Blogia
HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

EL PUEBLO PARA EL PUEBLO.

Un humilde medio impreso, de aparición semanal, y órgano oficial de un partido político de oposición, el Febrerista (del Partido Revolucionario Febrerista, que debía su nombre a la asociación de fechas y sucesos políticos), surgiría para incordiar periódicamente la paciencia de quienes gobernaban con mano más que dura los destinos del Paraguay.

El Pueblo era el nombre que llegaba a las manos ávidas de información no oficial, que no confiaban en las noticias publicadas, o por lo menos creían que no se publicaban todos los hechos que ocurrían en nuestro país. El periodista José Luis Simón inició la jefatura de redacción, luego continuada por Tito Saucedo, periodista del diario ABC. El semanario se imprimía en la editorial MGB, la misma que publicaba la revista Ñande. Un posicionamiento claramente opositor le garantizó a El Pueblo una base importante de lectores y el sustento necesario para continuar publicando su opinión, siempre contraria al gobierno de Stroessner.

 

En ese marco, se destacó con fuerza la propuesta de Walter Direnna, dibujante uruguayo, que realizaba tareas de diagramación en el diario Noticias y, como un trabajo extra, los dibujos y caricatura que Tito Saucedo le solicitaba, generalmente en horas de la noche y con mucho sigilo. Direnna realizaba lo que otros humoristas gráficos no se atrevían: caricaturas del dictador Stroessner y de personajes del gobierno, como el ministro Eugenio Jacquet, protagonista de la primera portada del semanario, con su cara picada de rastros de la viruela, desproporcionadamente exagerados.

 

La asociación de Stroessner con un Tiranosaurio, ampliamente utilizada por la oposición, proviene justamente de una de sus caricaturas más recordadas. “Era el apodo que le había dado el escritor Roa Bastos, yo me imaginé cómo sería esa mezcla inédita y burlona entre ambos, y dibujé la caricatura”, que se publicó en portada y obtuvo inmediata y perdurable repercusión, recuerda Direnna.

El director del semanario, Báez Samaniego, del directorio del partido Febrerista, fue detenido en el Departamento de Investigaciones de la Policía. El interrogatorio fue duro, rematado por una exigencia: “La gente le está perdiendo el respeto a nuestro general debido a las caricaturas que ustedes publican, escriban lo que quieran pero no publiquen más esos dibujos”, fue la orden terminante.

 “Pero eso es justamente lo que queremos”, respondió con sencillez el director de El Pueblo.

Direnna no firmaba sus obras, una precaución por demás razonable para la época, según bien lo puede atestiguar el dibujante Porfirio Busto. El semanario continuó esparciendo su cuota de oposición mientras pudo o, mejor dicho, mientras el dictador se lo permitió. Fue clausurado en 1987, en la edición número 100, que no llegó a circular.

 

Roberto Goiriz

Extractado de mi libro, "Humor gráfico en Paraguay".

Editorial Milenio, España, 2008.

