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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

BILINGÜISMO Y EDUCACIÓN

  • *Por Ramiro Domínguez.

“Habría que encarar esto como un compromiso, como un proyecto a futuro. Motivar a la gente joven. Así como se entusiasma con los partidos de la Albirroja, pensar que el gran partido que tiene que jugar es el de defender su espacio cultural.”Eso sugiere el gran investigador de la cultura y la sociedad paraguayas, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Literatura.

El bilingüismo como identidad

Es un tema difícil de abordar así en forma somera, porque cuando se habla del bilingüismo o de un perfil de identidad de un pueblo es como si el pueblo tuviera una cultura que no varía y eso es casi imposible en el momento actual en que se habla de una globalización que es violenta, a partir de una tecnología que no admite ninguna resistencia; y en los países pobres del tercer mundo eso se hace mucho más dramático.

En cuanto al supuesto bilingüismo del país, también esto arranca de una identidad que tenía el país hasta, podríamos decir, el siglo XX, y luego eso se fue violentamente desestructurando por razones económicas y políticas. Es decir, este era un país rural, con una población mayoritariamente campesina guarani hablante

que correspondía a una situación económica y social de un país que estuvo marginado en la historia de la Colonia y, después, en la independencia.

 

Eso varió tremendamente a partir de dos episodios. Carlos Pastore, en su estudio La lucha por la tierra en el Paraguay (1949) hace referencia a la famosa “Ley de tierras públicas” que salió después de la Guerra del 70 y que ya fue un primer detonante de un cambio social tremendo porque, como el país estaba prácticamente liquidado,

endeudado hasta la coronilla, porque la ley de guerra de esa época disponía que el país vencido tenía que pagar al vencedor los costos de la guerra. Entonces, el Paraguay quedó tremendamente endeudado. No había población,

no había con qué cubrir los gastos de la recuperación del país vacío. Y, entonces, se pensó en estimular la inmigración y la incorporación de capitales de fuera, vendiendo las tierras públicas que estaban ociosas.

 

Los campesinos no tenían título de propiedad: desde la dictadura de Francia se les adjudicaba a los pueblos de indios grandes extensiones de tierra que habían sido expropiadas de los criollos y españoles, que tenían

su ganadería en las praderas o valles dentro del esquema popular paraguayo. Entonces, esa población campesina que llegó a tener relativamente un buen pasar en el siglo XIX hasta la Guerra del 70 fue violentamente expulsada

después de la “Ley de tierras públicas” porque las tierras fueron vendidas y no se cumplió el deseo explícito de la ley que era incorporar migrantes al país y con ellos la incorporación de capitales.

 

Es decir, casi todas las tierras fueron vendidas a muy pocos propietarios. En el Chaco, a Carlos Casado; en la región Oriental, a tres grandes latifundistas. Entonces, empieza el proceso de expulsión de los campesinos, porque los nuevos adquirentes, a través del nuevo Código Civil incorporado en su época, presentaban demandas a los campesinos que no podían exhibir títulos. Y eso se exacerbó con Itaipú Binacional. La sobrevaloración de las tierras a partir de Itaipú produjo una gran presión sobre los campesinos minifundiarios que eran gradualmente expulsados o rodeados por los nuevos propietarios de tierras que eran o los ganaderos brasileros o los nuevos cultivadores de soja en grandes extensiones

 

“Paraguáiko oñema’ë hese ha oñemomba’eguasu iñe’ë rypy’ü rehe” “El Paraguay es un país mirado y admirado por su riqueza lingüística”

 

Entonces, esa gente fue forzada a migrar a la periferia urbana; primero Asunción y luego a casi todas las ciudades

cabeceras del país, que tienen una población de migrantes campesinos que están sin trabajo, sin tierra, sin posibilidad de ubicarse; son los famosos campesinos sin tierra que son presa fácil de todas las políticas prebendarias en las que propiamente la menor intención es la de trabajar por el bienestar de ellos.

 

Necesidad de la Ley de Lenguas y de fortalecer la educación bilingüe

 

Actualmente estamos luchando por sacar la Ley de Lenguas, porque encontramos un vacío tremendo de las políticas de Estado con respecto a las lenguas. Esta Ley permitirá fundamente trabajar en la defensa de la identidad bilingüe de las dos lenguas oficiales de nuestro país: el guaraní y el castellano, pero al lado de ellas también en la

de las otras lenguas, tanto el de las diversas etnias como la de los inmigrantes. Con ella se podría trabajar en un proceso de comunicación social más equitativo. Y también, entonces, tratar de elaborar políticas. Si eso

no ocurre, el desmantelamiento cultural del país va a ser violento.

 

Desde el trabajo de la Comisión Nacional de Bilingüismo se está encarando fundamentalmente que sea sancionada. Y, además, estamos colaborando con el Ministerio de Educación y la Secretaría Nacional de Cultura, entre otras

instituciones, en una mesa coordinadora en la que se recurre a todos los grupos que hacen un trabajo de educación bilingüe, particularmente con el guaraní, para proponer de común acuerdo estrategias, políticas, en

defensa de esa identidad bilingüe.

 

Con respecto a la educación bilingüe desarrollada en estos años de Reforma Educativa, puedo decir que ha tenido muy poco andamiento, aunque se han propuesto estrategias que serían en cierto modo potables. Sin embargo, la falta de recursos humanos y de apoyo logístico por parte de las autoridades, la falta de recursos presupuestarios, hizo que eso se fuera desmantelando gradualmente.

