DEMOCRACIA Y JUVENTUD
- Alcibiades González Delvalle
El Ministerio de Educación y Cultura maneja unos datos preocupantes: entre los jóvenes encuestados, la mayoría prefiere la dictadura si van a tener trabajo. Bien leído, rechazan la democracia con desocupación. Desde la perspectiva de los jóvenes tiene alguna lógica el deseo de trabajar sin importarles que quien los gobierne sea un dictador.
De acuerdo con otra encuesta, los jóvenes quieren un empleo para costearse sus estudios. Es posible que, puestos a elegir, se inclinen también por la dictadura como solución a su ansiedad de hacerse de un título universitario. Estarán hartos de escuchar que en esta sociedad competitiva, una especie de “sálvese quien pueda”, solo tendrán espacio los más aptos. Y los más aptos, se les dice, salen de la universidad. No hay dudas de que un título universitario sirve para abrir la puerta laboral. Los empleadores seleccionan a los más preparados para sus empresas.
Ahora bien, en la encuesta del Ministerio de Educación aparece una realidad incuestionable acerca de la prioridad por lo menos de una parte de la juventud: si vamos a trabajar, dicen, no importa que sea bajo una dictadura. Bajo una dictadura significa exactamente estar debajo, sin metáforas. Debajo de una persona que maneja el país y a los ciudadanos a su antojo; que dispone de la libertad de los demás para hacerlos callar, prohibir que se reúnan, que debatan, que protesten, etc., etc.
Como no vivieron en los tiempos del estronismo, hablan de su preferencia por la dictadura. Sí, no tienen trabajo y quieren procurarse unos pesos para sus estudios. Pero deben saber que la dictadura tampoco ha sido una fuente de trabajo. Lo que pasaba es que la Argentina estaba económicamente en condiciones de recibir a los paraguayos que carecían de empleo. Después, en coincidencia con la caída de Stroessner, a la Argentina le cayeron los malos tiempos. O sea, la dictadura nunca tuvo la presión de los desocupados por lo menos como hoy se tiene en democracia. Después de la Argentina se encontró un alivio en España, pero hoy tampoco es una solución, como dejaron de ser los Estados Unidos.
Es alarmante la creencia, muy generalizada, de que la democracia va unida a la pobreza, el desempleo, la violencia. Y la dictadura, al trabajo, el orden, la tranquilidad. Esta es una idea, a más de errada, muy peligrosa, porque se facilita a los autoritarios –que los tenemos a montones, entre civiles y ex militares– a presentarse como la alternativa en cualquier proyecto electoral. Buscarán el voto de esa juventud dispuesta a vender el alma al diablo a cambio de un empleo.
Pero aquí también hay un problema a considerar. La aspiración de los jóvenes es trabajar para estudiar, y no estudiar para trabajar. Se preguntará usted cómo podría un desempleado acceder a la segunda opción. Desde luego, no es una cuestión sencilla. En este asunto el Gobierno tiene mucho que ver. Es su obligación extender los beneficios de la educación a todos los ciudadanos; prepararlos, hacerlos aptos para que desde cualquier actividad sean útiles al país. Un analfabeto, o analfabeto funcional, y además sin trabajo, no es negocio para nuestro país, salvo para los populistas que venden ilusiones.
Tengo entendido que en muchos establecimientos educativos se habla a los alumnos de nuestro pasado reciente. Se les relata que la dictadura causó estragos al país a lo largo de sus casi 35 años de opresión; que de ningún modo, a cambio de nada en apariencia favorable, se debe desear su regreso. Pero si estos jóvenes, en su mayor parte, conociesen mejor la historia del estronismo, con toda certeza desearán que en nuestro país nunca más reine la barbarie. Que se les hable, por ejemplo, de Edgar L. Ynsfrán, Sabino Augusto Montanaro, Pastor Coronel, Almada Morel alias “Sapriza”, Belotto, Kururu Pire, Ramón Aquino y sus garroteros; de algunos de los atropellos a los derechos humanos de los opositores; que se les relaten los padecimientos de los comunistas, de los colorados críticos, de los liberales, de los febreristas, de los obreros, de los estudiantes, de los miembros de las Ligas Agrarias Cristianas, en fin, de los ciudadanos que deseaban mejores días para el país. Después, nunca desearán que vuelva ese pasado aunque el presente les resulte desalentador.
alcibiades@abc.com.py
3 de Julio de 2010
2 comentarios
Anónimo -
La investigación internacional, aplicada a 3.399 alumnos de 9º grado, revela que un 38,5% no logró resolver ejercicios para demostrar las mínimas competencias en la materia que forma ciudadanos.
