BASTA DE IMPUNIDAD

La muerte de Pablo Medina detonó la indignación popular, la manera tan aleve y ruin como fue acribillado el periodista de Curuguaty, los pormenores del  hecho  relatado con mucha sinceridad por la única sobreviviente  del caso, el conocer que había implorado por su vida diciendo a los sicarios que no terminen con ella, patentiza mas el grado de desprotección en que se encontraba Pablo, que es igual a todos los periodistas que realizan denuncias serias y que con pruebas y documentos en mano se encargan de dar a publicidad hechos vergonzosos  que los poderosos de la política y el narcotráfico en la zona fronteriza  prefieren que quede en el anonimato, que nadie conozca de sus felonías   y que castigan con saña y ferocidad estas acciones.

El crimen de Pablo Medina, muestra   el alto nivel de crueldad y deshumanización de los grupos mafiosos nacionales, que nada tienen que envidiarles a los carteles del crimen organizado de Colombia o México, quizás acá este comenzando la ola de asesinatos, la guerra entre bandas, pero a la hora de matar y amedrentar periodistas tienen una inaudita e increíble ferocidad quizás amparados  en la impunidad que reina en el país, donde la justicia  y las fuerzas del orden hasta el momento no  ofrecen ninguna garantía ni seguridad a la población y la clase política lamentablemente esta inficionada profundamente por  elementos de la mafia  a tal punto que la prensa y la opinión pública ya ha llamado a estos grupos con los integrantes de la narco política.

En realidad uno no puede menos que pensar en la gran temeridad y valentía de Pablo Medina, solo él, su verdad y su temple,  investigando y denunciando hechos de corrupción y hasta crímenes cometidos por una mafia de frontera poderosa donde se sospecha están   metidos  desde el  Intendente de Ypehu, familiares y legisladores de la zona que estarían vinculados a actividades delictivas. Muestra igualmente la poderosa conexión que existe entre el narcotráfico y la política, sabido es que  el dinero sucio obtenido de  este comercio ilegal es lo que financia las elecciones y porque se tiran  millones en  las campañas políticas, lo que se quiere es luego desde el poder blindar a estos  grupos  poderosos y sus negocios.

Este es el momento que el gobierno debe demostrar su intención de terminar con la mafia y el tráfico de narcóticos en el  país, la imagen internacional del Paraguay se encuentra severamente dañada por este suceso que muestra  hasta qué punto llegó la corrupción a permeabilizar las estructuras de las instituciones del estado.  Es también el momento en que la ciudadanía  debe seguir con sus movilizaciones y protestas demostrando su indignación y forzando a los entes del gobierno a que cumplan sus roles  constitucionales  y aseguren el estado de derecho y la justicia  en el país. Es la única forma en que se pueda terminar con esta lacra, basta de impunidad y corrupción en el Paraguay.

por Andrés Granje