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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

LOS VIAJES DEL PRESIDENTE SON GASTOS IMPRODUCTIVOS QUE PAGAN LOS CIUDADANOS

Al Paraguay le hace falta un crecimiento sostenido para avanzar hacia el desarrollo. Vendiendo más carne y soja seguiremos en lo mismo: aumentando la concentración de la riqueza y ampliando la pobreza social.

Esta contradicción económica presidencial es igual a su contradicción política. Va a Vietnam, que tiene un gobierno socialista y cuyo principal aliando es China Continental, y luego sigue a Taiwán, enclave de los Estados Unidos en la región.

Se buscará el pretexto de que sus viajes al exterior responden exclusivamente a un criterio pragmático. Que sus intenciones solo buscan favorecer los intereses del Paraguay.

Si el pragmatismo responde a una política de eficacia, el presidente Lugo hace tiempo que debería estar viajando a los países que, teniendo en cuenta sus posibilidades de cooperación, inversión y mercado, pueden efectivamente contribuir a nuestra industrialización, productividad, transferencia científica y tecnológica, modernización de los servicios y comunicación y, en fin, al mejoramiento de la calidad de vida. Vale decir, contribuir a nuestro desarrollo.

 

Esos son los países europeos como Alemania, Francia, España, Italia y Gran Bretaña, entre otros, además, obviamente, el Japón.

 

En algún momento, cada uno de ellos ha pasado a ser el primer país cooperante con el Paraguay. Ellos podrían colaborar para nuestra industrialización, ampliación y calificación de nuestras exportaciones y, sobre todo, para la formación de mano de obra calificada junto con la ampliación exponencial de la ocupación.

 

También, mediante una reingeniería de la agenda y estrategia de las relaciones bilaterales, Norteamérica puede colaborar para promover nuestro desarrollo en diversos campos. Para el efecto necesitamos construir un verdadero Estado.

 

El Gobierno de Lugo hace mal en dilapidar el dinero público, al mismo tiempo de continuar con ese estilo de administración mendicante. Taiwán se caracterizó por sus dádivas, incluso apoyando "generosamente" a candidatos políticos. En materia de carne, se había comprometido a una cuota, cuyo volumen jamás cumplió en importar. Sin embargo, con una política adecuada, mucho puede cooperar en biotecnología, maquila, manufactura e informática. Pero nosotros mismos hicimos poco para una vinculación provechosa para el país.

 

No sabemos si a este Gobierno le falta mejor conocimiento o voluntad política para encaminar nuestras relaciones internacionales hacia los genuinos intereses del Paraguay. Atraer inversiones para los sectores industriales, servicios e infraestructura es una cuestión de alta prioridad, pero se pierde en distracciones que no conducen a nada. A no ser que sea para proyectar la imagen de un gobierno tan inconsecuente, mendaz y a veces hasta servil, a tal punto de desconocer nuestras prioridades nacionales y aun exponer nuestra soberanía.

 

Las relaciones exteriores son un factor de desarrollo endógeno. Y ya es hora de que el Gobierno aprenda esta cuestión tan elemental.

 

La economía del Paraguay no puede depender de sus exportaciones agropecuarias. Las materias primas sin valor agregado tienen un crecimiento y mercado vulnerables. No generan empleo y profundizan la concentración de ingresos. El Gobierno de Fernando Lugo prometió cambios para reducir las desigualdades sociales. Pero su actual gira por Vietnam y Taiwán le contradice, y demuestra que su intención no va más allá de una distracción improductiva.

http://www.ultimahora.com/notas/410652-Los-viajes-del-presidente-son-gastos-improductivos-que-pagan-los-ciudadanos

 

2 comentarios

Anónimo -

El mundo del revés



Los héroes del Presidente

Es sabido que la política exterior paraguaya, además de carecer de seriedad, no se destaca por su rigurosidad intelectual o presencia cultural. Y en este contexto, el presidente del Paraguay, Fernando Lugo, se despachó contra los estadounidenses, afirmando en Vietnam que a los “criminales de guerra en Estados Unidos se los llama héroes”.