Los estudiantes paraguayos prácticamente están aplazados en conocimientos sobre democracia, participación, tolerancia y cumplimiento de derechos.
Una encuesta internacional sobre educación cívica y ciudadana (ICCS), aplicada a 3.399 estudiantes del 9º grado de nuestro país, ubica a Paraguay entre los peores promedios en materia de formación cívica y ciudadana. Solo República Dominicana está peor que Paraguay, que quedó en el penúltimo lugar, según un informe presentado ayer por autoridades del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
CONFIANZA. De acuerdo con los resultados del estudio que se realizó en 38 países, el 42,8% de los estudiantes paraguayos respondieron que confían poco y un 8,2%, nada en los tribunales de justicia.
Asimismo, el 40,7% confía poco y 14,3% nada en la Policía Nacional.
Pero lo que resulta más llamativo para las autoridades educativas es que un 50,5% confía poco y 17,1% nada en los partidos políticos, pero demuestran tener un desempeño mayor en conocimientos de cívica frente a los que activan en grupos políticos.
Como un aspecto positivo, el ministro del MEC, Luis Riat, dijo que entre las instituciones que generan la confianza en los estudiantes figura la escuela, con un 88% de respuesta afirmativa. En 2º lugar aparecen los medios de comunicación.
DERECHOS. Al consultar sobre los derechos por etnicidad, la mayor parte de los encuestados respondieron que todos los grupos étnicos deberían tener igualdad de oportunidad de acceder a una buena educación, buenos trabajos y los mismos derechos.
Asimismo, consideran que las escuelas deberían enseñar a los estudiantes a respetar a los miembros de todos los grupos étnicos y que se debería animar a los indígenas a postularse a cargos electivos.
En el capítulo referido a la igualdad de los derechos, también se consultó la consideración de los estudiantes sobre la homosexualidad.
Un 58,3% cree que las personas del mismo sexo no deberían tener derecho a casarse entre sí y un 37,5% está de acuerdo con que la moral del país sufre por la presencia de homosexuales y lesbianas.
Pero manifestaron su desacuerdo con que el colegio no acepte a los homosexuales o lesbianas como estudiantes. En tanto, un 64,4% no considera que las homosexualidad deba tratarse como una enfermedad mental; mientras, el 73,5% está de acuerdo en que tengan todos los derechos de los demás ciudadanos.
GÉNERO. En el apartado relativo a la igualdad de derechos por géneros surge una elevada aceptación a la premisa de que tanto los hombres como las mujeres deberían tener las mismas oportunidades para participar en el Gobierno.
Un bajo porcentaje de alumnos respondieron que las mujeres deberían permanecer fuera de la política y que los hombres deberían tener mayor derecho a un trabajo que las mujeres cuando no hay muchos puestos disponibles.
Los altos porcentajes de varones también respondieron que los hombres están mejor calificados para ser líderes políticos que las mujeres.
En esta línea, que denota un dejo de machismo, también surge como respuesta mayoritaria del sector masculino que las mujeres deben priorizar la atención de los hijos.
RESPUESTAS DEMUESTRAN INCLINACIÓN POR DICTADURA
Un hecho que también llama la atención de las autoridades educativas es que los estudiantes opinaron que la concentración del poder en un persona garantiza el orden, así como que las dictaduras se justifican cuando traen orden, seguridad y beneficios económicos.
Otro punto llamativo resulta ser que los alumnos tienen masiva y activa participación en actividades musicales o teatrales fuera de las clases regulares, pero muy baja participación en los debates o asambleas estudiantiles.
La encuesta revela que muchos adolescentes consideran que está mal el soborno y la falta de rendición de cuentas del Gobierno, pero que aceptan la práctica de conseguir trabajo por amiguismo.
Para el ministro del MEC, Luis Riart, estos resultados revelen que todavía falta fortalecer la democracia y la educación cívica, que pese al paso de al menos 10 ministro no se logró incorporar plenamente en el sector educativo.
Entre las medidas tendientes a mejorar la situación anunció que trabajará con las organizaciones no gubernamentales que desarrollan temas de ciudadanía, porque considera que los resultados interpelan a todos.
