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PARAGUAY: POSIBLE UNA CRISIS DE GOBIERNO

Menos de un año después del inicio del mandato del gobierno del presidente Fernando Lugo, que asumió el poder el 15 de agosto de 2008, se encuentra frente a una grave inestabilidad que podría desembocar en una crisis institucional. Diversas son las razones de tal fragilidad y van desde la lucha de poder interna en la misma coalición de gobierno, la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), debido a las reivindicaciones del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), hasta la falta de realización de reformas importantes (ante todo la reforma agraria, fuertemente contrastada por los latifundistas) que fueron el centro de la campaña electoral de Lugo, constituyendo la base del apoyo obtenido por el candidato progresista. Sin embargo, el acuerdo sobre la central hidroeléctrica binacional de Itaipú, estipulado con el presidente brasileño Lula el pasado mes de julio, representa para el gobierno en el poder y para todo el país, una meta que permitiría a Paraguay iniciar la recuperación económica.

Simona Lo Conte

Equilibri.net (03 noviembre 2009)

 

 

Las causas de la crisis de gobierno

 

Las disputas dentro del APC son la primera causa de la inestabilidad del gobierno en el poder. De hecho, si por una parte, una coalición de tan amplio espectro ha permitido a Lugo derrotar al Partido Colorado (que había dominado la escena política desde hacía más de 60 años) y alcanzar el poder; por otra, se funda en una difícil alianza entre partidos de izquierda y organizaciones campesinas (entre los que se encuentra el movimiento Tekojojo, del que Lugo es fundador) con el PLRA, que constituye la principal fuerza en el interior de la coalición y el segundo partido político del país. Los desencuentros con Partido Liberal tuvieron origen al inicio del mandato de Lugo. El vicepresidente Federico Franco, representante del PLRA, ha manifestado las reivindicaciones de su partido, pidiendo una representación en el interno del ejecutivo que refleje su peso político (il PLRA ha aportado el 80% de los votos a la coalición). De hecho, los dos políticos, cuya alianza se formó en 2007 principalmente por la voluntad de derrotar al Partido Colorado, son muy diferentes: mientras que Lugo está ligado a sectores de izquierda, Franco se encuentra más cercano a posiciones neo-liberales y desde hace meses está criticando la actuación del presidente, pidiéndole que destituya a algunos de sus hombres de confianza, en primer lugar el jefe del gabinete Miguel López Perito, que según el vicepresidente habría acumulado un poder excesivo. Sin embargo, López Perito ha desarrollado un papel principal en las negociaciones con el latifundista Ulises Teixeira Rodrigues para la compra de algunas tierras por parte del Estado, algo fuertemente criticado ya que se prevé el pago de un precio tres veces superior al pagado por el propietario del terreno brasileño sólo dos años antes. El mismo Lugo ha reconocido haber cometido un error al firmar el contrato de compra con Teixeira Rodrigues.

 

Frente a Franco (que no es el único en el interior del PLRA que pide que se retire a López Perito) existen duras críticas promovidas por los partidos de la oposición, con el Partido Colorado en primera linea. Las acusaciones, además de por los escándalos relativos a la vida privada del presidente ex-obispo, están relacionadas con la presunta falta de intervención del gobierno en el reciente caso del secuestro del “ganadero” Fidel Zavala por parte del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo). Las últimas declaraciones de Fernando Lugo, que ha acusado a los “ricos” del país de ser la causa de la parálisis nacional, han contribuido a deteriorar las relaciones con la oposición, cuyos representantes (sobre todo del Partido Colorado y del Partido Patria Querida) han pedido que se someta al presidente a un juicio político, con su destitución como último objetivo.

La falta de una reforma agraria

 

