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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

LOS PRECIOSOS

 

El gasoíl subió de precio. ¿Quién tiene la culpa? El presidente de Petropar. A esta conclusión llegó un grupo de diputados, que la gente llama "preciosos", a causa de su obsesión con los precios.

Los preciosos confirman aquello que dijo una vez Humberto Rubin: en el Paraguay siempre hay que echarle la culpa a alguien. Dentro de poco nos dirán quién tuvo la culpa del terremoto en Japón, que tantos perjuicios causó a nuestra producción de sésamo. No sé qué castigo van a imponerle al culpable del terremoto; al presidente del Petropar, ingeniero González Meyer, han decidido destituirlo por abrumadora mayoría. Esto nos obliga a explicar ciertas cosas, no precisamente en defensa de Petropar, sino en defensa del principio de la realidad.

En primer lugar, el gasoíl se hace con petróleo, y no con almidón como la chipa. En segundo lugar, cuando uno lee los diarios (en vez de hojearlos para ver si salió su foto), puede ver que el precio del petróleo se fue a las nubes en Nueva York. ¿Y a nosotros qué nos importa Nueva York, si somos paraguayos? Bueno, es que en Nueva York hay un lugar que le dicen la Bolsa (no confundir con Karai vosã) y la Bolsa influye en los precios del petróleo en el mercado internacional (no confundir con el Mercado 4).

 

Si quieren culpar a alguien, que culpen a los tipos de Wall Street, esos que aparecen en CNN con un martillito y dan golpes sobre una mesa (o sea por una mesa). Para ponerlos en su lugar se puede formar una comisión hot dog (como llamó un convencional a una comisión ad hoc), que viaje a Nueva York para pedirles explicaciones a los tipos esos. Si los tipos no explican nada, hay que avergonzarlos en público. Una manera de hacerlo es esperar que CNN ponga sus cámaras y los de la Bolsa levanten su martillo; entonces, a la voz de ¡ahúra!, los representantes y representantas del pueblo paraguayo posan ante las cámaras opivos y opivas, respectivamente. Los bolseros se van a pegar tal susto, que a partir de entonces van a manipular menos los precios del crudo.

 

Pero no hay que contar solamente con eso. Los de la Bolsa, manipuladores como son, tampoco son omnipotentes. En 2008 se pegaron un bruto susto con la crisis mundial, y ahora no saben cómo controlar los precios del petróleo, por mucha plata que ganen con sus tejemanejes. Así que hay que olvidarse de las acusaciones. Entre el cielo y la tierra hay más de lo que tu paranoia imagina. Petropar no puede impedir que suba el petróleo, cuya cotización internacional depende de factores imprevisibles, como la insurrección en Libia.

 

De tan patriotas que son, los preciosos quieren intervenir en Libia, pero no les van a dejar porque entre todos no tienen ni un solo avión F 15 y tampoco saben cómo pilotarlo. Por eso, renunciando a las soluciones mágicas, es mejor que demuestren su patriotismo aquí y ahora. De momento, lo mejor que pueden hacer es olvidar esos pedidos de plata a Petropar que fueron rechazados con costas. Duele mucho no poder conchabar a un correligionario, pero el interés superior del país exige renunciar a pasar la factura.

 

 

 

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