5 comentarios

Lia Colombino -

Y TODO ASÍ, DE GOLPE
Posted by torore on febrero 3, 2011 · 14 comentarios

En mi casa “salir de vacaciones” no era precisamente una costumbre. En mi casa, se viajaba pocas veces y sólo algunas era “de vacaciones”. Cuando mis amigos de colegio “salían de vacaciones”, al interior, al Brasil, al campo, a cualquier lado, a mi me tocaba rotar de amigos que por suerte no elegían el mismo periodo para vacacionar o en el peor de los casos jugar a las cartas en casa (con mi madre, que accedía a tales divertimentos para sacarme del sopor asunceno). En febrero de 1989 tuve un premio por tantas veces de “no salir de vacaciones”.
Me encontraba, como tantas tardes de mi vida infantil y adolescente, en la casa de los Ferreiro, mi segundo hogar por aquellos tiempos. Con Guille éramos compañeros de colegio y era también mi compañero de ideales (siempre los tuvimos, seguimos teniéndolos aunque un poco descreídos ahora), habíamos armado un gabinete de gobierno; yo no había todavía cumplido los 15. Con Laurel, compañera de juegos y travesuras, reteníamos nuestra infancia hasta sus límites. Mientras nuestras amigas se divertían maquillándose, nosotras todavía corríamos descalzas por el barrio, subiendo a los árboles e inventando juegos. Nos reíamos con Laurel, cómo nos reíamos. Y Olgui, siempre gravitando cerca, la enana (ahora la enana soy yo).
Había una reunión en esa casa, esa tarde. “Los del club” se reunían en ese momento para planificar algo, una regata, algo así (“el club” era un pequeño lugar donde los fanáticos de la vela tenían su lugar). Con Laurel, en la calle, sentadas en las gradas de la puerta principal, vimos de repente salir a uno de los asistentes como una exhalación diciendo: “Entren, se levantó la policía o algo así” (después supimos que se había levantado la Caballería).
Adolfo trataba de averiguar qué era lo que estaba pasando. Con Guille estábamos ansiosos: ¿qué pasaba?, no lo sabíamos con certeza.
Después de mucho tiempo, hablando con otra gente de la misma generación sobre esos sucesos, muchos contaban que ellos no tenían idea de nada en esos tiempos. No era nuestro caso. Guille había visto a su padre preso (entre tantas otras cosas). Yo recuerdo muy bien la vez que fuimos a Sao Paulo con mi padre para que José Carlos Rodríguez pudiera ver a sus hijos antes de irse a Europa con Milda Rivarola, exiliados ambos. Recuerdo la terminal (la del centro), Alide y Carlitos abrazados a Javier, el hermano de Jóse; yo tenía 10 años y no entendía todo al pie de la letra. Pero esa imagen me dio dolor de panza y eso era como entender.
También recuerdo que desde siempre mis manuales del colegio tenían la foto de Troner, como le decíamos con Laurel, al susodicho. Por supuesto que el primer gesto era dibujarle cuernitos, colmillos, sangre y hacerle la cara que realmente se merecía.
Recuerdo a mi abuelo materno, Chicho, y el partido Febrerista; recuerdo a Gato, su hermano. Y a mi padre, puteando en todos los colores posibles. Recuerdo las reuniones en las que uno jugaba con otros niños, pero siempre escuchándolos hablar de política a los grandes. Cómo no tener alguna idea de lo que pasaba. Recuerdo saber perfectamente la palabra dictadura.
Y con todo eso en la cabeza, estábamos Guille, Laurel, Olgui (que no sé bien qué recuerda) y yo, los habitantes más pequeños de esa casa cerca de Mburuvicha Roga. Recuerdo que “se fue la luz” pero Guille tenía pilas para la radio y pudimos escuchar el consabido anuncio. Se empezaron a escuchar los sonidos del golpe. Hacía calor, los mosquitos arreciaban, Guille golpeaba un martillo en la palma de la mano. Creo que buscábamos Radio Ñandutí, queríamos saber si estaba trasmitiendo.
Recuerdo que las líneas de teléfono funcionaban, hablamos con algunas personas. Flavia Laterza, por ejemplo, para comentarnos mutuamente el suceso.
Recuerdo los colchones, el semidormir lejos de las ventanas. La agitación en el corazón.
Supe, después, que a esas horas mi abuelo ya había tranquilamente echado su colchón al suelo, él tan acostumbrado a esos ruidos, y escuchaba la radio. Mi madre vio todo desde un piso elevado del edificio Curupayty. Supe de amigos que se toparon con los tanques, de amigos de mis padres que contaban anécdotas.
Esa mañana del 3, el silencio se notaba más que otras mañanas. A las “nenas” no nos dejaron ir a ver la ciudad, en primera instancia. Guille fue el primer adelantado que luego volvió con las noticias.
Luego Adolfo nos subió a todos en la caja de la camioneta y fuimos al Panteón, con una gran bandera febrerista que hondeaba sobre nosotros.
En el Panteón me abracé con Maricha Heisecke, que no paraba de decir: “Se acabó, se fue”. Se cantaba, se reía, en la plaza. Seguimos hasta el diario ABC (que en esos tiempos parecía ser otro diario, no el nefasto de hoy), y desde un balcón seguimos nosotros, cantando: “Qué lindo es, estamos todos juntos y Stroessner ya se fue”.
No volví a sentir así una emoción tan fuerte que tenga que ver con estas cosas.
El 20 de abril de 2008, sin embargo, se le pareció.

