CASCABEL AL GATO
La Cámara de Senadores se ratificó y volvió a sancionar Con 34 votos a favor, para que los sojeros y demás empresarios del rubro de los granos paguen al fisco el 10% de los ingresos que obtengan con las ventas al exterior. El proyecto generó un extenso debate entre los legisladores que acudieron a la sesión ordinaria. Este proyecto hace nueve años tiene su trámite en el parlamento y siempre los agro productores encontraron la forma de trancar el proyecto hasta que alguien le puso “cascabel al gato”, ese alguien no es otro que el electo presidente Horacio Cartes, quien pidió a los senadores Colorados que voten para gravar a los productos en granos que salen del país, como la soja, el maíz, el trigo y los girasoles.
Esta decisión es muy aplaudida por el pueblo en general ya que era un antiguo anhelo que los grandes productores motorizados paguen más impuestos porque son privilegiados de un sistema tributario que prácticamente los excluye de la carga, en tanto sectores menos favorecidos de la economía son aportantes.
Los agros exportadores reaccionaron de forma violenta en contra de esta decisión e inclusive trataron de traidor al electo presidente, pero deben reconocer que no puede seguir la actual situación, producir grandes cantidades de granos pagando poco y destruyendo todo, rutas, campos y eco sistema, mientras el resto de la población apechuga y lleva el peso tributario.
No podía seguir esta asimetría pregonada por todos los grandes economistas y políticos que nos visitaban y que eran cuidadosamente ocultada o minimizada en la prensa, a pesar que en algunos casos son ellos mismos quienes traen a estos especialistas para las conferencias, como en el caso de Jeffry Schaff, quien al partir dejó la receta, ningún país puede progresar pagando tan poco impuesto, como acontece con los grandes productores locales, consolidando la fortuna de pequeños grupos económicos en detrimento de la inmensa mayoría.
Por otra parte dicen los afectados que esto es un gravamen al trabajo, un impuesto injusto al Paraguay productivo, señalando que con el impuesto del 10 % a la exportación de soja ya el producto no será competitivo con similares de la región lo que parece un argumento sólido pero hace agua por donde se lo busque, primero porque en la Argentina y en otros países de la región estos productos pagan impuestos similares y hasta más elevado y sus productores gozan de buena salud económica.
Otro de los argumentos cuando se habla de cobrar más impuestos es para que generar nuevos fondos para el estado, que solamente servirá para engrosar la corrupción oficial, lo que nos parece muy liviano para un análisis serio del tema, ya que si bien es cierto existe mucha corrupción oficial, la solución no es dejar de generar impuestos sino encontrar la forma de morigerar o terminar con la corrupción.
Andrés Granje.
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