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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

CRECIDA

Las grandes inundaciones del Río Paraná  hacen que muchísimas personas en Ciudad del Este tengan que abandonar sus hogares, igualmente en otras poblaciones ribereñas como Ayolas, la gente ya se comienza a emigrar y  más de 3.000 personas son las damnificadas, por la subida de este cauce hídrico. En Encarnación la costanera fue ganada por la riada que esperemos no tenga consecuencias luego cuando de vuelta recobre su nivel habitual.

 El río Paraguay también preocupa a sus ribereños pues gradualmente la crecida les obliga a  a abandonar sus moradas y buscar abrigo en los refugios habilitados, en Pilar se torna dramática la situación y en Alberdi igual. La diferencia entre el Paraná y el Paraguay es que en el primero la crecida se da de manera violenta y en 24 o 48 horas es capaz de subir y bajar un metro, en tanto el Paraguay es más previsible y lento en sus desplazamientos.

Sin embargo es posible ver cuán importante son las defensas costeras como la costanera de Encarnación que frena hasta cierto nivel la crecida del río, para que no ingresa en las localidades,  estos muros  o vallados de piedras como existen en algunos lugares  debiera hacerse en otras poblaciones tanto en el Paraná como en el Paraguay, de tal forma a garantizar los bienes y la seguridad de las personas, al tener la certeza que con una pequeña crecida  no se verán afectados, ni tendrán el drama de tener que emigrar con las primeras gotas de lluvia que cae o los primeros centímetros de crecida, dañando sus escasos muebles y utensilios en esta vida errabunda por culpa de las mudanzas.

Igualmente en el caso de las personas damnificadas se espera que el estado opere con mucha celeridad, que los organismos de seguridad como Emergencia Nacional comiencen con la tarea de rescate y tenga todo previsto para la reubicación momentánea, de tal forma que el padecimiento de la gente no sea tanta.

 Además ustedes saben que al final sale más caro demorar la atención a los damnificados, que se traduce en una mayor cantidad de  personas con problemas respiratorios, especialmente los niños que deben ser asistidos en los centros de salud saturados de gente, lo que significa una mayor erogación económica para el estado. Aparte de la condición inhumana en que se vive en épocas de crecida en medio del agua, una situación degradante que no  deseamos ni para nuestro peor enemigo.

Indudablemente lo ideal sería terminar en Asunción con las viviendas muy pegadas al río, por lo general precarias confeccionadas con materiales muy endebles que no soportan las primeras crecidas, debe darse políticas serias de reubicación, con construcciones mas solidas y en sitios más aptos para erigir los nuevos núcleos habitacionales  de tal forma que la equidad social llegue igualmente hacia estos sectores, que vaya a saber con qué criterio eligieron la vera del río para vivir. 

 

Andrés Granje

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