CIUDADES CON TRAMPAS.
EL arquitecto Julio Palacios relata la experiencia vivida por su hija que fue tragada por un drenaje en la zona habitacional del Yatch y Golf Club, en la ciudad de Lambaré. La joven cayó en un pozo y fue llevada por las aguas unos 500 metros a través de las tuberías. Vivió para contarlo y su padre aún alterado sostiene que los encargados de administrar la ciudad, si no tienen capacidad para controlar como se terminan las obras públicas, deben irse.
Las imágenes fueron enviadas por el doctor Roberto Almirón vía correo electrónico. Se precisa con detalle, luego de una recorrida efectuada por la zona que no existe defensa ni demarcación que refiera riesgo en las cercanías de esta ‘boca de tormenta’. No tiene rejas protectoras y representa un peligro para la ciudadanía, refiere el padre de la niña.
En entrevista con Radio Viva, aún conmocionado por la experiencia del sábado último, tiempo en que una gran cantidad de agua caída llegó a formar raudales que no dejaban ver los desaguaderos, narra lo sucedido.
La niña luchó por su vida durante varios minutos en los que administró el aire y al final, luego de atravesar varias propiedades, una cancha de golf y por debajo de un a lujosa residencia pudo asirse a unas matas de pasto que le ayudaron a salir de la corriente de agua y despojos. Fue auxiliada por vecinos y ahora se recupera en un sanatorio en la capital.
El arquitecto Palacios reflexiona sobre el valor de terminar las obras en forma de tal manera a que la gente sea protegida contra este tipo de riesgos. También afirma que si no hay capacidad para controlar todo esto, pues un intendente, un concejal, gente de obras públicas debe renunciar y pagar por lo mal hecho.
Por: Oscar L. Boltes
Fuente: Agencia Jakueke
0 comentarios