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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

PROPAGANDA CON NUESTRO DINERO

  • Jesús Ruiz Nestosa

¿Cómo hacer para que un sapo no se muera en una olla de agua hirviendo? Si primero se hace hervir el agua y luego se tira al sapo, este inmediatamente salta al exterior al sentir la alta temperatura. Sin embargo, si ponemos al sapo en agua fría y la calentamos lentamente hasta que hierva, pues el sapo se irá acostumbrando a la temperatura y cuando quiera darse cuenta será ya muy tarde. Parece una de esas historias de la China o el Japón medievales que esconden una moraleja que demanda meditar en el Himalaya unos cincuenta años y así desentrañar su significado.   

Aquí la moraleja no es tan complicada ni requiere tanto cerebro. Lo cierto es que las cosas se van haciendo de la segunda manera, con la suficiente rapidez por aquello de que no hay tiempo que perder y con la suficiente lentitud para no asustar a la gente. Esta es la estrategia del movimiento bolivariano que ahora quiere crear una central de noticias que dé informaciones desde “una óptica latinoamericana”, como si nuestra óptica fuera diferente al resto del mundo occidental al cual pertenecemos diga lo que diga el señor Samuel Huntington.   

 

Hace unos pocos días se reunieron representantes de diferentes países “bolivarianos” para llegar a un acuerdo al respecto. Por primera vez hacen algo que es tan transparente como un cristal transparente: desean formar una agencia informativa cuyo objetivo sea brindar la propaganda necesaria a estos regímenes. Utilizo aquí la palabra “propaganda” en su verdadero y preciso significado: acción que tiene como objetivo propagar una doctrina (RAE). Es curioso que justamente los países con regímenes totalitarios le den especial importancia a este ministerio, aun cuando muchas veces lo oculten bajo otro nombre. Aquí en España, en la época de Franco se llamaba Ministerio de Información y Turismo.   

 

Estas agencias oficiales nunca han tenido éxito y terminaron siendo cerradas o, en el peor de los casos, fueron mantenidas en actividad cubriendo sus pérdidas con el dinero del contribuyente. El menosprecio que se tiene por el lector es una opción equivocada. Con mayor rapidez de lo que puede suponerse se da cuenta de que aquello que le están dando en forma de “noticia veraz y objetiva” no es otra cosa que un intento de lavado de cerebro.   

 

Quienes tuvimos el raro privilegio de haber vivido bajo dictadura hemos aprendido muchas cosas sobre las fuerzas y los mecanismos que se ponen en funcionamiento desde los círculos de poder. Como ejemplo: el diario “Patria”, con un tiraje de tres mil ejemplares diarios y debido a la nula aceptación que le daban los consumidores, dejó de venderse en la calle como cualquier otro diario y era de compra obligatoria para los empleados públicos, a quienes se les descontaba su costo directamente del sueldo a fin de mes. Hay más: tres mil empleados públicos tenían la suerte de pagar y recibir el periódico, pero el resto solo lo pagaba y no recibía nada a cambio, pues el tiraje no alcanzaba.   

 

Era también parte de la propaganda las tres veces al día que todas las radios debían unirse a la “cadena” de emisoras: a las 12.30 y a las 19.30 para difundir las “noticias objetivas y veraces” relacionadas con el Gobierno, además del discurso que ese día había pronunciado el dictador. La tercera vez era a las 20.00 para trasmitirse “La Voz del Coloradismo”, el programa más soez que se haya concebido a lo largo de la historia de la radiofonía mundial. Escrito por Alejandro Cáceres Almada y leído por el actor Alberto Lares, el programa muy bien pudo haber causado verdaderos retortijones a Guglielmo Marconi (1874-1937).   

 

Es evidente que los criterios que utilizan los gobiernos y los periodistas en materia de información no son los mismos. En la reunión ya mencionada, el secretario de prensa de la Casa Rosada de Buenos Aires se quejaba de que nunca había sido invitado a un programa de comentarios políticos en un canal de televisión. Más bien que quejarse, tendría que habérselo callado y ocultado su vergüenza. Por algo habrán dejado de invitarlo, cansados quizá de escucharle hacer nada más que propaganda al Gobierno.   

 

¿En cuál de las dos ollas nos están metiendo los bolivarianos con los sapos: en la del agua hirviendo o en la del agua que se quiere hacer hervir?

 

SALAMANCA.-

http://www.abc.com.py/nota/propaganda-con-nuestro-dinero/

 

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