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HA… CHE RETà PARAGUAY ✓

ALGO CAMBÍO

Los parlamentarios, principalmente los 23 que permitieron el blindaje a Víctor Bogado en la Cámara de Senadores,  prueban el duro sabor de la indignación popular, del escrache, del repudio de la gente, que le impide inclusive a que vayan  a casas velatorios a  despedir a amigos fallecidos y sus deudos, a divertirse o compartir con conocidos  en locales nocturnos, y está bien   que sientan en carne propia como sus decisiones molestan a la ciudadanía a los que dicen representar y como está ciudadanía de la que tanto se mofaron de repente se yergue con una hidalguía que siempre debió exhibir a exigir respeto y por sobre todo señalando el alto grado de hastío que siente ante tantas barrabasadas cometidas en su nombre desde las esferas del poder.

Está bien que no se les permitan a los parlamentarios el ingreso y la permanencia en comercios  locales  amparados en el derecho de admisión que tienen los mismos, pero por sobre todo porque los parroquianos presentes en el lugar asqueados ante la presencia de indeseados, protestan y se indignan pidiendo a los responsables de estos   locales que obliguen a los parlamentarios a abandonar estos sitios. Así con el escrache de la gente de sentirse indeseables seguramente cambiaran  esas actitudes miserables de grupos mafiosos que les hacen obrar solamente en beneficio del grupo de poder que integran olvidándose del pueblo que los eligió y las promesas electorales que hicieron para ganarse el voto de la gente.

Este hecho nuevo en la vida cívica de nuestra república es un hito histórico que marcará el devenir de los acontecimientos futuros de la  política de nuestro país, la indignación que provocó el blindaje a Víctor Bogado, para que no acuda como cualquier ciudadano normal a rendir cuenta de las denuncias en su contra en el Poder Judicial es el punto de inflexión entre la manera timorata en que el pueblo aguantaba todos los abusos de sus gobernantes con indiferencia y estoicismo, permitiendo que cada día la osadía de los réprobos fuera mayor y perjudicial para la república y este momento del “basta dijo y el cetro rompió”, con que la ciudadanía se sacude de esta opresión vergonzosa de una clase política corrompida     hasta los tuétanos que debe ser reformada con celeridad.

 

Desde este momento los políticos sopesaran muy bien sus acciones, si bien es cierto que aun los corruptos no van a dar con sus huesos en las cárceles, se sabe que esta presión irá en aumento hasta llegar a exigir de forma pacífica pero firme con manifestaciones y repudio inclusive a los jueces y fiscales timoratos y complacientes para que haya justicia y que la misma alcance a todos los corruptos y que las cárceles no sea solamente un lugar destinados a los pobres carentes de recursos para comprar a la justicia. Indudablemente algo cambió desde el 14 de noviembre de 2013 en el Paraguay, esperemos que este movimiento liderado por la ciudadanía en general y alejado por suerte de grupos o partidos políticos continué robusteciéndose de tal forma a sanear las instituciones democráticas de nuestro país.

Andrés Granje

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