GUARDIAS VIOLENTOS
Finalmente la empresa de Celular cuyo guardia castigo a un cliente la saco barata. Roberto Weiss es el cliente de la telefonía Tigo que recibió maltratos en una de sus sucursales del microcentro de Asunción. Esta persona señaló que no piensa demandar a la empresa y que acepta las disculpas ofrecidas por la compañía. El incidente generado por el guardia y el cliente agredido motivó todo tipo de comentarios ninguno de ellos favorable obviamente para la empresa, es otro episodio que se tornó viral rápidamente y motivo de todo tipo de reacciones algunas muy agresivas, pero también muchas muy buenas y reflexivas lo que alienta a pensar que de a poco se está formando una opinión pública en el país.
Situaciones enojosas como lo acontecido con el guardia y el Señor Weiss, suceden lamentablemente a menudo en nuestro país, afortunadamente en este caso la irregularidad quedó documentada por medio de la grabación del incidente aparte de la rotura del vidrio del local lo que hizo más evidente el altercado. Esto nos lleva a señalar cuantas injusticia debe pasar el ciudadano común por culpa de los maltratos que a diario es víctima como consecuencia de la falta de preparación de los funcionarios y empleados de instituciones públicas y privadas que están en contacto con la gente y que ponen, inclusive en peligro la vida de los seres humanos.
No debemos soslayar que por lo general estos guardias privados portan armas, algunas inclusive de grueso calibre y por la poca formación que tienen es un peligro porque en cualquier momento pueden poner en peligro la vida de la gente. Notaran que la mayoría de los casos los guardias tienen escasísima preparación, no se los estrena para el trabajo que van a realizar, no tienen destrezas en el manejo de armas y menos algún rudimentario curso de relaciones públicas o humanas para tratar con las personas. Lo único que saben hacer es cumplir órdenes sin ningún discernimiento como si fueron autómatas, cuando lo que se espera es que tengan cierto criterio e iniciativa propia.
Los agentes de policías reciben instrucciones tanto en el manejo de armas como el manejo de situaciones, en cambio a los guardias se los ponen lujosos uniformes, se les dan armas, a veces chalecos protectores y ya están listos para trabajar con todo el peligro que eso acarrea. Creemos que desde el gobierno se debe tener un control más acabado sobre estas empresas, quiénes son realmente los custodios, que estudio y preparación tienen. Además empresas de vanguardia como la telefónica afectada esta vez, deben tener mucho celo al elegir a las empresas que van a tener a su cargo la seguridad de bienes materiales y vidas humanas que trabajan o ingresan en sus locales de atención al público. Es lo menos que pueden hacer en favor de sus clientes.
por Andrés Granje
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