QUE VIERNES!
Por tercer año consecutivo se realiza en la fecha el Black Fryday, por su denominación en ingles, lo que traducido es como viernes negro, una actividad comercial copiada de los Estados Unidos de Norteamérica, donde los comercios adheridos ofrecen descuentos especiales por las compras realizadas el día fijado, generalmente un día viernes, lo que genera un frenesí colectivo, una fiebre compulsiva por realizar las compras, atraídos por los menores precios anunciados con descuentos que van desde el 5% hasta el 40 % en artículos de todo género, desde productos alimenticios hasta electrodomésticos, lo que hará que muchas personas se ahorren importantes sumas de dinero de cara ya a las habituales compras de fin de año.
El éxito de este emprendimiento parece estar asegurado si observamos el extenso listado de las firmas y comercios que se adhirieron a la campaña, igualmente la empresa organizadora es bastante seria y demostró en ocasiones anteriores su sobriedad y profesionalismo, aparte está respaldado por un grupo de medios de prensa que dio amplia difusión al evento y pide la colaboración de la Municipalidad de Asunción para que le respalde con servicios reforzados de la Policía Municipal de Tránsito tendiente a agilizar el paso de vehículo que se espera será caótico ese día y también las tareas de limpieza de la ciudad.
Pero lo más importante de los servicios municipales es el que prestará la Dirección de Defensa al Consumidor que pondrá inspectores en la calle para verificar que los descuentos sean reales y se respete de tal forma a beneficiar al publico comprador y no constituirse en un timo o un engaño para el comprador, igualmente prometen un control de la calidad de los alimentos que serán vendidos tanto en locales formales como en puestos al paso tipo carritos o los vendedores ambulantes, de tal forma que después no se tenga consecuencias penosas que lamentar por la ingestión de comidas vencidas o mal elaboradas.
Sin embargo debemos alertar a la ciudadanía y como siempre pedir mesura a la gente en el momento de decidir que comprar y por cuanto comprar, se tiene experiencias muy negativas de eventos similares pasados, donde en el frenesí del impulso irrefrenable de la gente, seducido por los pregones dulces en arrebatos emocionales y no racionales, se toman decisiones de compra, que luego son lamentadas, con las dichosas tarjetas de créditos, metiéndose en deudas y largas cuotas que se tardan en saldar, lo que luego causa muchas molestias y preocupaciones. Por eso siempre decimos que la gente debe comprar aprovechando las ofertas lo estrictamente necesario y que puedan pagar sin mayores dificultades y no por dar gusto a la sociedad de consumo meterse en camisa de once varas.
por Andrés Granje.
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