http://torore.wordpress.com/2011/02/03/y-todo-asi-de-golpe/

Anónimo -

22 años de un proceso en peligro

Por José Nicolás Morínigo Alcaraz

El 2 de febrero se inició el golpe militar, el 3 de febrero se dio vuelta la página de la historia. La dictadura, cuyo cambio parecía imposible, cayó como llegó.

El proceso de transición no siguió los pasos conocidos en otros procesos de transición. No se inició con el cambio de la Constitución, ni siguió con las elecciones que legitimaban a los nuevos gobiernos. Nuestra transición se inició con la caída del dictador y unas rápidas elecciones para legitimar el acceso al poder del general Rodríguez. Esas elecciones se realizaron con los mismos padrones que justificaban las amañadas votaciones rituales, durante la larga duración de la dictadura stronista. Los viejos padrones tenían 800.000 inscritos más que los nuevos padrones realizados con posterioridad. Este dato es una manera muy sencilla para conocer cuál era la causa de los triunfos electorales, supuestamente rutilantes, en la era del stronismo.

Decimos en el título que se inició un nuevo proceso por las siguientes razones que sobrepasan las circunstancias anecdóticas del hecho:

1- Se inicia la construcción de un nuevo régimen político. La caída de la dictadura fue tan impactante, que nos quedamos solamente con ese acontecimiento, sin pensar que lo más importante era programar el proceso del cambio. Esto no se hizo, y me temo que tampoco lo estén haciendo ahora ninguno de los partidos políticos. Unos por el peso de la historia repetitiva, otros porque la necesidad de respuestas a cada situación de la coyuntura impide pensarlas como un proceso.

2 - El nuevo régimen político democrático se ha convertido en una formalidad ritual. Nadie discute que la formalidad ritual de la democracia es importante, pero también lo son otras cuatro cuestiones fundamentales. a- El respeto a los valores de la democracia, que exige un trabajo sistemático que le corresponde realizar a los maestros o maestras, en las escuelas, sean públicas o privadas. b- El rechazo de la violencia como método para resolver las confrontaciones. Más que nunca es necesario rechazar el atajo de la violencia. En nuestra sociedad, todos los días estamos viendo cómo la utilización de la violencia es el camino para imponer las ideas o los sentimientos. c- El respeto a la libertad, no solo como valor distribuido entre todos los seres humanos, sino como posibilidad de ejercer los derechos en base al criterio de la igualdad de posibilidades jurídicas y reales y d- la necesidad de reconocer el valor de la solidaridad, no solamente como una conducta altruista, sino como una manera de vivir y relacionarnos entre los seres humanos.

3 - Priorizar los intereses colectivos a los intereses personales. En esto debemos ser muy claros. No se trata de negar la existencia de los intereses personales, de lo que se trata es de priorizar los intereses colectivos para que ellos sean el fundamento de los intereses personales. Tal posibilidad es lo que permite distinguir al buen político, del oportunista. Al político que se esfuerza por comprender el proceso, del que simplemente con sus actos responde a las situaciones que se dan día a día.

Estamos llegando a un punto en donde nos encontramos frente a un camino que tiene dos direcciones que llevan a metas diferentes. Un camino nos lleva a repetir lo ya conocido, el otro nos lleva a continuar por el sendero del fortalecimiento de nuestra frágil democracia.

ARISTIDES ORTIZ -

El golpe del 2 y 3 de febrero, o las huellas de 35 años de estronismo

El estronismo no solo impuso, también construyó una base social que lo sostuvo.