La ausencia de una organización política propia, unida a las disputas internas del APC, son la base de las reformas importantes que faltan en el país, en primer lugar la reforma agraria, que había constituído uno de los puntos centrales de la campaña electoral de Lugo y la razón esencial por la que los movimientos sociales le dieron su apoyo. Frente al retraso en las actuaciones de los mismos cambios, los campesinos han manifestado su desilusión y han aumentado sus presiones al gobierno. Éstos piden una intervención más fuerte por parte del gobierno, que permita sanear la difícil situación económica del país, actuando en el ámbito de la lucha contra el hambre y contra la corrupción, además de favorecer la redistribución de las tierras. En realidad, la reforma agraria constituye un reto muy difícil para Lugo. El proyecto inicial preveía, ante todo, el desarrollo de un registro nacional que realizara un censo, durante dos años, con la intención de revelar y verificar la validez de los títulos de propiedad de las tierras. Seguidamente, el gobierno expropiaría las tierras con títulos dudosos. Aunque la intención de Lugo fuera llevar a cabo esta reforma, por él mismo definida como transversal, de modo no traumático para los propietarios de las tierras, el camino del consenso se ha mostrado largo desde el inicio. El presidente ha tenido que enfrentarse a la oposición del Partido Colorado para la aprobación de las expropiaciones, partido con fuerte presencia en el Congreso, mientras que el APC no cuenta con la mayoría de escaños en ninguna de las dos cámaras legislativas. Además, Lugo tiene que ajustar cuentas con los potentes grupos de presión nacionales formados por los propietarios de las tierras, algunos de los cuales pertenecen al PLRA y por lo tanto miembros de la misma coalición de gobierno. Paraguay, como ha denunciado la FNC (Federación Nacional de Campesinos), también cuenta con más de medio millón de latifundistas brasileños, los llamados “brasiguayos”, y argentinos que, con el apoyo de sus respectivos gobiernos, controlan enormes extensiones de tierra, a menudo ocupadas con el monocultivo de soja, uno de los principales productos exportados por el país. Ésto, unido a que Brasil y Argentina son los principales socios comerciales de Paraguay, explica lo difícil que es llevar a cabo una reforma agraria que no comprometa las relaciones del país con los países vecinos. Para terminar, también hay que tener en cuenta que el programa de compra de las tierras por parte de los grandes latifundistas para llevar a cabo una redistribución entre la población local necesitada de fondos, ya que Paraguay es uno de los países más pobres de América Latina, aún no está disponible. En este sentido, la firma del acuerdo sobre la central hidroeléctrica de Itaipú podría significar un importante paso adelante.

Los acuerdos con Brasil y Venezuela

 

Fue en los últimos días cuando se produjo la aprobación por parte del Senado paraguayo del acuerdo relacionado con la central hidroeléctrica de Itaipú, firmado por Lugo con el presidente brasileño Lula el pasado 25 de julio en Asunción. Ahora el documento sólo necesita la aprobación del Congreso brasileño para entrar en vigor. Se trata de un acuerdo histórico que anota un punto a favor del gobierno de Lugo, dadas las importantes consecuencias que tendrá en el país. De hecho, provocará modificaciones de un tratado estipulado en 1973 por las dictaduras militares que gobernaban tanto Brasil como Paraguay. El viejo acuerdo regulaba el funcionamiento de la central hidroeléctrica más grande del mundo, estableciendo para cada uno de los países el derecho al 50% de la electricidad producida, pudiendo vender la que no se utilice al otro. De hecho, el tratado penalizaba a Paraguay ya que, satisfaciendo sus necesidades nacionales con menos del 5% de la energía producida, estaba obligado a vender la parte restante a la empresa brasileña Electrobras a precio de coste. Gracias al nuevo acuerdo, fruto de 10 meses de difíciles negociaciones, Paraguay verá triplicadas sus compensaciones (de 120 millones de dólares a unos 360). Además, está prevista la construcción de una línea de transmisión que, con una capacidad de 500.000 kilovatios, abastecerá directamente de energía eléctrica desde Itaipú a Asunción, reduciendo los costes. Además, al final Lula ha aceptado la posibilidad de que Paraguay venda el excedente de energía a terceros países.

 

También es de crucial importancia la renovación del acuerdo firmado con el presidente venezolano Hugo Chávez, que ha establecido un lazo bastante estrecho con Lugo, a pesar de que este último haya declarado que quiere alejarse de las posiciones “radicales”. El documento prevé precios pactados para el abastecimiento de petróleo a Paraguay (el cual no produce) por parte de la empresa venezolana PDVSA para finales de 2009 y todo el 2010, de modo que cubra todas las necesidades energéticas del país. Además se prevé la reducción de 37 a 34 millones de dólares de las deudas que Petropar tiene en los límites de PDVSA. El acuerdo constituye una importante oportunidad para aumentar la cooperación y el desarrollo en el interior de la zona.

