INSPECCIÓN VEHICULAR
En las décadas de gobierno omnímodo de la dictadura Stronista, existía un control automotor para el viaje a Caacupé para las festividades del 7 y 8 de diciembre, así era posible ver el desfile de los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre, de larga cola de vehículos frente al Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones en San Lorenzo, en el cuartel de la Policía Caminera realizando la inspección o mas bien para obtener la papeleta que se pegaba en el parabrisas para facilitar el control en ruta, esa papeleta tenía vigencia hasta 8 días después, obviamente, por ese control se pagaba una suma de dinero y era el gran rebusque de la Policía Caminera y como el aguinaldo de los muchachos por fin de año.
Aquel control era inicuo pues los 54 kilómetros que separan Caacupé a Asunción es impensado que pueda un vehículo tener una revisión técnica vehicular antes del viaje. Ahora desde algunos años volvió la exigencia de la Inspección Técnica Vehicular a nivel nacional, pero ya con razones mas fundadas ante la multiplicación alarmante de los accidentes de tránsito por causas de desperfectos mecánicos, aparte el deficiente servicio del transporte publico y los sinnúmeros de problemas mecánicos que tienen los ómnibus, hacen mas que necesario ese control anual.
Así surgió la Ley que considera la Obligatoriedad de la Inspección Técnica Vehicular para todos los rodados que circulan por la republica, que ahora es derogada con justicia por el Senado y que se piensa será ratificado por la Cámara baja. Esta derogación es atendible por las desprolijidades que desde el mismo momento de su instauración se tuvo que soportar, desde la imposibilidad de aplicación de la inspección por la empresa que ganó la licitación IVESUR, principalmente en el interior del país, donde los contribuyentes debían recorrer un largo camino para realizar esa inspección.
Aparte la empresa adjudicada IVESUR, estipulo un precio muy elevado para la revisión vehicular, especialmente en Asunción, donde muchísimos contribuyentes no pueden pagar, por lo que deciden tributar en otras comunas viviendo en Asunción, lo que constituye una sangría económica muy sentida por el municipio capitalino que tiene que poner toda la estructura para mas de 1 millón de automovilistas que ingresan diariamente a la urbe de las ciudades vecinas, pero que no tributan en la capital, ahora hasta los mismos asuncenos pagan chapas y licencias de rodados en municipios vecinos.
Esto debido que los administradores Municipales asuncenos pasados, firmaron un convenio leonino con IVESUR que obliga a la comuna hasta el 2017 a usufructuar los controles obligatorios de IVESUR, cuando lo ideal hubiera sido que contará con sus propios talleres y con obreros municipales para abaratar costos, lo que no sucede en la actualidad. Que quede claro, nadie está en contra de la inspección técnica vehicular, lo que se cuestione es el elevado costo de la misma y las desprolijidades constatada para la instalación de los talleres de IVESUR, que será una empresa capacitada para el trabajo pero que tiene imposibilidad para cubrir todo el territorio nacional.
Andrés Granje
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