¿A DÓNDE VAMOS?
- Juan G. Granada
Abogado
Cuando se estableció el nuevo gobierno esperábamos que Lugo conduciría el país hacia los cambios prometidos. ¿Qué cambios? Hacia la honestidad y el progreso económico. Sin embargo pasaron los meses y nada han cambiado y seguimos en el atraso. ¿Qué ha pasado? Descubrimos que existen dificultades de diversos órdenes. En primer término la composición Ministerial del Gobierno no satisfacía a su principal aliado que eran los Liberales.
Después apareció un Ministro de Emergencias que produjo un debate innecesario con los asociados del Touring Club y eso solo para señalar que los amigos del deporte automovilístico no gozaban de la simpatía de un funcionario que tenia delirios anti capitalista.
El nuevo gobierno no pudo mantener el orden público en la capital ni en el campo. Los “sin techos” ocupaban la ciudad en interminables manifestaciones impidiendo la circulación dentro de la zona del centro, y en la zona rural los campesinos invadían propiedades de productores de granos y estancias, exigiendo reparto de tierras. Unos y otros perturbadores no eran sino miembros de brigadas políticas que como entrenamiento realizaban los actos que alteraban la paz publica. El gobierno identificado con estos facciosos permitió que la inestabilidad creciera.
Evidentemente el gobierno buscaba el crecimiento del movimiento de los campesinos que tenían sus cuadros organizados y su militancia dentro de una definida posición Marxista, exhibiendo boinas al estilo Che Guevara y difundiendo su fotografía en cuadros de escuelas para despertar las simpatías infantiles hacia los lideres del comunismo como si faltaran héroes de la guerra del Chaco o de la de 1865/70. Mientras, el gobierno no promovía ninguna iniciativa para aumentar la producción agrícola ni se daba pasos para atraer industrias al país o abrir nuevas rutas para la circulación de productos, aparecen los Sesameros reclamando mayor precio a sus granos por cotizarse muy por debajo de los precios del año anterior y ese reclamo acoge al Gobierno prometiendo distribuir $ 8.000.000 de Dólares entre los cultivadores de San Pedro. Esto levanto a la opinión pública contra el compromiso del gobierno y termina con un gran fiasco para el oficialismo. Sus consecuencias sin embargo llegan a la reorganización de los Ministerios que deja una seria lesión política a los Liberales porque se afirma el eje López Perito – José Pakova – Lugo
La discrepancia fundamental con el gobierno de Lugo surge porque los izquierdosos pretenden apoderarse del Gobierno sin tener la representación electoral para que se los admita legalmente.
Hay un doble juego político. Los Liberales Luguistas se identifican con Lugo pero Lugo le da Ministerios sin apoyarlos políticamente. Llano pasa al Parlamento para buscar apoyo a Lugo en abstracto porque Lugo en concreto no es ni quiere ser Liberal ni apoyar a los Liberales sino recibir su apoyo para que siga creciendo el sector Marxista. Los Liberales no luchan por un programa del partido sino por obtener cargos para sus correligionarios y esos cargos no tienen proyección política en el gobierno. El propio Mateo que dirige la Administración de Itaipu en el condominio con Brasil no hace sino buscar complacer las exigencias de José Pakova y Elvio Benítez que no son, ni quieren ser Liberales sino seguir engrandeciendo al Gobierno de Lugo que es lo mismo que decir el co-gobierno de López Perito con Lugo. Toleran a los Liberales hasta volcar el gobierno de la Democracia representativa a la Democracia popular. Ahí esta la cuestión difícil de superar. Lugo no es republicano y se identifica con los pobres, pero los pobres necesitan formas de vencer la miseria y no de líderes que persiguen otros fines políticos usando de propaganda sus necesidades.
Los pobres no piden pintores que reproduzcan sus miserias, sus enfermedades, sus hijos en las calles, ni sus mujeres pariendo en pajonales Requieren y reclaman modos de producción, semillas y azadas para abrir surcos y buscar los frutos de la tierra y no la limosna. La mendicidad la encaminamos nosotros si no les enseñamos a producir para comer.
Para superar la pobreza, ¿Qué modelo podemos seguir? El chino que inunda el mundo con su producción barata, mediante la coexistencia de la semi esclavitud con un capitalismo explosivo y deslumbrante de las Empresas occidentales trasplantadas al oriente continental, o bien el norcoreano, Venezolano o Boliviano. Ninguno de estos países resolvieron la pobreza de un gran sector de la población. Nuestro método de repartir tierras gratuitamente como el ensayo de San Pedro no da resultado positivo. Tenemos que cambiar el sistema si queremos progreso pero si solo deseamos la formación de un partido político podemos seguir con el empobrecimiento.
La empresa de gobernar un país no es para cualquiera. Un cantor como Bucaram puede ser popular pero no tiene idea de lo que debe hacer un gobernante. Albino Jara era bailarín y sufría de insatisfacción erótica y no tenia comedimiento para mandar. Nerón tenía accesos de locura y para observar el espectáculo incendio Roma. Nosotros caímos en manos de gobernantes ignorantes e incapaces pero nunca habíamos tenido un gobierno de tan escasas posibilidades como el actual. Recordamos la fabula de Esopo que las ranas habían perdido su Rey, croaban en el charco pidiendo a su Dios uno que ejerciera tal función, y, un pasajero al pasar lanzo descuidadamente un pedazo de madera a la laguna y ahí las ranas rodearon al taco para rendirle pleitesía y tratarlo como su Rey. Quizás estemos pasando por el mismo trance que las ranas y pedimos a los Dioses que un pasajero arroje un tronco de madera para cambiar nuestro gobernante y terminar con la fabula del proceso de cambio.
