EL CONTRABANDO NO PUEDE SER ALTERNATIVA LABORAL
- Carlos Rodríguez
Los pequeños contrabandistas consideran que su esfuerzo apunta a un mañana mejor para sus hijos. No observan la ilegalidad de su tarea del mismo modo que no se preguntan si su hambre es legal o ilegal. Cargan su hombro hasta donde les da el cuero y no les pidamos una visión macro, más allá de sus propias necesidades y las de su familia. La visión país la deben tener las autoridades y actuar en consecuencia. En un trabajo práctico de tomas de acción, en un curso sobre cine posible, los integrantes del grupo no nos pusimos de acuerdo sobre la actividad entre Clorinda (Argentina) y Puerto Elsa (Paraguay) y resolvimos entonces titular el video: "Llamale X".
Arrecian las críticas al gobierno por el incremento del contrabando de productos principalmente de países limítrofes. Un fenómeno de esta naturaleza no encaja con la onda del gobierno de Fernando Lugo desde la perspectiva de lucha contra la corrupción pero podría inscribirse en la “onda conmiserativa” de no presionar al contrabando hormiga perpetrado por un batallón de desempleados y pobres que se dedican a generarse el sustento, anulando el de los trabajadores de las industrias.
Demasiadas voces se están levantando desde sectores productivos contra la competencia desleal de productos que ingresan al margen de normas aduaneras y tributarias y no es ese el panorama que nos figurábamos cuando pensábamos en el cambio.
Es evidente que se manifiesta un relajamiento de los controles y una tolerancia a la ilegalidad, probablemente porque se piensa que “resuelve” un problema social caracterizado por el desempleo.
Esto es una falacia y nos ubicamos ante un caso que debe remediarse por el lado de la legalidad salvo que se copie el esquema corrupto de los tiempos de Stroessner cuando se consideraba que el contrabando “es el precio de la paz social”.
En aquellos tiempos, pocos se animaban a discutirle el concepto y calladamente y con resignación la gente sin oportunidades laborales emigraba a los países vecinos en busca de mejores horizontes.
Sin válvulas de escape
Esa respuesta de derrota cívica se manifestaba hasta hace poco con torrentes de emigración a España y otros países pero el plan se agotó y no tiene futuro.
Sería un error grave tolerar el contrabando –sea hormiga o elefante- bajo el criterio de que genera empleo.
Es una aberración pensar de ese modo y ya se generaron actitudes aberrantes cuando contrabandistas de Ciudad del Este protestaron un día reclamando su “derecho a trabajar”.
El contrabando es un delito y no un trabajo reconocido por las leyes. Si lo fuera, ya veríamos a los profesionales haciendo figurar en sus documentos de identidad la profesión de “contrabandista”. No puede ser así.
El contrabando destruye puestos de trabajo. No los genera. No es saludable ni patriótico destruir a quienes se aventuran a invertir para generar nuevas oportunidades a compatriotas que se suman a la fuerza laboral y proyectar el mejoramiento de la competitividad a nivel país.
Es impostergable que las quejas por el aumento del contrabando cesen como consecuencia de que han mejorado los controles y por ende, las recaudaciones tributarias.
No deben existir dudas a este respecto ni tibiezas.
Definitivamente, con contrabando no hay desarrollo.
1 comentario
Anónimo -
Andrés Granje.
La información proviene de Ciudad del Este e indica que Las empresas, Factory Group SAIC de Ciudad del Este y la Imation Corp (dueños de la marca TDK) de EEUU se unirán para fabricar discos ópticos (DVDs) en Paraguay, para el mercado interno y para exportación. El convenio permitirá a la firma Factory Group SAIC fabricar los discos ópticos de la marca TDK, para su exportación en los mercados como Brasil, Argentina y otros países de Sudamérica. El producto también se comercializará internamente, principalmente en los distribuidores y tiendas autorizadas del microcentro de CDE, donde existe una demanda constante de estos productos, hasta aquí la información aparecida en la prensa.
Decimos que esta es la mejor forma de salir de la ilegalidad, lo que hace ahora la gente de la marca TDK, en Ciudad del Este, es lo mismo que hicieron con anterioridad en el continente asiático otras multinacionales que al ver la calidad de los productos fabricados en países como Tailandia, optaron por darles licencia de fabricación ante la imposibilidad de seguir aplicando sanciones y gastando sumas siderales de dinero para perseguir la piratería, estas naciones hoy son potencia en la producción masiva de artículos que se comercian en todo el mundo al punto que hasta nuestro país llegan productos de esta parte del mundo que la industria nacional no puede competir, por la calidad y los bajos precios.
El aspecto que se debe cuidar y que a estar por las informaciones estas naciones no contemplan, guarda relación con el aspecto del cumplimiento de las leyes laborales, que son muy flexibles y en otras directamente no rigen por un carácter de territorialidad, tienen factorías flotantes en medio del mar produciendo de manera ininterrumpida con un grupo determinado de trabajadores que prácticamente están cautivos en estas fabricas flotantes, es lo mas parecido a la esclavitud moderna o regímenes laborales oprobiosos como han sido el trabajo de los mensues, en los yerbales a comienzo del siglo pasado en el país. En una zona muy permeable a la ilegalidad como la del Alto Paraná se debe cuidar este aspecto esencial de la paz social.
Exceptuando esta situación creemos que alianzas de negocios como la mencionada y que se concretó en Ciudad del Este, es lo que valorizará la producción local, demostrando que podemos producir artículos con calidad internacional, capaces de competir en el mercado regional. El estado debe promover estas cooperaciones, brindando facilidades para la instalación de estas industrias que darán prestigio al país y calificaran a la mano de obra nacional, respetando obviamente las normas vigentes en el país en cuanto a derechos laborales y ambientales principalmente. Creemos que es también el camino de terminar con la piratería desde el momento que puede comprarse en el país al mismo precio productos legítimos de calidad en vez de los falsificados o trucho del mercado clandestino.