- Ricardo Valenzuela
Hace unos días el gorila rojo, Hugo Chavez, nuevamente acaparaba las primeras páginas de la media mundial cuando, haciendo gala de su fina diplomacia, como burro sin mecate invadiera la mesa de Obama para entregarle el libro de Eduardo Galeano: “Las Venas Abiertas de América Latina.” Esa misma semana se develaba el secreto de uno de sus pandilleros, Fernando Lugo presidente de Paraguay, para enterarnos que, siendo aun Obispo católico en funciones, había generado una constelación de hijos ilegítimos lo cual, sumado a las aventuras de Ortega de Nicaragua, violador de su hijastra, y demás pecadillos de la gavilla, han inspirado la nueva publicación: “Las Braguetas Abiertas de América Latina.”
Pero ¿Por qué tanta algarabía frente a la generosa actitud de Chavez y su conocida intelectualidad?
5 comentarios
Vallanse de Argentina -
Francisco Hernandez -
Anónimo -
Fernando Del Corro
Anónimo -
publicado por Carlos Rodríguez
Ya hemos señalado más de una vez el comportamiento del Presidente de la República que primero espera que el escándalo lo atiborre como si fuera un alúd para reaccionar pero al borde de ahogarse en la tinta de los medios.
Ocurró con el caso del coronel Benítez Liseras, con el problema de su paternidad y con muchos otros pero ahora nuevamente se manifiesta con el uso de un local militar para un encuentro político.
Se había denunciado la irregularidad que se estaba cometiendo en contra de los preceptos constitucionales, incluso mucho antes de iniciarse el encuentro juvenil cuando aún había tiempo de cambiar de local, pero no.
Se hizo el encuentro y luego de concluir, Lugo reacciona y pide informes porque no está dispuesto a tolerar el pisoteo de las leyes.
El escandalete del ADN
El abogado de Fernando Lugo dijo que el Presidente no va a pagar la prueba de ADN que le exige la indigente presunta madre de uno de sus hijos. Sus asesores deberían evaluar qué imagen proyecta el Presidente de la República con una actitud de esas.
Es ineludible la prueba y queda claro que Benigna Leguizamón va a conseguir quien le done dinero para pagar la extracción de la muestra y el análisis laboratorial pero se habrá esfumado una magnifica oportunidad para que Lugo muestre su sincero deseo de pronto esclarecimiento del tema.
No parece percibir tampoco que cuánto más se alargue, más tiempo va a mantenerse el tema en la palestra mediática, corroyendo el poco barniz que le queda a su figura.
http://rescatar.blogspot.com/
Anónimo -
Por María Lourdes Zabala Canedo
Periodista Invitado - 8/05/2009
Hablar de paternidad responsable reabre adicionalmente otra polémica pendiente con la Iglesia Católica. Visto desde el dominio cultural que ejerce, sería un aporte de su jerarquía dejar atrás mandatos fundamentalistas de tinte moral que conciben la sexualidad unida a la reproducción
Ni los guionistas de los mejores culebrones de origen venezolano o mexicano hubieran imaginado llegar a cautivar la imaginación (cumbia de por medio) de cientos y miles de espectadores, como lo logró la puesta en escena de un personaje de la vida real, un ex obispo y presidente actual de la república de Paraguay, Fernando Lugo, envuelto en los juegos del sexo y la impunidad del poder. Con hijos que le aparecen de todos lados que ya alcanzan el número de seis (incluido aquel que fue concebido cuando aún portaba la autoridad de su sotana) enfrenta el reclamo de una paternidad responsable. Una demanda que, claro está, se hace visible ante el mundo, en circunstancias en que media el escándalo y la doble moral, por lo demás no poco frecuentes entre sacerdotes católicos, ignorándose con demasiada frecuencia la cotidianidad de estos hechos, en personas normales. Y es que más allá de la amplificación mediática de este evento en particular, la paternidad responsable es un ítem pendiente en nuestras sociedades.
No se trata, como al parecer acontece en el caso del presidente Lugo y otros miles de Lugos, de aceptar, a regañadientes o no, o por efecto de la opinión pública, como en este caso, el reclamo de filiación de los hijos/as interpuestos por las madres, sino de denunciar y develar que este acuerdo de reconocimiento no asegura una calidad en los cuidados y educación conforme a las necesidades de los hijos/as.
Si bien es cierto, que los avances genéticos permiten establecer la responsabilidad procreativa de los varones (¿qué habría hecho Lugo si la prueba del ADN no hubiese confirmado su paternidad?), así como garantizar el derecho de hijas e hijos a conocer su identidad, una definición más abarcativa de paternidad debiera vincular la dimensión afectiva del cuidado y crianza de los hijos, actividad de la cual los hombres fácilmente se desentienden.
Así, no se trata de cumplir con la formalidad de la ley, sino de que los hombres se comprometan con la dinámica doméstica de la vida cotidiana en la que en virtud a una división sexual del trabajo inequitativa y poco democrática, se reserva para las mujeres el rol natural del cuidado de los hijos/as y se promueve la irresponsabilidad de los varones para con su descendencia.
Para muchas madres esto supone renunciamientos, dependencia económica y privaciones. En tanto la maternidad se exalta como abnegación, sacrificio, dedicación y tiempo, en contrapartida se asocia la responsabilidad paterna con el pago de una contribución económica. Sin negar que este aporte es una obligación irrenunciable dispuesta por ley (ninguna concesión graciosa), la paternidad no se agota en este acto, de lo contrario termina reforzando la imagen jerárquica del hombre proveedor y de paso controlador, por el poder simbólico que adquiere.
Tal como emblemáticamente lo muestra el caso del Presidente del Paraguay, es frecuente que los varones se desentiendan de la anticoncepción y la concepción responsable y sigan actuando como si su actividad sexual no tuviera consecuencias reproductivas, tan solo las mujeres son responsables de utilizar métodos anticonceptivos. La vivencia de la paternidad aparece así como una casualidad, como un premio o trofeo sin ningún compromiso, o como un castigo, que se pretende ignorar. Si se considera, además, que muchos hombres se involucran en múltiples experiencias sexuales se hace patente cómo es que llegan a ser parte de embarazos no deseados en los que impunemente desconocen su responsabilidad y eluden su asistencia en los distintos momentos del embarazo, nacimiento y cuidado de los hijos/as.
Hablar de paternidad responsable reabre adicionalmente otra polémica pendiente con la Iglesia Católica. Visto desde el dominio cultural que ejerce, sería un aporte de su jerarquía dejar atrás mandatos fundamentalistas de tinte moral que conciben la sexualidad unida a la reproducción, para contribuir a profundizar la paternidad y maternidad responsable reconociendo los modernos y diversos métodos anticonceptivos antes que usar su dominio ideológico para favorecer, en palabras de La Coordinación de Mujeres del Paraguay, una doble moral usando el púlpito y su poder para recriminar y negar los derechos sexuales y reproductivos de las personas, protegiendo a la vez a sus propios miembros cuando éstos llevan una vida sexual irresponsable. Una obligación que también se impone en Bolivia.