Anunció la revisión curricular en el marco de la resignificación de la educación media y la implementación de programas dirigidos a estudiantes del primer curso de la secundaria, el año que viene.
Pidió además que los medios de comunicación consideren pasar programas de debates en horario central de manera que los estudiantes puedan realizar tareas en base al contenido.
Anunció alianzas con editoriales y con la Senavitat para promover la lectura y la instalación de bibliotecas en los hogares.
Anónimo -
El Centro de Estudios Judiciales (CEJ) elaboró un informe sobre los métodos más comunes de corrupción que afectan al sector educativo de nuestro país y sus consecuencias. El material, Informe sobre el costo Social de la Corrupción en Educación explica que el alcance es tal que pone en riesgo el logro de cualquier meta educativa. La investigación es una iniciativa del programa Costo Social de la Corrupción que tiene asistencia del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD) y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El trabajo consistió en la elaboración de una matriz de las formas de corrupción en el sector de la educación a partir de información extraída de organismos públicos, empresas privadas, de la sociedad civil y publicaciones periodísticas del 2003 al 2008. Además, contó con la asesoría del consultor internacional Pedro Biscay.
Resultados
Los resultados de la investigación arrojaron los principales campos en los que actúa la corrupción, como son: la provisión de servicios y bienes, como el kit escolar y el complemento nutricional; la remodelación y construcción de escuelas; la asignación de rubros a docentes; y la distribución de becas.
El pago de precios más altos que los del mercado para las compras del kit escolar o el sobreprecio es muy común y el estudio responsabiliza a las altas esferas del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) de este hecho.
En la compra del complemento nutricional, sin embargo, se encontró más de una forma de corrupción. La elección de empresas de dudosa procedencia, los envíos de los complementos a escuelas que normalmente no los reciben o que no cumplen con los criterios, y la falsificación y aumento del número de alumnos beneficiados son las clasificadas en el estudio.
El segundo campo de acción de la corrupción es el mantenimiento y construcción de escuelas. La sub-ejecución presupuestaria es el mal constante que llevó a que, entre el 2004 y 2009, sólo se ejecutara 30% del presupuesto. Según el estudio, el Estado y las gobernaciones están involucrados en estas irregularidades.
El estudio señala que lo poco ejecutado es objeto de múltiples desvíos. Mediante el rubro de transferencias desvían dinero, a través de entidades sin fines de lucro o carácter educativo, a personas vinculadas a los gobernadores de turno, que encima eluden los mecanismos de control y rendimiento de cuentas. Por lo que, según el texto, se convierten en una forma de extorsión política que consolida el poder a nivel territorial.
La manipulación de los pliegos de las bases y condiciones es otra de las formas de corrupción utilizada, pero desde el estado, aclara la investigación. Muchas de las veces las empresas adjudicadas no cumplen las obligaciones asumidas y para colmo, no se ejecutan las cláusulas penales y multas para recuperar el dinero perdido.
El tercer campo de actividad de la corrupción es el pago de salarios. En sus páginas desarrollan los mecanismos para cobrar más de lo que deberían: Los planilleros, por ejemplo, son personas que figuran en la lista de funcionarios pero son desconocidos en la institución, aclara el Informe.
En este tipo de casos el dinero sobre facturado se comparte con algún funcionario de la escuela o colegio o del Ministerio de Educación para asegurar su puesto o a cambio de un favor. Así se fomentan las redes clientelares. El otro brazo importante de corrupción, de acuerdo a la investigación, es la entrega de cheques a estudiantes de forma imprudente bajo el rubro de concesión de becas de estudio.
El Informe concluye que todo lo citado anteriormente fomenta la pobreza, el trabajo infantil, el déficit del sistema educativo y de salud, y merman el alcance de los derechos a los sectores de menores recursos. Además de alimentar la alta deserción escolar.
Asimismo se indica que sin una política educativa con mecanismos firmes de control y sanción sobre los esquemas de corrupción y de exclusión de las empresas partícipes de negocios criminales no se conseguirán los objetivos básicos del sistema escolar. Se insta a las máximas autoridades del MEC y del Poder Ejecutivo a situar a la corrupción como tema central de sus agendas, ya que a estas alturas impide al Estado garantizar una educación pública y gratuita para todos.
Enviado a la Agencia SC Noticias por:
Mónica Galilea
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