Conclusiones

 

El gobierno del presidente Lugo se encuentra frente a un periodo de debilidad y los contrastes con el vicepresidente Franco constituyen el primer factor de crisis. Si Lugo no encuentra apoyos, aunque sean mínimos, en el interior de su coalición de gobierno, por ejemplo asumiendo posiciones menos críticas hacia la rama de derecha del APC, será imposible que pueda poner en marcha cualquier proyecto de reforma, y cuanto menos la agraria. De hecho, esta última afectando a los intereses de los potentes grupos tanto en el interno como fuera del país, necesita de un fuerte compromiso por parte del gobierno, además de grandes cantidades de fondos. Sin embargo, desde este punto de vista, la revisión del acuerdo estipulado con Brasil, aumentando las compensaciones de Paraguay, podría consentir que el país comenzara una recuperación económica y se aprovechara del aumento de los precios de venta de la energía para poder llevar adelante el programa de compra de tierras.

2 comentarios

Anónimo -

MAQUINIZACIÓN DEL YGUAZÚ ES UN PROYECTO INNECESARIO


¿Qué necesita el país hoy en su sector eléctrico? La abrumadora mayoría de los indicadores, especialmente el deterioro progresivo del servicio que presta la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) a sus clientes; así como la opinión de técnicos independientes de su actual administración confluyen en una respuesta: líneas de transmisión, ampliación y mejoramiento sustancial del actual sistema de distribución.



Advirtamos que la línea de 500 KV, entre Itaipú y Villa Ayes, que será financiada con recursos de la entidad binacional, hasta ahora, tres meses después, no pudo trasponer aún las fronteras bien intencionadas de la Declaración Presidencial del 25 de julio del presente año. No obstante, la empresa eléctrica estatal, con una tozudez (¿o miopía?) digna de la mejor causa puso en marcha en la segunda quincena de octubre su convocatoria a empresas nacionales para que acudan a la fase de precalificación de la licitación del Lote 2 “Obras Civiles y Obras Hidromecánicas del emprendimiento en cuestión.



El proyecto de conversión de la presa Yguazú en una central hidroeléctrica se justificaba hace diez años, hoy es innecesario para el país apuntan con énfasis técnicos que estudian el caso.



Si de lo general -el sistema eléctrico nacional necesita sistemas de transmisión o, en el mejor de los casos, obras indispensables para distribuir la energía desde Itaipú que se transportará con la línea de 500 KV de referencia, y no de generación - descendemos a las especificidades de lo particular, s demostraremos con suficiencia la futilidad del proyecto de maquinización de la presa del Yguazú.



Vayamos a los primeros botones del muestrario: la inversión por unidad de producción, es muy elevada: US$ 1300/kW si se la coteja con obras parecidas. Destaquemos, según los registros oficiales, que esa unidad, diez años atrás, rebasaba apenas los US$ 500/KW. ¿Cómo se explica este acrobático salto del 145% en la suma que debe invertirse por cada unidad de producción? Su dilucidación plena, en aras de esa transparencia que tanto necesita el país, debe ser otra condición previa indispensable a cualquier decisión.



La segunda especificidad que deberá tenerse en cuenta en cualquier controversia es el costo de producción de la nueva hidroeléctrica, comparado con el de otras centrales. Los técnicos consultados anticipan que su costo oscilará entre US$ 53 y US$ 57 por MWh, sin tener en cuenta el costo del uso del agua, hecho que será legislado en un futuro no muy lejano, según apuntan.



La comparación, desde la perspectiva didáctica, tiene un valor inestimable. En efecto, si el futuro costo de producción del Yguazú ronda los US$ 55/MWh, veamos, por ejemplo, cuál será el costo de producción de Itaipú luego de que cancele su deuda, hecho que, según la historia oficial, se producirá en le 2023.



Los técnicos estiman que a partir de ese ejercicio, y con las nuevas condiciones, el costo de esa unidad rondará los US$ 3, incluso si se incorporan los valores de los beneficios (compensación, royalties, etc.) no superaría la barrera de los US$ 9/MWh, US$ 8,5/MWh, aproximadamente. Luego el precio tampoco favorece al proyecto que la ANDE empuja contra viento y marea.