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Anónimo -
Por: Juan Paredes Castro
Hubo un presidente ecuatoriano, José María Velasco Ibarra, tantas veces derrocado como devuelto al poder en comicios democráticos, que solía decir: Dadme un balcón en cada pueblo y ganaré las elecciones.
En efecto, Velasco Ibarra tuvo la virtud de convertir cada balcón pueblerino y cada discurso suyo en las reservas unas veces dramáticas y otras pintorescas de un voto ciudadano que los militarismos de entonces acostumbraban suprimir, pero nunca secuestrar, porque no hubieran sabido qué hacer con él.
Hoy en cambio asistimos en América Latina a mecanismos cada vez más sofisticados de secuestro del voto democrático en función del sostenimiento de liderazgos y gobiernos reeleccionistas que han antepuesto el destino de sus revoluciones a los fines de bienestar democrático de los pueblos que los eligieron.
¿Acaso los electores que llevaron al poder a Hugo Chávez sabían que este disolvería una de las garantías de la democracia, la alternancia en el poder, para instaurar en Venezuela, otrora modelo de estabilidad democrática, su reelección continua y un aparato interno de propaganda que precisamente socavaría todo tipo de oposición y anularía toda nueva forma de vida institucional?
¿Acaso los electores bolivianos y ecuatorianos sabían en qué acabarían sus votos a la hora en que por primera vez delegaron el poder en Evo Morales y Rafael Correa, respectivamente?
¿Acaso estos no hacen ahora gala de mayorías construidas desde sus propios aparatos de propaganda gubernamental que a su vez convierten a las minorías en verdaderas caricaturas de oposición?
No importa si todos ellos, incluidos sus seguidores en Paraguay y Nicaragua, como el cura Lugo y el comandante Ortega, son de izquierda o centroizquierda. Podrían ser también de derecha o centroderecha. El escándalo que despiertan en un mundo civilizado que reclama más democracia, más libertades y más respeto a los derechos humanos, es que no haya ningún tipo de penalidad internacional contra las autocracias y dictaduras que hacen hilo y pabilo del voto ciudadano y terminan por dar como cierto su reino de impunidad.
Chávez, Morales y Correa no piensan, como Velasco Ibarra, en un balcón que les permita ganar unas elecciones, sino en las elecciones que puedan manejar para ganar el mayor tiempo posible de permanencia en el poder
Anónimo -
La edición 443-444 (abril-mayo 2009) de la revista América Latina en Movimiento, que la Agencia Latinoamericana de Información pone a consideración de sus lectores, reúne un variado cuerpo de artículos sobre Paraguay, en un momento particularmente álgido de su historia política.
Para nosotros, quienes tuvimos el compromiso de exponer nuestros puntos de vista sobre distintos aspectos de la realidad paraguaya, resultó una enorme satisfacción elaborar estos trabajos, así como un gran desafío, pues nos hallamos en medio de una compleja y novedosa dinámica tras la victoria de Fernando Lugo en las elecciones presidenciales el año pasado, tras 61 años de gobiernos de un mismo partido, con un avance de las fuerzas populares y la reacción de la maquinaria conservadora.
La totalidad de personas cuyas reflexiones están puestas aquí, se encuentra trabajando, de una u otra manera, en algún espacio de militancia, disputando con los sectores conservadores y aportando a la realización del cambio que requiere la sociedad paraguaya: medios de comunicación, cooperativas, organizaciones campesinas, sindicales, feministas, barriales, académicas, centros de investigación, Derechos Humanos, partidos políticos, alianzas, frentes, redes de trabajo, etc. En otras palabras, estos textos y los temas abordados tienen en común que se desprenden directamente del terreno de la lucha cotidiana contra las condiciones de injusticias del país, ahí donde se encuentran el sentir y el pensar, la práctica y la teoría, lo personal y lo colectivo.
Al mismo tiempo, existe un amplio espectro de visiones colocadas en los textos, muchas veces discordantes, que permitirá a los lectores tener varias ópticas del proceso paraguayo, pues surgen desde una amplia diversidad de sujetos colectivos que intervienen en el mismo, sin dejar de lado el sustento de las reflexiones en datos objetivos.
Estamos conscientes que el Paraguay estuvo por décadas considerado un punto casi secreto del mapa latinoamericano. Sabemos también que esto no fue por una fatalidad del destino sino por las mallas de la dominación que estuvieron fuertemente sostenidas en los últimos 60 años, situación que necesitaba del silencio como cómplice del orden injusto.
Sin embargo, la lucha por una vida digna, las múltiples resistencias que perduraron, se debilitaron o se reforzaron a lo largo de los años, no cesaron a pesar de toda la violencia impune volcada contra ellas. Por tanto, también sabemos que el hecho de que una prestigiosa revista como ALAI nos dé este espacio hoy así como otros medios, organizaciones y gobiernos que hoy vuelcan la mirada sobre nuestro país-, además de la posibilidad de que nos lean personas que se encuentran en todos los puntos cardinales de América Latina, tampoco constituyen una coincidencia: estamos seguros que también son el resultado histórico del avance del pueblo paraguayo en romper esas relaciones de dominación a nivel nacional, y su proceso de integración a las múltiples luchas por la construcción de la América Latina unida, independiente y soberana, por la que lucharon y soñaron Gaspar Rodríguez de Francia, Bolívar, Artigas, Martí, Sucre, Tupac Amaru, Tupac Katari, San Martín, Che Guevara y tantos otros y otras, que hoy siguen inspirando las causas populares del continente.
Equipo de redacción de Paraguay
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