Habría que recordarle al Mandatario que si bien es verdad que se cometieron salvajadas y delitos contra los derechos humanos, no es menos cierto que en ese país ocurrieron enormes crímenes contra la humanidad, sin que Lugo haya elevado su voz al respecto.

Y lo que es peor, hoy en día, Vietnam soporta una dictadura comunista, ¡y no dijo nada al respecto! Es muy fácil ser valiente cuando los acusados están lejos y silenciosamente prestan ayuda al país que uno dirige. Pero es muy difícil defender los valores de la democracia y la libertad de expresión cuando se está en una mesa con los invitados a la comida.

El ex sacerdote se destaca por hacer fuertes críticas a los sistemas autoritarios conservadores, de derecha, pero poco o nada habla acerca de los atropellos a los derechos humanos en los países que cuentan con gobiernos comunistas, férreos aparatos represores y que mantienen en la más pura sumisión a sus pueblos.

Paradójicamente, el lema de “dictadura nunca más”, que le encanta repetir a Lugo, no se hizo presente esta vez en el país asiático.

La actitud sesgada, ambivalente y sobre todo prejuiciosa del gobernante paraguayo lo ubican como un mandatario que vive realmente el “mundo del revés”, apelando a los sentimientos y olvidando gran parte de la historia mundial.

Benjamín Fernández Bogado -

La representación de un país


Una de las cosas que los políticos nuestros deberían aprender con urgencia es que sus comportamientos públicos comprometen al país que representan y que sus obligaciones exceden el ámbito de lo personal. Aquí creemos que uno puede tener un comportamiento adolescente como el que tuvo Lugo en Vietnam, justificando su "nostalgia tour" que ha venido cumpliendo desde hace unos meses sin costo alguno para el país. Él debe saber que lo que dice y lo que hace en nombre de un país nos afectan a todos, y que sus comportamientos particulares comprometen al Paraguay. Como cuando inició "la recuperación de la soberanía eléctrica" con el Brasil, tomando un avión de la fuerza aérea de ese país para trasladarse a su capital. Lo mismo cuando es curado de sus dolencias en hospitales del vecino país, con quien el Paraguay tiene temas por de más delicados, urgentes y comprometidos que negociar y que requieren no solo una inteligencia y patriotismo superiores, sino una actitud diferente que nos presente como dignos, delicados y capaces.

Lugo sigue siendo un adolescente; sigue con profundas carencias de madurez y una reiterada actitud de no asumir ni su edad biológica y menos la adultez que se requiere cuando uno es el primer magistrado, el presidente de una nación. Es bastante raro para alguien que viniendo de una estructura tan vertical como la Iglesia Católica y que ha mostrado en sus encuentros con el Papa una actitud diferente no lo tenga en consideración hoy en la relación que mantiene con gobiernos en actos oficiales. Quiere decir que simuló muy bien sus años de cura y de obispo.

Ha sido una sorpresa para sus anfitriones, los taiwaneses, que pagaron 80 mil dólares para que 10 personas viajaran en primera clase, que el visitante pidiera hacer una escala con dicho convite en Vietnam, donde el único objetivo adolescente del mandatario era incordiar a los norteamericanos de manera absolutamente innecesaria. Viniendo esto de quien visitó al más cuestionado de los últimos presidentes de EEUU: George Bush, en un momento en que nadie quería sacarse una foto con él. Todos estos comportamientos nos demuestran una debilidad en el carácter de nuestro presidente, que debería preocuparnos en serio.

¿Qué más cosas sería capaz de realizar una persona inmadura? ¿Cuántos riesgos más haría correr al Paraguay con este tipo de comportamientos? ¿Qué daños al Paraguay surgirían de alguien que no reconoce los límites entre el ejercicio institucional de la presidencia y sus nostalgias adolescentes?

Son preguntas que solo Lugo, nosotros que le permitimos y el tiempo podrían responder; pero, en todos los casos, es necesario una urgente madurez emocional para evitar riesgos superiores a la República.

Además, recordarle que él es un simple inquilino de una de las instituciones más apreciadas en democracia: la Presidencia de la República, a la que le debe inteligencia, dedicación, compromiso y, por sobre todo: madurez.