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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

Robo en Diputados. O sea, robaron en Diputados, también...

ROBEN, MUCHACHOS… PERO NO TRAICIONEN

Estafen, pero no hagan campaña por los del otro partido. Roben, pero no traicionen. Metan a toda su parentela en la función pública pero no desobedezcan las órdenes de sus jefes partidarios. ¿Qué se creyeron, a esta altura? ¿Qué tienen derecho a escuchar y hacer caso a su conciencia y preferir al candidato contrario? ¿Qué les pasa por la cabeza?.
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¿En qué mundo creen que viven?. Por obrar así, todo un intendente, el de Juan Manuel Frutos, se encontró de un dia para el otro fuera del padrón partidario. Ya no es, estatutariamente, colorado. Traicionó al partido. Parece que creyó que el mejor equipado para gobernar su ciudad no era el de su palo sino el de la contra, que por decente era desconocido y que por eso decidió apoyarlo. Mala elección. Un “soldado del partido” no escucha su conciencia sino al cacique de turno. Más le vale hacerlo. Y si no, que se lo digan los nueve afiliados de San Pedro que incurrieron en la ira del “Tribunal de Conducta”, integrado por tres “jupiter tonantes” dispuestos a descargar su ira sobre los correligionarios que en lugar de obedecer ciegamente la “orden superior” se permiten ejercer su raciocinio ciudadano.
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La política, estimados amigos, no es cuestión de decencia ni de ejercicio de la razón. ¿Han visto a algún “correligionario” ladrón (del partido que fuere) entre rejas?. La política en el Paraguay es disciplina y cooperación, obediencia y complicidad, “si señor” y nada de criterio propio. El pensamiento libre y soberano, ejercido con señorío y plenitud, es un cuento de historiadores, sociólogos y políticos.
En la política paraguaya de hoy, eso está prohibido.
Para ser sintéticos y explícitos:
• Robá la merienda escolar, quedáte con los fondos del Fonacide (aunque las escuelas se caigan con peligro para los alumnos, incluido tu hijo), meté en tu oficina pública a toda tu parentela a cobrar sueldos sin trabajar, vendé influencias, dibujá licitaciones para ganarlas con testaferros, alardeá de tus mansiones, autos de lujo, propiedades que no hubieras podido comprar en tu época de laburante común… Y sobre todo, sé zalamero y obsecuente con tu jefe. Si lo hacés, no te preocupes. El pomposo “Tribunal de Conducta” de tu partido (ANR, PLRA, Frente Guazú, PDP, etc.) jamás va a procesarte porque para sus integrantes, ese no es un problema ético, ni siquiera lo distinguen ni saben de qué se trata. Disfrutá de tu estatus de lujo… siempre que repartas y ayudes desde el poder a mantener el sistema, cosa que hasta el más infradotado comprende.
• Pero no se te ocurra ejercer el mínimo acto de conciencia o de introspección ciudadana. O pensar por tu cuenta fuera de la línea oficial de tu partido. Eso es traición. El partido no te lo perdona. ¿Lo entendiste o no?. A tu partido (ANR, PLRA y otros) jamás le fueron un problema ético los ladrones, los estafadores, los coimeros, los vendedores de influencias o los defraudadores de la fe pública. Ni siquiera lo entienden como delito. Y si lo entienden, es peor, porque sufren de una discapacidad moral para condenarlo. Así que, tranquilo. Estos especímenes obedecen solo a la estructura robótica partidaria. Nada más.
Esta es la podredumbre que tenemos que soportar hoy: Ver que la política paraguaya está enferma y llena de toxicas contradicciones. Al menos, desde sus estructuras partidarias.
¿Habrá remedio? Yo no lo sé. Apenas me queda ánimo para pensar que, tal vez, desde el fondo de la rabia ciudadana, surja la respuesta.
Todavía hay tiempo.
¿O no?.

Por Cristian Nielsen Altuna

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