de los 50 años de la Revolución de Octubre en la URSS.

Participa en la Conferencia Tricontinental de la Habana, donde propone creación de la Organización de Solidaridad Latinoamericana, OLAS.

1968
Condena enérgicamente, en el Senado, la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia: 'ha sido atropellada la soberanía de ese país'.

Viajes a la República Democrática de Corea, a Vietnam (se entrevista con Ho Chi Minh), a Laos y a Cambodia.

1969
Elegido senador por Chiloé , Aysén y Magallanes.

Se crea la Unidad Popular (UP), integrada por socialistas, comunistas, radicales, MAPU, PADENA y Acción Popular Independiente (API).

1970
El 22 de enero la UP lo proclama candidato a la Presidencia de la República.

4 de septiembre, triunfa en los comicios por mayoría relativa en las elecciones. El 22 de octubre el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, es víctima de un atentado, fallece tres días después.

El 24 de octubre, el Congreso lo proclama Presidente. El 3 de noviembre, asume constitucionalmente la presidencia de la República.

El 31 de diciembre se dirige al país desde la mina de Lota.

1971
El 11 de julio, Día de la dignidad Nacional, promulga la Ley de Nacionalización del cobre, aprobada por unanimidad del Congreso.

1972
30 de noviembre - 14 de diciembre: Gira presidencial. Visita Perú, México, Estados Unidos (Naciones Unidas), Argelia, Unión Soviética, Cuba, Venezuela.

Habla en la Asamblea General de las Naciones Unidas: 'los grandes valores de la humanidad no podrán ser destruidos'. En la misma asamblea denuncia la agresión internacional de que es víctima Chile. Es ovacionado de pie durante largos minutos.

1973
En las elecciones parlamentarias de marzo, la UP obtiene el 45% de los votos y aumenta su representación parlamentaria. Aun sin conseguir la mayoría en las dos Cámaras, se hace posible la acusación constitucional ideada por la oposición. La derecha, con ayuda extranjera, agudiza la fuerte lucha contra el Gobierno Popular y desata el terrorismo en el país.

El 11 de septiembre, muere en La Moneda. Sus últimas palabras: 'Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse, sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor'.

Anónimo -


Chile: Último discurso de Salvador Allende desde la Casa de la Moneda
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Compatriotas: es posible que silencien las radios, y me despido de ustedes. En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con este ejemplo, para señalar que en este país hay hombres que saben cumplir con las obligaciones que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por la voluntad consciente de un presidente que tiene la dignidad del cargo...

Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron.

Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares... al almirante Merino... ... El general Mendoza,
general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros.

Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. Es este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctima del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena conquistar el poder para seguir defendiendo sus granujerías y sus privilegios. Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra: a la campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de su preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días están trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas de sociedad capitalista.

Me dirijo a la juventud a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha; me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos frente al silencio de los tenían la obligación proceder... La historia juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

SALVADOR ALLENDE Santiago de Chile11 de septiembre de 197

Anónimo -


A los 37 años del golpe: Partidos de Pinochet gobiernan en Chile

“Pinochet era un hijo de puta,
pero era nuestro hijo de puta”.
Vernon Walters, ex Subdirector de la CIA estadounidense

Las fuerzas políticas conservadoras que fomentaron el golpe de Estado del Once de Septiembre de 1973 en contra del presidente chileno Salvador Allende y que luego respaldaron a la dictadura castrense se mantienen intactas tanto que desde marzo 2010 han asumido el Poder Ejecutivo en la persona del presidente Sebastián Piñera militante de una de esas colectividades, el partido Renovación Nacional (RN).

Cuatro decenios atrás, ese ente se denominaba Partido Nacional y era el heredero del antiguo Partido Conservador cuyo nombre ilustra acerca de su ideología. RN fue el más activo, desvergonzado y efectivo en el campo de crear el clima propicio para lanzar la Constitución al papelero, tarea oscura en que fue acompañado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) impulsado éste por el estólido afán de recuperar el poder

Otra entidad partidaria que se formó precisamente para respaldar al régimen de Augusto Pinochet (AP), es la Unión Demócrata Independiente (UDI) creada en septiembre de 1983, “con bombos y platillos y para organizar el apoyo a la dictadura” señala el politólogo Patricio Zapata. Agrega: “En 1988, la UDI fue junto a RN entusiasta partidaria del Si haciendo campaña para que el general Pinochet gobernara otros ocho años más”. Como es conocido, el tirano perdió aquel plebiscito del NO-Si y con ello comenzó a desmoronarse su poder.

