CONTRABANDO INTERIOR
La información publicada en la víspera señala que más de 18 mil kilos de harina de contrabando y mil litros de aceite de contrabando fueron encontrados en un depósito de la ciudad de Paraguarí, es decir ya no es solamente hasta Asunción y la gran Asunción donde llega el contrabando o solamente en las zonas fronterizas, ahora todo el interior está lleno de productos de contrabando en capítulos tan sensibles como el azúcar, la harina y el aceite, frutas y verduras, ingresan por esta vía dejando sin posibilidades de competir y vender sus productos a los fabricantes nacionales. Este hallazgo no es el primero que se realiza y como se desarrollan los acontecimientos no creemos que sea la última.
En efecto, la ineficacia de los organismos encargados de controlar el contrabando es lamentable, las excusas que se dan son pueriles y una falta de respeto hacia la inteligencia de la gente. Nos trata a todos como estúpidos, igual que los transportistas que dijeron que los propios pasajeros no querían unidades del transporte público con aire acondicionado. La verdad es que no quieren parar el contrabando, es un negocio que genera beneficios a muchísimas personas vinculadas al negocio, de lo que no son extraños los que integran los organismos encargados de controlar que las mercaderías no pasen las fronteras, sin embargo el control es prácticamente inexistente no solamente en la extendida frontera sino en las rutas que conducen hasta las ciudades.
Por culpa del contrabando existen muchas fuentes de producción que hoy cerraron sus establecimientos y es muy probable que si esto continúa cada vez un mayor número de empresas corran la misma suerte. Lo malo es que desde el nivel oficial no se hace nada y todo sigue igual. Muchos dicen que con el Mercosur, las mercaderías debieran transitar libremente por las fronteras y que el único impedimento debiera ser la calidad y el precio para comercializar en otro país. Sin embargo los industriales paraguayos saben cómo argentinos y brasileños traban el paso normal de productos paraguayos para estos países, los obstáculos inverosímiles que inventan para no permitir productos similares a los que ellos producen preservando la mano de obra nacional.
Acá de forma grosera abrimos nuestras puertas permitiendo que hasta en los colectivos y en la vía pública se vendan productos de primera necesidad en condiciones higiénicas deplorables sin que autoridades sanitarias o aduaneras intervenga acompañados de fiscales y policiales para evitar este comercio irregular. Estos productos aparte de la peligrosa manipulación no paga ningún tipo de impuestos, lo que es mas grave aun. Las autoridades nacionales deben poner coto a esta situación y pasar de la simple preocupación a la acción, pero esta acción debe darse en varios frentes, de control, pero también de incentivos fiscales, para que la industria nacional pueda fabricar productos con calidad y a precios baratos que es la mejor forma de derrotar al contrabando.
por Andrés Granje
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