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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

ESPACIO URBANO

Por Guido Rodríguez Alcalá

Para el calor de fin de año tengo dos explicaciones: o me vuelvo viejo y tolero menos el calor, o existe el recalentamiento global. Por suerte, los científicos me dan la razón. Las entidades científicas de varios países (incluyendo Estados Unidos, Inglaterra, China, Japón y Brasil) aseguran que el recalentamiento es un hecho comprobado y se debe mayormente a la acción del hombre.

Esto me consuela y además tengo otro argumento. Global o no, el recalentamiento de Asunción es un hecho. No puede ser menos con la tala sistemática de los árboles y el crecimiento desordenado. Por lo general, las construcciones y urbanizaciones siguen una regla: aprovechar al máximo el terreno, dejando la menor cantidad de espacios verdes. No sé qué se entiende por aprovechar, pero hasta algunos bancos tienen esa idea: dan menos crédito a la constructora que no utiliza hasta el último rincón de un terreno. Quizás supongan que, cuantos más metros cuadrados de construcción, mayor será la renta del potencial cliente, y mayores sus posibilidades de devolver el crédito. El problema, naturalmente, será de quienes vivan hacinados en un edificio de departamentos.

 

Y así, el hacinamiento viene de arriba y de abajo. De los edificios de altura hechos con el criterio de que aprovechar es encimar; de los asentamientos humildes donde se amontonan las viviendas precarias. En estos asentamientos, los alquileres son increíblemente caros: una habitación de dos metros por dos, sin baño ni cocina, tiene un alquiler desproporcionado. En los suburbios hay gente adinerada que vive de los alquileres, de la usura o de otras actividades menos recomendables. Asunción corre el riesgo de convertirse en una ciudad de suburbios y edificios de altura; de gente que vive en la calle y de gente que no puede andar por la calle a causa del exceso de autos. Exceso con relación a las calles, que no han crecido tanto como el parque automotor.

 

Este crecimiento negativo debe revertirse, y el Bicentenario puede dar la ocasión. La ha dado en parte, con el comienzo de la Costanera, que es un proyecto de utilidad general. Se ha comenzado a hacer lo que se debió haber hecho hace tiempo: acortar la distancia entre la ciudad y el río. En otras palabras, hacer lo que se debe hacer para que Asunción deje de darle la espalda al río.

 

En ocasiones anteriores, los intereses políticos malograron el proyecto de la Costanera. El Bicentenario y la necesidad de recordarlo en una Asunción más presentable, han permitido el comienzo y la concreción de parte del proyecto.

 

Queda todavía mucho por hacer, y es de esperar que no vuelva la puja entre el Gobierno municipal y el nacional, fuente de sabotajes y de frustraciones. Asunción debe seguir el ejemplo de Encarnación, que ha comenzado antes su Avenida Costanera. La Municipalidad de Asunción y el Gobierno paraguayo deben ejercitar su autoridad para terminar con la utilización y apropiación indebida de los espacios públicos.

 

1 comentario

Anónimo -

QUE CALOR EN LA CIUDAD


Andrés Granje
Como nunca las altas temperaturas están causando estragos en todo el país, en especial en los lugares densamente poblados como la capital y las ciudades del departamento central, ayer domingo fue bochornoso, no había espacio físico interior o exterior donde su pudiera estar a gusto como consecuencia del calor, los carteles indicadores en la vía pública mostraban una temperatura por encima de los 44 grados, estos sensores que aunque no sean oficiales, sin embargo reflejan exactamente lo que sentimos en el cuerpo, los que caminamos por esas zonas y debemos soportar todo el vapor caliente que genera el asfalto caliente y la de los motores en marcha de vehículos que circulan por nuestras principales arterias.



Por eso suena un poco irreal y como que nos están mintiendo, cuando nos dan la temperatura oficial, desde la Dirección de Meteorología, que obviamente serán medidos en equipos tal vez más precisos, pero en condiciones distintas de lo que padecemos los bípedos que transitamos por la ciudad, según ellos mismos reconocen estos aparatos están bajo sombra en lugares espaciosos y en estas condiciones tampoco reconocen las sensaciones extras generadas por los cuerpos calientes y las elevadas emanaciones de los motores en pleno funcionamiento, sin embargo es justo reconocer que los mismos meteorólogos admiten que esos sensores que están en la vía pública se acercan bastante a la realidad, es decir los 44 grados de los carteles ayer no es sueño y ese el grado que padecimos.
Dicen técnicos, analistas y pronosticadores que debemos seguir soportando estas altas temperaturas en todo el mes de febrero, nos cuentan también que estas máximas no deben extrañarnos o preocuparnos, porque en la historia hubo marcas tan altas como las que sufrimos ahora, recordaron elevadas temperaturas del año 1936 y otra temporada de mucho calor en el año 1962. De cualquier manera nos parece consuelo de tonto esto de decir, ya hubo calores similares, lo cierto es que temperaturas por encima de los cuarenta grados son totalmente anormales, mas cuando se da de manera tan prolongada, hace aproximadamente un mes y medio que la temperatura no baja de los 37 a 38 grados y este pico por encima de los 40 grados hace mas de quince días que se prolonga.
Por eso lo interesante sería que estos analistas y estudiosos nos digan por que suceden estos hechos que entra dentro de lo que se puede considerar como fenómenos climáticos, ya que no son parámetros normales, de tal forma que si la sociedad pudiera colaborar para evitarlo o morigerarlos los pudiera hacer, por otra parte es el momento de las recomendaciones por parte de los especialistas médicos, de primeros auxilios y bomberos, de acatamiento de la ciudadanía, de saber hasta que alimentos es mejor consumir con estas altas temperaturas, las medidas a seguir para evitar accidentes y siniestros tan comunes con tanto calor, recomendaciones y consejos que la población debiera acatar y seguir para minimizar las consecuencias negativas de este calor atípico que soportamos.