 

Cuando empezó a aplicarse la reforma en la educación bilingüe, en el año 1994, muchísimos docentes rurales – que en el fondo son guaranihablantes y que se manejaban en la comunicación en el aula más en guaraní que en castellano para hacerse entender por los alumnos– se plegaron con entusiasmo a la idea de trabajar en la educación bilingüe, pero se encontraron con que no tenían apoyo logístico, no tenían textos, los coordinadores que eran más o menos calificados no tenían recursos ni para desplazarse hasta las escuelas en donde estos docentes de educación bilingüe

se desempeñaban.

 

Entonces, se produjo un desgranamiento acelerado. De doscientas o más escuelas que al comienzo se habían incorporado a la modalidad guaranihablantes actualmente casi no queda ninguna. Por

ello, en el Bicentenario Nacional, habría que encarar esto como un compromiso, como un proyecto a futuro. Motivar a la gente joven. Así como se entusiasma con los partidos de la Albirroja, pensar que el gran partido que tiene que jugar es el de defender su espacio cultural.

 

*Coordinador de la Comisión Nacional de Bilingüismo. Premio Nacional de Literatura 2009. Colaborador de la Editorial Atlas.

 

**Este artículo fue extraido de la Revista Nª 2 del Bicentenario

 

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Susana Irles -

LINGÜISTAS INTENTAN RESCATAR LAS LENGUAS EN PELIGRO DEL BABEL LATINOAMERICANO

Palabras que guardan la historia de pueblos milenarios están al borde de la extinción en Latinoamérica, pero un grupo de "cazadores de lenguas" intenta rescatarlas con expediciones científicas y el poder de las nuevas tecnologías.

Proyectos como "Enduring Voices", de la sociedad National Geographic, o el instituto Living Tongues, rastrean los rincones del mundo más remotos en busca de los últimos hablantes de lenguas en ocasiones desconocidas.

David Harrison es el "capitán" de ambas iniciativas, un lingüista formado en la Universidad de Yale (EEUU) cuya meta es encontrar los tesoros lingüísticos más escondidos del planeta.

Cuando llega a una aldea en el corazón de la Amazonía o en la fría estepa siberiana con su equipo, transcribe los fonemas que escucha mientras una grabadora y una cámara captan las voces de pueblos que nunca antes habían sido registradas.

Sus años de investigación han servido para componer y actualizar un mapa mundial de "puntos calientes", regiones donde pequeños grupos mantienen vivas lenguas a punto de morir.

Además de trabajos académicos, bases de datos y diccionarios, estos proyectos sirven de plataforma para distribuir canciones, leyendas o historias nunca antes registradas y traducidas para el público en Internet.

Para Harrison, el objetivo de la misión va más allá de la conservación lingüística.

"La lengua es parte de la identidad y la cultura, por eso cuando una lengua se extingue, la gente y todos nosotros perdemos su historia, su mitología, su poesía, la expresión de la creatividad humana", expresa Harrison en una entrevista a Efe.

En Latinoamérica, tres regiones son las más amenazadas por esta desaparición: una situada en el sur, con centro en Paraguay, otra en México y una tercera, la más sensible, que se expande por los Andes y la cuenca del Amazonas, sobre todo en países como Bolivia.

El lingüista aplaude los esfuerzos de activistas, universidades y gobiernos en esos países para revitalizar esas lenguas, aunque no oculta la muerte anunciada de muchas de ellas.

"Latinoamérica es una de las regiones más ricas en diversidad lingüística, pero hay ciertas lenguas cuyo estado de extinción está muy avanzado para ser salvadas. Casi seguro van a extinguirse", pronostica.

Una de las áreas más amenazadas y también más ricas en diversidad -el triple que la de Europa según el índice del proyecto- es una región que tiene en su centro a Paraguay y que abarca una porción del suroeste de Brasil y el norte Argentina.

Según la escala del proyecto, la situación de las 48 lenguas es "grave" y algunas están a punto de desaparecer como el vilela, en Argentina, que cuenta con poco más de un par de hablantes o el ofayé, con apenas dos decenas de nativos en Brasil.

Pero no todas corren tanto riesgo de desaparecer, como señala Harrison con el ejemplo del maka, hablado por centenares de personas en un enclave céntrico muy delimitado de la capital de Paraguay, Asunción.

"Es una comunidad muy interesante. Tiene su propia escuela. Los hombres hablan un poco de guaraní y español. Son pocos, pero tienen una fuerte ideología lingüística y un sentido de orgullo muy arraigado", explica.

Ese "activismo lingüístico" es, según el experto, "decisivo" y uno de los movimientos en auge a nivel global, que intenta evitar la muerte de casi 7.000 lenguas que hay en el mundo. Según organismos internacionales, cada quince días, una se extingue.

En Bolivia, la expedición investigó el kallawaya, hablado por unas cien personas para rituales religiosos y prácticas medicinales, y considerada una lengua secreta porque se transmite de abuelos a nietos.

Pese a los esfuerzos del equipo, Harrison reconoce que la clave del rescate está en las generaciones más jóvenes.

"Ellos tienen el poder de decisión para que sus lenguas sigan vivas. Depende de si son incentivados a utilizarlas o si se sienten presionados o avergonzados por hablar en ellas", considera Harrison.

La expedición seguirá sus trabajos en India, donde identificaron hace pocos meses una lengua hasta el momento desconocida, koro, y en enero de 2011 se desplazará a Chile para investigar y registrar el huilliche, de la comunidad mapuche de ese país.