UDI y RN constituyeron la oposición durante los 20 años post Pinochet, pero ahora no sólo son gobierno sino que también están prácticamente empatados con la actual oposición en las cuotas de diputados y senadores y además, la UDI conforma el partido con mayor votación en Chile. Anotemos que todavía rige, con leves modificaciones, la Constitución que inventó la dictadura.

Surge un interrogante obligado: ¿Cómo es posible ese respaldo a quienes fueron cómplices de horrendos crímenes y luego que se comprobara que Pinochet aparte de ser el responsable de ellos, fue también un desvergonzado que utilizó fondos del Estado para enriquecerse junto con su familia incluso recurriendo a los gastos reservados?

Otro ángulo oprobioso en la conspiración que el once de septiembre de 1973 llevó a la muerte al presidente Allende es la participación en ella de extranjeros. El golpe fue ordenado, financiado y preparado en las oficinas de la Presidencia, del Departamento de Estado y del Pentágono estadounidenses. La “Operación Track II (ruta), nombre clave del complot “fue abierta por el presidente Nixon el 15 de septiembre de 1970 cuando ordenó a la CIA que desempeñara un papel directo en la organización de un golpe de estado en Chile”.

Lo que usted acaba de leer entrecomillado son palabras de un documento oficial norteamericano: Covert Action in Chile, United Status Senate, U.S Governmente, Washington, 1975. Se trata, pues, de una decisión político-conspirativa adoptada antes de que Salvador Allende asumiera la presidencia, ya que, ratificado por el Parlamento en octubre, asumió el mando el tres de noviembre de 1970. Las maniobras ilegales comenzaron inmediatamente después de la victoria electoral de Allende el cuatro de septiembre. Asesinaron al entonces Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider y se formaron grupos de choque armados y luego vendría el boicot a la economía.

En cumplimiento de la orden presidencial, la Central Intelligence Agency (CIA), organismo de espionaje y conspiración de EE.UU participó directamente en la guerra secreta en contra del gobierno popular de Chile. El contacto clave de los confabulados fue Vernon Walters (VW) a quien se le vincula con los derrocamientos de Joao Goulart en Brasil y del premier Mosadegh de Irán, este último asesinado.

El tres de octubre de 1999, el periódico derechista chileno “La Tercera” difundió una entrevista a Walters a quien caracteriza como “El super espía que más sabe sobre Chile”. Apunta que a él “Se le vincula directamente con el derrocamiento de Salvador Allende” y fue entonces cuando VW a propósito del encarcelamiento de Pinochet en Londres (1998) lanzó su frase que tiene gran poder de síntesis: “Pinochet era un hijo de puta, pero era nuestro hijo de puta”. Efectivamente AP fue siempre un hombre de la CIA desde que estuvo de Agregado Militar en Washington. También confesó “La Tercera” que “Después de septiembre de 1973 la CIA prestó asesoría especializada en Chile a la DINA para realizar la labor represiva en contra de la izquierda chilena”
(DINA: Dirección de Inteligencia Nacional, la GESTAPO chilena, cuyo jefe, el general Manuel Contreras está hoy condenado a unos 300 años de prisión)

¡Qué contraste la de esos miserables personajes con el heroísmo supremo y la alta responsabilidad de Salvador Allende! Estuvimos con él unos días anteriores al golpe. Nos reiteró a un grupo de periodistas y en referencia a los adversarios: “Fracasados en el plano político, incapaces de utilizar las vías legales porque no cuentan con la mayoría, su último y único recurso es el golpe de estado”

Muchos nos retiramos con la convicción de que la traición y las conspiraciones eran inminentes y que el presidente afrontaría la situación con la valentía que lo caracterizaba. Lo último se podía deducir de su discurso del 4-12-71: “Que lo sepan: dejaré La Moneda (sede presidencial) cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir mi voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo”.

En la mañana de aquel día fatal y en medio del destrozo, del ataque aéreo y terrestre de los “valientes” militares en contra de La Moneda escuchamos por la única radioemisora en pie (Radio Magallanes) la voz de Salvador Allende en lo que él mismo llamó Mis últimas palabras: “Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo”. ¡Genio y Figura!

Hernán Uribe es periodista y escritor chileno.