La frase “muerto el perro, acaba la rabia” no puede lastimosamente aplicarse al Paraguay tras la muerte del ex dictador Alfredo Stroessner ocurrida un 16 de agosto de 2006, en Brasilia, Brasil, ni cuando el 2 y 3 de febrero de 1989 fue derrocado por su consuegro, Andrés Rodríguez, el privilegiado vínculo del narcotráfico y el armatráfico en Paraguay durante la dictadura.

Es que el longevo que murió de muerte natural a los 93 años en su placido refugio brasileño dejó una cultura política y social construida durante los casi 36 años de gobierno dictatorial. Así, el sistema construido durante su mandato se llama estronismo: una gama de conductas políticas y sociales que el país heredó y siguen vigentes hasta hoy.


Stroessner y Pinochet Fuente: Escolar.net
De esta herencia quiero resaltar aqui solamente dos formas de relación social aprendidas: la mediocridad, la corrupción y la resistencia pasiva.

La mediocridad fue deliberadamente enseñada y estimulada desde la punta de la piramide estronista. El que piensa bien no suele ser obediente, ademas suele ser eficiente. El que piensa bien suele ser crítico de la estupidez y la violencia. El mediocre, por el contrario, solo quiere sobrevivir por culpa de sus limitaciones. En su condición de sobrevviente suele ser obediente, acritico e ineficiente. entoncfes la estructura de poder estronista combatió la inteligencia y contruyó un entorno de mediocres que terminaron legitimando al poder dictatorial. Luego la mediocridad llegó a la base social

La corrupción fue también intencionalmente promovida. Desde el Unico Líder, que repartía a su primer anillo dádivas en tierras, cargos públicos y feudos y miradas cómplices a sus actos de corrupción, lo que este entorno repetía con su propio entornoque hacia lo mismo alimentanhdo de corrupción toda la estructura principal

CARLOS VERÓN DE ASTRADA -

De transversalidades y privatizaciones

Hace tiempo que los intereses de clase vienen trascendiendo los partidos políticos.

Hace tiempo que los intereses de clase, o los proyectos de modos de acumulación vienen trascendiendo los emblemas partidarios, y eso se traduce en una polarización transversal de proyectos antagónicos.

En nuestro país a partir de la caída de Stroessner, a los efectos de la sucesión del general Rodríguez, en el marco de la disputa, hubo tanto en el Partido Colorado en el poder como en el Partido Liberal, grupos que se aglutinaban en torno a los polos privatistas y antiprivatistas.

En el Partido Colorado, el grupo liderado por Wasmosy apostaba a un proyecto privatista a ultranza, mientras que del otro lado, Luis María Argaña se oponía fervientemente a toda privatización, levantando banderas de supuesto nacionalismo, pero cuyo móvil real era el mantenimiento del modelo clientelista prebendario, basado en el burdo estatismo que todos conocemos. En el Partido Liberal, había un sector privatista, el histórico bloque conservador de los Franco (yoyito) y del otro lado, un sector antiprivatista cuya cabeza visible era Laino.

Salvando las diferencias y las distancias, hoy estamos asistiendo a un espectáculo aproximado: un sector del Partido Colorado (ver declaración de Aníbal Saucedo Rodas-abc de 1-02-2011) se opone a la privatización invocando una normativa de esa organización, que desechaba toda privatización, obviamente en virtud de un modelo que le fue funcional. Por otro lado liberales se alían con oviedistas para apuntalar el proyecto de privatización de aeropuertos. Y dentro del Frente Guazú, aparece uno de sus partidos miembros, el Encuentro Nacional que apoya esa privatización .

Pero se podría estimar que esa polarización transversal, no responde a proyectos de política económica precisamente, lo que daría cuenta no de algún síntoma de controversia ideológica, sino de disputas por el control del negocio de privatización.


Fernando Lugo y Efraín Alegre. Fuente: Paraguay.com
En principio, se puede pensar que el Partido Colorado apostaría a la posición de Saucedo Rodas, en primer lugar porque hay una fuerte convicción de que recuperarán el control del Poder Ejecutivo a partir del 2013, pero sobre todo porque la privatización se realizaría bajo la administración y control del Partido Liberal (que dicho sea de paso, está dividido).

