Clik... Otra vez Marzo
Otra vez marzo
como una herida abierta
en el corazón de la patria.
Otra vez marzo
como una incómoda sucesión de preguntas
sin respuestas.
Un hiriente filo de cuchillo
que nos divide en dos aguas.
Una historia tan inmensa
tan trágica
tan dolorosa
tan heroica y sublime a la vez
que nos convierte a todos
en defensores o cómplices
en patriotas o idiotas útiles
pero que no nos permite el lujo de la indiferencia o la ignorancia.
Otra vez marzo
con la soledad y el silencio
en la vieja e histórica plaza.
¡Qué solos y abandonados
se han quedado nuestros héroes y mártires…!
Silencio estruendoso
poblado de los ecos multitudinarios
de hace trece años
Caras pintadas
banderas al viento
consignas y música en el aire.
Patria queriiiida…. somos tu esperaaaanza...
¡Vienen los cascos azules…! ¡Agárrense de las manos, no se suelten…!
robusto el cueeeerpo… la frente siempre erguiiiida...
¡De aquí no se mueve nadie…!
Padre nuestro que estás en el cielo...
¡Cuidado... están disparando desde arriba!
Santa María madre de Dios...
¡Al piso, al piso... todos al piso...!
serán allaaá… nuestros pechos las muraaaallas...
¿Cuántos... cuántos muertos y heridos?
¡Hijos de putas...!
que detendraaaán…. las afrentas a tu seeeer...
¡Soy paraguayo, carajo...!
Otra vez marzo
como el mejor espejo
de nuestras grandezas y miserias.
Trece años no son nada
pero también una eternidad.
Trece años de traición.
¡Venganza no, justicia sí!
¡Ja...! Ni venganza, ni justicia.
Trece años de farsas jurídicas.
Trece años de impunidad.
Trece años
de ver a los autoproclamados paladines de la democracia
los oportunistas que se montaron sobre el triunfo ciudadano
y la sangre de los mártires
abrazándose a los mismos asesinos
robando con premeditación y alevosía
no solo las escasas riquezas del país
sino también lo más valioso:
las últimas y mejores esperanzas
de la ciudadanía.
Otra vez marzo.
Silencio
herida
pregunta
grandeza
soledad
heroísmo
iniquidad
traición.
¡No importa…!
Trece años no son nada
pero también una eternidad.
Nadie apagará el eco ensordecedor de la plaza.
Nadie podrá borrar
los nombres queridos
Henry
Manfred
Víctor Hugo
José Miguel
Armando
Cristóbal
Tomás
Arnaldo
grabados a fuego
sobre una cruz de madera.
Descansen en paz, hermanos.
Es otra vez marzo
y no faltarán velas encendidas
flores
plegarias
lágrimas
canciones
sonrisas
sueños resucitados
voces nuevas
empeñadas en construir
el país que ustedes amaron tanto
tanto
tanto
hasta dar la vida.
Andres Colman Gutierrez
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