Replicaran algunos que el parque productor de la entidad paraguayo / brasileña pisa los umbrales de la obsolescencia, razón por la cual habrá de invertir en su actualización tecnológica, luego necesitará contraer nuevos compromisos. Sin embargo, opinan nuestras fuentes, hay fórmulas para evitar nuevos endeudamientos, especialmente por ese motivo: la inmediata integración de un fondo con ese propósito. Añaden que para que no varíe la tarifa de potencia, que sea descargada solamente sobre la tarifa de la energía secundaria de Itaipú, un verdadero regalo desde 1992 hasta la fecha.



Volvamos a lo general con una metáfora, si alguien sufre de cáncer, lo lógico es que la financiación que consiga invierta en la terapia que apunte a combatir ese mal y no la derroche en tratamientos secundarios o accesorios, porque está en juego no solo el dinero que le prestaron, sino su propia vida. El sistema eléctrico nacional sufre hoy de sus órganos de transmisión y distribución, luego los recursos que se obtengan deben destinarse a curar esos órganos y no otros.

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(Servicio informativo de Mundo de la Electricidad, revista especializada más leída y más útil del Paraguay)



PARAGUAY EN LA CUERDA FLOJA -



Guillermo F. Parodi

Rebelión

Ha habido muchas informaciones relativas al juicio político a Lugo, e incluso del golpe de Estado planeado contra el presidente. Todo es cierto. Ha habido una intención de juicio político y ha habido una intención de golpe de Estado [1].



La primera es sencilla de demostrar porque salió en todos los diarios “desinformadores” del Paraguay. La segunda es más delicada, sólo Última Hora un diario con profesionales serios, dio la clave. Lugo se enteró de que ciertos políticos estaban en conversaciones con los jefes militares –esa fue la noticia clave de Última Hora-, y descabezó a las tres fuerzas [2].



Hay que analizar con minuciosidad la realidad paraguaya para poder hacer un diagnóstico apropiado.



Tanto los servicios venezolanos como los paraguayos detectaron los signos de la intención de sacar a Lugo del escenario latinoamericano. El resto no son más que detalles. Juicio político o golpe tenían la misma intención.



Hoy Nuestra América está siendo atacada tal como lo fueron los países árabes con la inserción de un enclave perverso y poderoso. Lo que en Medio Oriente es Israel, en Suramérica pretende ser Colombia. Los gobiernos árabes títeres tienen sus equivalentes en México, Perú, Panamá y hasta un tiempo más Honduras. Paraguay debía ser otra Honduras.

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Pero en Paraguay la estrategia falló, no fue ni una nueva Honduras ni mucho menos una nueva Colombia. Paraguay sigue indemne.



No es que debamos cantar loas a Lugo, pues debemos ser honestos: Lugo nos defraudó. Lugo tiene aún todas las características de un obispo como el que fue. Lugo aplica el Sermón de la Montaña: no resistáis al que es malo (…), piensa que hay que perdonar al que es malo, que hay que poner la otra mejilla, mientras el país se viene abajo, en vez de meter al malo en la cárcel. Saramago se atrevió a juzgar más contundentemente, a ser más exigente en su última novela Caín.



Que los corruptos de su gobierno y de los anteriores devuelvan lo robado. Eso ante las cámaras de televisión. Y que pasen un día en una jaula en el zoológico, para que los ciudadanos de bien puedan arrojarles huevos y una que otra piedra de vez en cuando. Solo así obtendrá un apoyo popular enorme como el que obtuvo para su elección, pues en ese momento, ahora ya no, representaba el imaginario social (en el sentido de Cornelius Castoriadis) que todos los paraguayos habían desarrollado en sus mentes.



En resumen, la intención de golpe, militar o civil, con certeza existió y aún permanece en las mentes de muchos políticos y empresarios de derecha y de los partidos políticos tradicionales, aunque Lugo logró capear la agresión. Pero para resistir en el tiempo, Lugo debe ser firme. Lugo debe dejar de lado su imagen de obispo, y ser por primera vez, y hasta el fin de su mandato, el presidente de todos los paraguayos y regirse por la ley, tal como prometió el día de su elección.



Notas:



[1] Matilde Sosa. ¿Golpe de Estado en Paraguay? http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=9180&lg=es



[2] Lugo barre cúpula militar tras hablar de bolsones golpistas. http://www.ultimahora.com/notas/270846-Lugo-barre-cúpula-militar-tras-hablar-de-bolsones-golpistas

* Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es ), la red de traductores por la diversidad lingüística. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la revisora y la fuente.