De cualquier manera, nunca se descarta la transversalidad que también involucre a un sector del Partido Colorado apoyando la privatización y ello dependerá de la participación que pueda tener en el negocio de la operación. No hay que olvidar que en la Argentina, todo el espectro partidario participante en el Congreso, estuvo involucrado en el programa de privatización de Menen.

Agencia de Noticias Aratirí -

Paraguay, stronismo 22 años del autogolpe
Los represores caminan libremente por el territorio de la patria a 22 años del fin del régimen de Stroessner.



El 3 de febrero de 1989, la gloriosa lucha de generaciones enteras de paraguayos antidictatoriales,obligó a EE.UU. ha destituir al dictador a cargo del genocidio en Paraguay, Alfredo Stroessner, general del ejército y jefe máximo del partido colorado, Asociación Nacional Republicana ( A.N.R.) El imperio yanqui no necesitaba sostener a escoria como Stroessner en Paraguay.

Efectivamente, meses después, la caída del muro de Berlín sería el síntoma del fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y consecuentemente el fin del orden mundial conocido como guerra fría.

En Paraguay, la bestia anticomunista estaba de más en la fiesta capitalista de los 90’s, en la cual, “la economía de mercado” se imponía sin resistencia sobre los estados y las sociedades.

Era la hora del mercado capitalista … y sus agentes fiscales, policiales e instructores colombianos y yanquis … que encarnarían hasta hoy la nueva etapa de la Doctrina de Seguridad Nacional, por la cual, los fuerzas militares dejan el enemigo exterior como hipótesis de conflicto y sus acciones se centran contra el pueblo ( estado de excepción, apoyo logístico a la Policía Nacional, ingreso de tropas del Comando Sur de EEUU, montajes contra los militantes populares de la inteligencia de la embajada de EEUU, etc. )

20 años después y cumplidos los 60 años ( más 1 ) de gobiernos colorados el poder ejecutivo fue recuperado por el pueblo. Dos años después, los otros dos poderes son controlados, aún, por el stronissmo sin stroessner, la embajada de EEUU, los latifundistas, agronegociantes, y los sectores hegemónicos del P.L.R.A. y de la A.N.R.

El incumplimiento del programa de la campaña que llevó a Lugo a la presidencia ( básicamente la reforma agraria,) y en segundo lugar, la virulenta represión contra las organizaciones campesinas, redujo la participación del pueblo en las elecciones municipales de noviembre de 2010, a punto tal que solo votó el 45 % del padrón y de los 17 distritos más importantes, 14, quedaron en poder del partido colorado.

El gobierno de Fernando Lugo no ha podido mostrar todavía su voluntad para terminar con los 600.000 sin tierra y 1 millón de desplazados en el exterior ( un 10 y un 15 % respectivamente de la población, ) 80.000 campesinos desplazados por año, decenas de presos políticos, la impunidad los militares, policías y matones pagados por los dueños de la tierra en los asesinatos de centenares de referentes de organizaciones campesinas.

A pesar del ataque del aparato estatal e inducidos por la memoria antidictatorial, las organizaciones del campo popular mantienen su férrea defensa de la democracia frente a los rumores de golpe de estado, confirmados por el propio presidente Lugo.

Hace 2 años la Comisión de Verdad y Justicia ( entidad mixta conformada por organismos de DDHH, organizaciones de víctimas del terrorismo de estado, el Poder Ejecutivo y el legislativo, ) entregaba el “Informe Final” sobre el Genocidio en Paraguay. En este, los representantes de los poderes del estado se comprometieron con las víctimas y el pueblo en la “eventual sanción por las responsabilidades penales que emerjan,” entre los funcionarios del estado.

Estas recomendaciones oficiales, habilitaron a que las víctimas de la dictadura identificasen a los responsables de los crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, a 22 años del autogolpe del stronismo, los represores caminan libremente por el territorio de la patria y son lo que denunciamos como “stronismo sin stroessner.”